0ES3 un concierto soñado y mucho que dar
13 de abril de 2015
Una tarde de sábado varios amigos se pusieron de acuerdo para sacarme del obligado reposo médico y me invitaron a tener mi primer encuentro con el trabajo de los muchachos de 0ES3 (cero estrés). Con ellos me trasladé varias decenas de kilómetros hasta la cercana ciudad de Artemisa, donde en la galería del pueblo tendría lugar la presentación de la banda.
Confieso que pasé una de las mejores noches de los últimos tiempos, llena de pintura, música y literatura, suceso raro en una localidad donde las veladas juveniles no van más allá de dar brincos acompañados por el sonido de los IPod y sufrir calor en el Rumbo (cafetería), y rezar porque aquello no terminara como la “fiesta del Guatao”.
El concierto se extendió más allá de los límites del pequeño local y la gente se aglomeró hasta llegar a las esquinas de las calles adyacentes, para disfrutar de una mezcla de canciones que mezclaban la poesía y la influencia de artistas como Pablo Milanés, Carlos Varela, Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, junto a los acordes The Beatles, Queen y toda la oleada de pop y rock & roll de las décadas de los 60, 70 y 80.
Joaquín Valdés es el nombre del guitarrista, compositor y líder de 0ES3, quien no sólo mantiene un interesante y constante contacto musical con el público, sino que entre canción y canción dialoga con la gente, como si todo aquello fuera un ensayo más con la presencia de amigos.
De esa manera, la lírica de los temas se engarza con la interacción artista-público y el abordaje de temas sociales comprometidos con la época y el entorno en el que viven de manera cotidiana, aunque tampoco falten los dulces y amargos sentimientos que provoca el amor.
Precisamente por eso, poco después de terminada la actuación quise saber más de los por qué de 0ES3 y Joaquín dijo: “…las carencias económicas de nuestro país agudizan los imposibles para mantener una banda. En la mayoría de los casos los músicos aman su trabajo, pero tienen que decidirse por otros proyectos y dejar atrás el suyo porque sencillamente tienen que hacer dinero, tienen que comer, y por desgracia, muchas veces esto se logra ‘haciendo sopa’, como se conoce en el argot musical”.
“Es una pena porque vivimos en una isla musicalmente muy rica, donde debajo de una piedra salen músicos con talentos increíbles –agrega-, pero desgraciadamente no es el talento lo que está hoy por hoy ‘dándole a la lata’”.
“Son situaciones penosas, pero son reales. He tenido la dicha de tener buenos músicos durante mi trayectoria, con estudios musicales, y muchos de ellos no han podido quedarse en la banda por esos mismos problemas que hemos conversado, tienes que subsistir de otra manera. El que no puede perder la fe soy yo”, continúo diciendo.
Sin embargo, 0ES3 no es de los menos divulgados, pues acaba de ganar recientemente los premios a la Mejor Banda Novel y al Mejor Grupo Rock en el Festival Cuerda Viva. Al respecto Joaquín asegura: “Creo que el principal problema respecto a ello radica en que los medios tienen que hacerse eco de promover todos los demás géneros y no sólo difundir los que han estado establecidos hasta el momento, ampliar más el diapasón. Confío mucho en lo que hago, interpreto pop-rock y eso no hace que me sienta menos cubano. Lo importante es tener tu luz y confiar mucho, ponerle empeño y mucha bomba a lo que quieres lograr”.
“No obstante estamos muy limitados, pues prácticamente no nos conocen en el interior del país, queremos hacer conciertos por esas zonas, pero no tenemos presupuesto y mucho menos invitaciones, ojalá PMU pueda ayudarme en ese empeño”, expresa entre risas.
La presentación de 0ES3 concluyó con la interpretación de la canción “Dura Habana”, la mejor de las composiciones de Joaquín, que refleja de manera particular las realidades de la juventud en la Cuba de hoy y que ha sido objeto de la más férrea de las censuras en todos los medios de difusión.
Poco después, cuando ya el silencio era dueño del local, Javier confesó: “…la música es, compadre, todo, es mi manera de vivir, no sé hacer otra cosa. La música es mi sueño, mi desvelo, el refugio donde más seguro me siento y de la que no espero separarme jamás, para seguir sin estrés por la vida”.
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13 de abril de 2015
Una tarde de sábado varios amigos se pusieron de acuerdo para sacarme del obligado reposo médico y me invitaron a tener mi primer encuentro con el trabajo de los muchachos de 0ES3 (cero estrés). Con ellos me trasladé varias decenas de kilómetros hasta la cercana ciudad de Artemisa, donde en la galería del pueblo tendría lugar la presentación de la banda.
Confieso que pasé una de las mejores noches de los últimos tiempos, llena de pintura, música y literatura, suceso raro en una localidad donde las veladas juveniles no van más allá de dar brincos acompañados por el sonido de los IPod y sufrir calor en el Rumbo (cafetería), y rezar porque aquello no terminara como la “fiesta del Guatao”.
El concierto se extendió más allá de los límites del pequeño local y la gente se aglomeró hasta llegar a las esquinas de las calles adyacentes, para disfrutar de una mezcla de canciones que mezclaban la poesía y la influencia de artistas como Pablo Milanés, Carlos Varela, Joan Manuel Serrat, Joaquín Sabina, junto a los acordes The Beatles, Queen y toda la oleada de pop y rock & roll de las décadas de los 60, 70 y 80.
Joaquín Valdés es el nombre del guitarrista, compositor y líder de 0ES3, quien no sólo mantiene un interesante y constante contacto musical con el público, sino que entre canción y canción dialoga con la gente, como si todo aquello fuera un ensayo más con la presencia de amigos.
De esa manera, la lírica de los temas se engarza con la interacción artista-público y el abordaje de temas sociales comprometidos con la época y el entorno en el que viven de manera cotidiana, aunque tampoco falten los dulces y amargos sentimientos que provoca el amor.
Precisamente por eso, poco después de terminada la actuación quise saber más de los por qué de 0ES3 y Joaquín dijo: “…las carencias económicas de nuestro país agudizan los imposibles para mantener una banda. En la mayoría de los casos los músicos aman su trabajo, pero tienen que decidirse por otros proyectos y dejar atrás el suyo porque sencillamente tienen que hacer dinero, tienen que comer, y por desgracia, muchas veces esto se logra ‘haciendo sopa’, como se conoce en el argot musical”.
“Es una pena porque vivimos en una isla musicalmente muy rica, donde debajo de una piedra salen músicos con talentos increíbles –agrega-, pero desgraciadamente no es el talento lo que está hoy por hoy ‘dándole a la lata’”.
“Son situaciones penosas, pero son reales. He tenido la dicha de tener buenos músicos durante mi trayectoria, con estudios musicales, y muchos de ellos no han podido quedarse en la banda por esos mismos problemas que hemos conversado, tienes que subsistir de otra manera. El que no puede perder la fe soy yo”, continúo diciendo.
Sin embargo, 0ES3 no es de los menos divulgados, pues acaba de ganar recientemente los premios a la Mejor Banda Novel y al Mejor Grupo Rock en el Festival Cuerda Viva. Al respecto Joaquín asegura: “Creo que el principal problema respecto a ello radica en que los medios tienen que hacerse eco de promover todos los demás géneros y no sólo difundir los que han estado establecidos hasta el momento, ampliar más el diapasón. Confío mucho en lo que hago, interpreto pop-rock y eso no hace que me sienta menos cubano. Lo importante es tener tu luz y confiar mucho, ponerle empeño y mucha bomba a lo que quieres lograr”.
“No obstante estamos muy limitados, pues prácticamente no nos conocen en el interior del país, queremos hacer conciertos por esas zonas, pero no tenemos presupuesto y mucho menos invitaciones, ojalá PMU pueda ayudarme en ese empeño”, expresa entre risas.
La presentación de 0ES3 concluyó con la interpretación de la canción “Dura Habana”, la mejor de las composiciones de Joaquín, que refleja de manera particular las realidades de la juventud en la Cuba de hoy y que ha sido objeto de la más férrea de las censuras en todos los medios de difusión.
Poco después, cuando ya el silencio era dueño del local, Javier confesó: “…la música es, compadre, todo, es mi manera de vivir, no sé hacer otra cosa. La música es mi sueño, mi desvelo, el refugio donde más seguro me siento y de la que no espero separarme jamás, para seguir sin estrés por la vida”.
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