Las facetas de Daisy



A veces resulta embarazoso desentrañar las razones de un artista, sobre todo si en él arde mágicamente la necesidad de crear y experimentar desde nuevas facetas. Daisy La Fina, así la apodan sus colegas del género urbano debido a los orígenes clásicos de la formación musical de esta chica.

La Iglesia de Paula (sede de Ars Longa) fue su alma mater. Allí tomó estudios de flauta y canto coral moldeados a la atractiva y singular sonoridad de la música antigua y medieval. Pero luego de haber interpretado grandes clásicos de la historia musical decidió, no sin renuncias, dar un giro de 180 grados a su carrera musical. “El cambio de estilo no fue lo más difícil, lo difícil fue el cambio de filosofía musical. Pero ya yo venía estudiando la posibilidad de hacer otro tipo de música, mucho más popular y urbana”, confiesa.

“Era una alumna aventajada y además, impartía lecciones de flauta, pero pronto dejé de estar conforme con eso y sentí una inquietud hacia algo más sencillo y movido”. De esta forma fue sucediendo una transmutación del acto creador, de lo clásico a lo popular, dando como resultado una propuesta musical de buen gusto contenida dentro del espectro del género urbano. De modo que la mezcla fue adquiriendo sentido en el insight de la interacción entre la inquietud artística y el refinamiento de la academia, más el consciente estudio y análisis de los géneros actuales y de moda.

En el 2012 une fuerzas con su hermano Tomy (bajista defensor del pop) para formar un dúo que fusiona pop, reggae y algo de rap, y al que nombraron Truko. Con esta nueva y fresca imagen llegaron intensos sentimientos de realización personal como vocalista, y más dificultades para obtener contratos en presentaciones como flautista. Así viene la vida. Una mano para recibir y otra para dejar ir.

Esta firme decisión no estuvo exenta de críticas desfavorables de parte de colegas y amigos, pero no hay tiempo para lamentaciones porque su agenda siempre está llena. Su talento se ha agenciado en muchos lugares de la capital cubana, ya sea en dúo o en solitario. “Me presento en lugares menos sofisticados, pero con un público que me encanta, que me llena y que por todos los medios trato de llenarlos a ellos con todo lo que pueda dar de mí. Creo que ese es mi reconocimiento, ahora que soy cantante urbana”, nos dice con una sonrisa.

Su repertorio lo conforman doce temas de su autoría y siete adaptaciones con arreglos suyos y de Tomy. Y en estos momentos, haciendo una compilación de alguno de ellos, está grabando su segundo disco para placer y disfrute de sus seguidores.

La música que no es sentida carece de valor. Un género u otro no definen carácter ni talento. Son las decisiones, lo que ponemos en ellas y el hacer, lo que impulsan el desarrollo del ser humano y del artista en este caso. Daisy lo sabe y cada día apuesta por su futuro y sus sueños. Con una frase declara sus intenciones y proyectos de vida: “Hoy tengo seguidores, pero espero tener fans algún día”.

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