Los componentes del proceso musical underground en Cuba desde una perspectiva sociológica
6 de abril de 2015
Lo que esencialmente interesa abordar en este artículo es la posición social y sociocultural del compositor underground en la comunidad a la que pertenece, más allá de que podamos ocuparnos de grupos de músicos profesionales o de aficionados. Así mismo cubrirá ligeros puntos relacionados con el efecto social, la interacción con los públicos, el modo de vida, los hábitos de trabajo, los contactos sociales y culturales, entre otros.
Si además de todos estos aspectos se ve y se concibe al compositor underground como miembro de una categoría profesional determinada, entonces pudiera afirmarse que se desciende a éste de su plataforma romántica artificial, sin despojarlo de su espontaneidad social y artística, y desde luego, sin profanarlo, lo cual no puede menos que redundar en su beneficio propio.
Si en el mismo contexto se hace referencia a la contribución del compositor underground al orden social, entonces se hablaría ya realmente de una segunda fase en esta línea de comunicación sociocultural: la del estudio de su obra musical, no en términos de un análisis de la obra misma, sino desde el punto de vista de su acción socio-musical.
Pues cierto e indiscutible es que la música underground cuando se considera solamente como un asunto interno del compositor, tiene tan escasa realidad como un elogio a la memoria de un célebre que se quedará para siempre en el cajón del escritor.
Sólo cuando la música underground adquiere una existencia objetiva puede expresar algo que será percibido y comprendido, o que producirá un efecto social. Y al deseo de que ese algo sea percibido y comprendido nos sitúa en el ámbito de las acciones en que intervienen individuos; el efecto social abre una nueva fase al generar una interacción que conduce a una especie de experiencia concreta capaz de ser demostrada, examinada y verificada mediante cualquier técnica de investigación de la sociología empírica de la música que convenga al caso u objeto en cuestión.
Coexisten aquí, dicho sea de paso, una aproximación de la estética general musical y la música underground, o lo es en todo caso para todos aquellos que consideren el arte como un valor esencial y deseen adoptar un enfoque universal, en vez de encerrarse en su torre de marfil a meditar sobre la esencia misma de la perfección.
El siguiente elemento en el proceso artístico de la música underground es la interacción con el público. Los distintos tipos de público, entendidos como todo grupo que recibe y consume una obra y reacciona ante ella, independientemente de que sea o no un compositor underground, ofrecen a la música información general sobre las diferentes maneras en las que el medio sociocultural condiciona el proceso de creación musical underground.
La composición underground ofrece también un medio de aproximación a la música más perceptible, y sin duda alguna más humano que el reconocimiento antimusical que trata de hacer una obra aceptable al oído condimentándola con anécdotas, con jerga estética y tecnicismos letrados. Esto arroja luz sobre el comportamiento individual y colectivo en materia de consumo de música underground, sobre las motivaciones y pautas de comportamiento en la elección de este movimiento musical, y en el modo de escucharla, en las modas y en los gustos, en la política y en la economía de la música, en el control y en el cambio sociocultural, en las funciones de la música underground y en varias cuestiones más.
Documentar el carácter dinámico del fenómeno social llamado “música underground” en sus diversas formas de expresión, exige un análisis de las formas de vida musical en sus contextos. Análisis éste que como hemos puesto de manifiesto, no puede basarse en los juicios de valor específicos que los miembros de toda sociedad formulan sobre su propia y peculiar forma de existencia. Por otro lado, se hace necesario elaborar un enfoque de la obra musical underground accesible a todos, concluyente y válido, que muestre cómo y por qué las cosas han llegado a uno u otro punto y, por ende, qué cambios se han producido o están produciéndose.
Aquellos que descalifican la música underground, tildándola de sofisticada, están negando realmente el aspecto humano de la música toda y rehusando admitir que una productividad musical underground empírica y pragmática con los pies bien puestos en la tierra, no tiene por qué albergar ningún reparo en llevar hasta la cúspide el proceso musical underground.
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6 de abril de 2015
Lo que esencialmente interesa abordar en este artículo es la posición social y sociocultural del compositor underground en la comunidad a la que pertenece, más allá de que podamos ocuparnos de grupos de músicos profesionales o de aficionados. Así mismo cubrirá ligeros puntos relacionados con el efecto social, la interacción con los públicos, el modo de vida, los hábitos de trabajo, los contactos sociales y culturales, entre otros.
Si además de todos estos aspectos se ve y se concibe al compositor underground como miembro de una categoría profesional determinada, entonces pudiera afirmarse que se desciende a éste de su plataforma romántica artificial, sin despojarlo de su espontaneidad social y artística, y desde luego, sin profanarlo, lo cual no puede menos que redundar en su beneficio propio.
Si en el mismo contexto se hace referencia a la contribución del compositor underground al orden social, entonces se hablaría ya realmente de una segunda fase en esta línea de comunicación sociocultural: la del estudio de su obra musical, no en términos de un análisis de la obra misma, sino desde el punto de vista de su acción socio-musical.
Pues cierto e indiscutible es que la música underground cuando se considera solamente como un asunto interno del compositor, tiene tan escasa realidad como un elogio a la memoria de un célebre que se quedará para siempre en el cajón del escritor.
Sólo cuando la música underground adquiere una existencia objetiva puede expresar algo que será percibido y comprendido, o que producirá un efecto social. Y al deseo de que ese algo sea percibido y comprendido nos sitúa en el ámbito de las acciones en que intervienen individuos; el efecto social abre una nueva fase al generar una interacción que conduce a una especie de experiencia concreta capaz de ser demostrada, examinada y verificada mediante cualquier técnica de investigación de la sociología empírica de la música que convenga al caso u objeto en cuestión.
Coexisten aquí, dicho sea de paso, una aproximación de la estética general musical y la música underground, o lo es en todo caso para todos aquellos que consideren el arte como un valor esencial y deseen adoptar un enfoque universal, en vez de encerrarse en su torre de marfil a meditar sobre la esencia misma de la perfección.
El siguiente elemento en el proceso artístico de la música underground es la interacción con el público. Los distintos tipos de público, entendidos como todo grupo que recibe y consume una obra y reacciona ante ella, independientemente de que sea o no un compositor underground, ofrecen a la música información general sobre las diferentes maneras en las que el medio sociocultural condiciona el proceso de creación musical underground.
La composición underground ofrece también un medio de aproximación a la música más perceptible, y sin duda alguna más humano que el reconocimiento antimusical que trata de hacer una obra aceptable al oído condimentándola con anécdotas, con jerga estética y tecnicismos letrados. Esto arroja luz sobre el comportamiento individual y colectivo en materia de consumo de música underground, sobre las motivaciones y pautas de comportamiento en la elección de este movimiento musical, y en el modo de escucharla, en las modas y en los gustos, en la política y en la economía de la música, en el control y en el cambio sociocultural, en las funciones de la música underground y en varias cuestiones más.
Documentar el carácter dinámico del fenómeno social llamado “música underground” en sus diversas formas de expresión, exige un análisis de las formas de vida musical en sus contextos. Análisis éste que como hemos puesto de manifiesto, no puede basarse en los juicios de valor específicos que los miembros de toda sociedad formulan sobre su propia y peculiar forma de existencia. Por otro lado, se hace necesario elaborar un enfoque de la obra musical underground accesible a todos, concluyente y válido, que muestre cómo y por qué las cosas han llegado a uno u otro punto y, por ende, qué cambios se han producido o están produciéndose.
Aquellos que descalifican la música underground, tildándola de sofisticada, están negando realmente el aspecto humano de la música toda y rehusando admitir que una productividad musical underground empírica y pragmática con los pies bien puestos en la tierra, no tiene por qué albergar ningún reparo en llevar hasta la cúspide el proceso musical underground.
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