Soñar no cuesta nada, ¿o sí?



Vamos a pensar por un momento que este servidor tiene un gran talento oculto, que alguien acaba de descubrir que tengo una gran voz y una excelente habilidad para componer canciones, y a partir de este momento todo será perfecto, ese descubridor se convertiría en una suerte de manager que lanzaría la carrera del joven artista. Pues, así sueñan muchos que no adolecen de talento en varias de las singularidades del arte musical y aún esperan mientras ven pasar los años y las oportunidades, unas veces más cercanas que otras.

Son las 7: 40 a.m. de un día cualquiera, es la hora en la que acostumbro llegar a mi trabajo día por día, y un personaje siempre me llama la atención, un joven agente de seguridad de una empresa cercana que entonando una canción a un nivel que le permita pasar desapercibido para la mayoría de los apurados transeúntes, aparece en el umbral de la puerta de acceso a su local de trabajo. Reynaldo Aguillón no proviene de una familia con un amplio historial de artistas, al menos ningún conocido que le pueda encausar en sus más fervientes deseos musicales, sólo con sus aspiraciones, me comenta que desde hace mucho tiempo se siente con la necesidad de hacer algo que relaje sus deseos creativos. De algún modo, más de una persona le ha comentado que pudiera llegar a algún sitio con su talento.

Reynaldo ha comenzado a esforzarse en serio, consecuente consigo mismo va a por su sueño. Es probable que le sea muy difícil materializarlo, pero va a dejar la piel en el intento si es necesario, y así me lo afirma. Ahorrar para grabar algunos de sus mejores temas, para nada barato en estos momento en que en Las Tunas la oferta y demanda en los pequeños estudios particulares no han abaratado los precios, alguna colaboración con artistas under como El D’Mente, y sobre todo, la inserción cada vez menos ingenua en el circuito de la música underground tunera, son sin dudas las metas más importantes para este joven.

La música como cualquier profesión, parte de una motivación, pero indudablemente es necesaria además de una fuerte vocación acompañada de talento, una fuerte convicción que te maneje toda una carrera con disciplina para crecer profesionalmente, sino el fracaso, o simplemente la decepción, terminarían por acompañarte hasta la fatiga. A quien nos referimos, hasta ahora lo tiene todo, camina lentamente, preguntando, mostrando lo que es capaz de escribir, sus creaciones sin ser la quinta esencia de la música underground, tienen gran valor para el contexto sociocultural tunero, sin dudas una voz más al movimiento en el Balcón del Oriente cubano no le sobraría.

La historia demuestra cada día que la perseverancia es un don que hay que aprovechar, desdeñando lo que en el camino no te aporta espiritual ni profesionalmente, encontrarás la única manera de llegar al lugar que sueñas. Muchos jóvenes en la misma posición, nunca se formaron. La profesión alternativa se convirtió en su presente y futuro, sus quimeras quedaron atrás, un recuerdo de lo que pudo ser para futuras conversaciones con familiares y amigos, y que valdría la pena preguntarse si el esfuerzo fue suficiente. La competencia por alcanzar un puesto en el pódium del reconocimiento social siempre ha sido feroz y constante, el acceso a los medios de comunicación siguen perteneciendo a una minoría monopolizadora y aunque el auge de las nuevas tecnologías parece inundar los hogares de muchos, sigue siendo insuficiente para aquellos sin posibilidades, esos que no tienen un padrino, que sólo tienen como carta de presentación: su voz.

Para el personaje de nuestra historia, la rutina diaria es parte de una realidad, el mundo que ha comenzado a tratar de cambiar. Hoy, con la frente bien alta, siempre termina las frases que versan sobre su más grande deseo de grabar y presentarse para darse a conocer, de la misma forma: “soñar no cuesta nada, ¿o sí?”.

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