Habaneciendo con mi son



Mientras cantaba y veía con sus propios ojos cómo los presentes guaracheaban, Yoelvis Beltrán Martínez “Justicia” lloraba por dentro. Tocar su sueño con las manos, o con la voz para ser más exactos, provocó sensaciones que para este guantanamero, cantante y compositor empírico, fueron difíciles de describir.

Precisamente por ello, el debut de un luchador incansable como él, junto a la agrupación Mi Son, no pudo encontrar un mejor escenario que el emblemático Piano Bar Habaneciendo, ubicado en la peculiar calle Neptuno, del municipio de Centro Habana. El mismo lugar de la ciudad que lo ha visto abrirse camino como vendedor, corresponsal voluntario y otros oficios.

Tampoco amilanó a Justicia que sólo se dieran cita en el lugar poco más de dos decenas de personas, porque el compromiso más importante de su arte es consigo mismo, con su historia de vida y con las veces que ha tenido que cambiar de rumbo. El cantor se desdobló con un estilo más que propio de voz rajada y con aire, que roza la afonía, pero que se engancha a la melodía en el tiempo exacto.

También especial resultó su capacidad de improvisación en momentos donde el tumbao dejaba que su verbo corriera y combinara elementos de lo cotidiano con características del público. Beltrán Martínez bailó con todos, aquella madrugada del primero de marzo, en tanto agradeció a sus compañeros instrumentistas y a la Virgen de la Caridad del Cobre, presente en el iddé de su mano izquierda y en su accionar, porque “nada se logra sin fe y yo he tenido bastante”, confió a PMU minutos después de bajar del escenario.

Tres temas de su autoría acompañaron el estreno de Mi Son con Justicia, nombre del nuevo proyecto que dirige el violinista Pedro Caballero. Los títulos del debut fueron “Me divierto de lo que habla la gente”, “La chismosa” y “Antesala”.

Precisamente Caballero, al referirse a esta nueva relación con Yoelvis, apuntó que no conocían su faceta de compositor y que no dudó en sumarlo cuando se acercó con el interés. “A mí me gustan las personas luchadoras, que no se queden sentadas a esperar que las cosas les caigan del cielo”.

Mi Son, agrupación fundada hace 22 años, se mantiene fiel a la defensa de la música tradicional cubana, aunque según su timonel, cuentan en su repertorio con temas más actuales, sin llegar a la timba. “Todo depende del tipo de público, pero nunca hemos perdido la esencia, y nuestras cartas de presentación siempre han sido el son, la rumba, el chachachá, las habaneras y todo lo genuinamente cubano”.

Para Caballero es imprescindible que su orquesta incluya covers de los temas más conocidos de la música de la mayor isla antillana y destacó en este sentido, “Rumberos de ayer” de Benny Moré, “Longina” de Manuel Corona, entre otras.

En más de dos décadas, Mi Son nunca ha tenido una peña habitual por lo complejo que resulta que se valore la música tradicional, pero sí se han presentado esporádicamente en centros nocturnos privados de la capital.

La agrupación de pequeño formato, similar a la charanga, pero con la peculiaridad de no tener trompeta y sí contar con un violín, tiene tres discos grabados y titulados Sí, soy el son, Guantanamera y Pasaje A…, realizado en el ya lejano año 2000. “No tenemos recursos para grabar un nuevo disco, ninguna disquera se interesa y tenemos que hacerlo por nuestros medios. Es difícil, pero lo que ganamos pasando el sombrero por ahí no nos permite afrontar una producción discográfica”, aseveró Caballero.

Ya arrancó Mi Son con Justicia, entre sueños cumplidos y el apoyo de muchos que saben que Yoelvis Beltrán Martínez no se sienta en casa a esperar, sino que sale para la calle a batirse duro con la vida, porque perseguir sus metas ha sido siempre el ritmo de su existencia.

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