Expresar nuestro arte, ¿qué tan difícil es?
30 de marzo de 2015
“Me gustaría poder dedicarme plenamente a la música, soy cantante, pero ¿por qué me resulta entonces tan difícil lograrlo? ¿Depende de mi capacidad interpretativa o de la sociedad que me rodea? Me explico. Mi nombre es Jennifer Rodríguez, tengo escasamente 19 años. Adoro el rock, la trova, me fascinan Los Beatles”.
“Me siento plenamente satisfecha cuando junto a mis amigos y en el portal de mi humilde casa en La Habana Vieja, nos reunimos al caer la tarde y descargamos nuestras propias composiciones musicales. Es un grupo de jóvenes con las mismas inquietudes artísticas y sociales. Unos tocan la guitarra, otros cantan y esta servidora es la solista principal. Ninguno estudiamos música, aprendimos lo que sabemos a fuerza de entusiasmo y dedicación. Lo disfrutamos plenamente y los que nos escuchan también, porque además, nos gusta reflejar en nuestras canciones la problemática social que nos rodea y a veces hasta con un poquito de humor cubano. Tal vez es aquí donde se para el muñeco. A veces sucede que ciertas personas responsables de las actividades artísticas en las que podemos presentarnos nos rechazan por el contenido que llevan nuestras canciones, y hasta nos llegan a decir claramente ‘aquí no pueden cantar eso’”.
“No tenemos ambiciones de profesionalizarnos, tanto es así que no cobramos un centavo por lo que hacemos. Nos encanta presentarnos libremente donde mejor nos acomode y podamos sentir que nuestra música sea bien aceptada por todos los que nos escuchan”.
“Estamos conscientes de la necesidad de renovar nuestros viejos instrumentos musicales, de conseguir un buen micrófono, de que tenemos que vestir y comer un poco mejor. Es por ello que trabajamos en oficios que nada tienen que ver con el medio artístico y que nos ayudan a sobrevivir aunque en realidad no debía ser así. Pero no nos importa porque la música es nuestro hobby preferido, nuestra terapia y mayor placer. Realmente la disfrutamos”.
“Pero vuelvo a preguntarme, ¿Por qué expresar nuestro arte se nos vuelve tan complicado en esta sociedad? y, ¿por qué no somos comprendidos por quienes pueden darnos facilidades para abrirnos caminos en el mundo artístico? Son facilidades que tampoco mendigamos y que tampoco aceptaríamos a cambio de interpretar lo que ellos crean aceptable”.
“Solamente deseamos comunicar a todos nuestras inquietudes sociales, lo que nos gusta y lo que no. Pero nos ponen frenos, sentimos que nos marginan. Hay pocas oportunidades para los talentos jóvenes que hoy en día no se acomoden a los caminos ya trillados”.
“Nuestros familiares se preocupan en extremo por nosotros, a veces nos quieren obligar a estudiar cosas que no nos interesan. Otros sólo ven el arte como una manera de viajar al extranjero y resolver la tremenda carga de problemas económicos de la casa. Realmente así no nos interesa la música, no es eso lo que queremos”.
“Conozco a un DJ encantador. Disfruta plenamente su trabajo en una discoteca particular a pesar de no ser profesional. No gana mucho dinero ni tampoco tiene trabajo todos los días. Sin embargo, abandonó su profesión de economista, la carrera que estudió por años y lo hizo plenamente convencido de que realmente lo que le gustaba era la música, que la llevaba por dentro y que ello le proporcionaba la satisfacción que deseaba”.
“Creo firmemente que no debemos componer música y cantar sólo para alcanzar la fama y seguir patrones previamente establecidos. Debemos expresar con autenticidad lo que llevamos por dentro y lo que pensamos, sea bueno o malo, y tenemos el derecho a ser escuchados. Espero periodista que usted sí me haya comprendido, hablar no es mi fuerte, por eso prefiero cantar”.
Comentarios Dejar un comentario
30 de marzo de 2015
“Me gustaría poder dedicarme plenamente a la música, soy cantante, pero ¿por qué me resulta entonces tan difícil lograrlo? ¿Depende de mi capacidad interpretativa o de la sociedad que me rodea? Me explico. Mi nombre es Jennifer Rodríguez, tengo escasamente 19 años. Adoro el rock, la trova, me fascinan Los Beatles”.
“Me siento plenamente satisfecha cuando junto a mis amigos y en el portal de mi humilde casa en La Habana Vieja, nos reunimos al caer la tarde y descargamos nuestras propias composiciones musicales. Es un grupo de jóvenes con las mismas inquietudes artísticas y sociales. Unos tocan la guitarra, otros cantan y esta servidora es la solista principal. Ninguno estudiamos música, aprendimos lo que sabemos a fuerza de entusiasmo y dedicación. Lo disfrutamos plenamente y los que nos escuchan también, porque además, nos gusta reflejar en nuestras canciones la problemática social que nos rodea y a veces hasta con un poquito de humor cubano. Tal vez es aquí donde se para el muñeco. A veces sucede que ciertas personas responsables de las actividades artísticas en las que podemos presentarnos nos rechazan por el contenido que llevan nuestras canciones, y hasta nos llegan a decir claramente ‘aquí no pueden cantar eso’”.
“No tenemos ambiciones de profesionalizarnos, tanto es así que no cobramos un centavo por lo que hacemos. Nos encanta presentarnos libremente donde mejor nos acomode y podamos sentir que nuestra música sea bien aceptada por todos los que nos escuchan”.
“Estamos conscientes de la necesidad de renovar nuestros viejos instrumentos musicales, de conseguir un buen micrófono, de que tenemos que vestir y comer un poco mejor. Es por ello que trabajamos en oficios que nada tienen que ver con el medio artístico y que nos ayudan a sobrevivir aunque en realidad no debía ser así. Pero no nos importa porque la música es nuestro hobby preferido, nuestra terapia y mayor placer. Realmente la disfrutamos”.
“Pero vuelvo a preguntarme, ¿Por qué expresar nuestro arte se nos vuelve tan complicado en esta sociedad? y, ¿por qué no somos comprendidos por quienes pueden darnos facilidades para abrirnos caminos en el mundo artístico? Son facilidades que tampoco mendigamos y que tampoco aceptaríamos a cambio de interpretar lo que ellos crean aceptable”.
“Solamente deseamos comunicar a todos nuestras inquietudes sociales, lo que nos gusta y lo que no. Pero nos ponen frenos, sentimos que nos marginan. Hay pocas oportunidades para los talentos jóvenes que hoy en día no se acomoden a los caminos ya trillados”.
“Nuestros familiares se preocupan en extremo por nosotros, a veces nos quieren obligar a estudiar cosas que no nos interesan. Otros sólo ven el arte como una manera de viajar al extranjero y resolver la tremenda carga de problemas económicos de la casa. Realmente así no nos interesa la música, no es eso lo que queremos”.
“Conozco a un DJ encantador. Disfruta plenamente su trabajo en una discoteca particular a pesar de no ser profesional. No gana mucho dinero ni tampoco tiene trabajo todos los días. Sin embargo, abandonó su profesión de economista, la carrera que estudió por años y lo hizo plenamente convencido de que realmente lo que le gustaba era la música, que la llevaba por dentro y que ello le proporcionaba la satisfacción que deseaba”.
“Creo firmemente que no debemos componer música y cantar sólo para alcanzar la fama y seguir patrones previamente establecidos. Debemos expresar con autenticidad lo que llevamos por dentro y lo que pensamos, sea bueno o malo, y tenemos el derecho a ser escuchados. Espero periodista que usted sí me haya comprendido, hablar no es mi fuerte, por eso prefiero cantar”.
Comentarios Dejar un comentario
- No hay comentarios en este momento.