Rock cubano, en busca del lugar que le corresponde



En días recientes, casi por casualidad, tuve la oportunidad de conversar con varios cultores del rock que se hace en Cuba. Los temas tratados y las opiniones escuchadas me hicieron proponer estas pequeñas, pero imprescindibles reflexiones, en torno a un género estigmatizado por años en la Isla y del que muy pocos, todavía hoy, se atreven a hablar.

No voy a entrar en la polémica intelectualoide de si existe o no un rock cubano. Para mí lo más importante es acercarme a aquellos que defienden lo que creen, sin importar los costos, y en contra de la marea mantienen vivo esa particular manera de hacer.

Lo primero que llama la atención cuando se habla de rock en Cuba es que a pesar de todos los lastres se mantiene vivo y con una admirable variedad, pues existen bandas y músicos trabajando en todas las tendencias, desde las más antiguas hasta las más actuales, con mayor o menor grado y rigor profesional.

Algo muy interesante es la distribución geográfica del género. Rock se hace hoy en casi todas las provincias cubanas, pero por supuesto se mantienen plazas de extraordinaria tradición y vigor como La Habana, Villa Clara, Cienfuegos, Camagüey, Holguín y Santiago de Cuba. Y en menor grado Pinar del Río y Matanzas, territorios que casi por puro milagro, logran mantener con carácter anual festivales donde las bandas locales muestran al público su quehacer, pero que siguen siendo noticias silenciadas incluso a ese nivel.

Muchos de los rockeros cubanos, léase músicos, no seguidores, vieron una tabla de salvación en la oficial Agencia Cubana de Rock (ACR), destinada a promover, divulgar y ayudar, pero que nunca ha podido pasar del intento y a la que la mayoría ahora obvia por considerar que no protege sus intereses.

Ese fallido intento ha quedado en la mala y poco conocida programación del Maxim Rock y en las esporádicas invitaciones de algunas bandas locales a tocar en los Brutal Fest, de los cuales se dice son la principal fuente de ingresos de los funcionarios que supuestamente deben velar por la consolidación del trabajo de los rockeros cubanos.

En la actualidad es difícil aceptar que se hable de inexperiencia en las instituciones oficiales, pero la verdad es que la atención al rock en Cuba no ha podido superar la indiferencia y la incomprensión, a pesar de que manteniendo estilos y sonoridades, el rock cubano es cada vez más representativo de las realidades musicales y sociales del país.

Aunque hoy no se puede hablar en términos absolutos de represión, rechazo, estigma, y se aprecia mayor compresión generacional, todavía el rock cubano está a años luz de la coexistencia y el respeto con las instituciones oficiales, y mucho menos de ser reconocido en la política cultural como parte de un todo conceptual.

Sin embargo, en opinión de los rockeros cubanos, la institucionalización, o mejor dicho, someterse a las políticas culturales vigentes en el país, no tiene mucho de positivo, ni es la solución adecuada a los problemas que enfrentan.

Los medios de difusión cubanos, por otra parte, con honrosas y contadas excepciones, siguen negando la presencia de los rockeros cubanos, y es casi imposible oírlos, saber qué hacen, escuchar sus criterios. Todo el mundo sabe que existen, pero nadie se molesta en reconocerlos.

En contra del rock cubano está también la parte económica del problema. las anécdotas acerca de cómo, dónde y en cuánto acceder a instrumentos, equipos de audio y todo lo demás que se necesita, parecen historias extraídas del humor más negro, del terror de Poe, o de la imaginación de Kafka.

Algunos se dejaron vencer y optaron por el camino del éxodo, pero lamentablemente fueron absorbidos por la competencia y las exigencias de un mundo cultural al que no estaban acostumbrados, pero por suerte han sido los menos y el resto todavía batalla por hacer cada día un rock más cubano y original.

De tal manera, a juicio de los propios músicos, el rock cubano es hoy como un gran volcán inactivo, pero que constantemente acumula fuerza en su caldera esperando el momento adecuado para cobrar vida y hacer erupción, despojándose de calamidades y perjuicios en pos de crearse y ganarse el verdadero lugar que le corresponde en el universo musical de la Isla y ser tratado como igual por siempre.

Atrás


Comentarios   Dejar un comentario
No hay comentarios en este momento.