Con sólo una tiza cerraron el círculo. Una panorámica de lo más representativo de la música alternativa en Villa Clara



Como homenaje al teatro y a la obra de igual título del reconocido escritor y teatrólogo Beltord Brecht, desde septiembre del 2007 circulan por la zona central del país con tiza en mano y haciendo la mayor cantidad de círculos posibles a su alrededor, los cantantes Yasmany López Cuellar, dirección, voz, guitarra y compositor de la mayoría de los temas, y Víctor Daniel Évora Mendoza, voz y también compositor de algunos temas de Círculo de Tiza, agrupación que hasta el 2012 fue un dúo cuyo trabajo se hacía a guitarra limpia.

A la típica canción de autor se dedican estos jóvenes a quienes se les conoce por esta zona como la Guarapachanga de la Trova, debido al estilo que defienden dentro del género, al que fusionan con otros como el pop, el reggae, el blues, mucho country al que le agregan condimentos de las más disímiles tendencias cubanas y foráneas de la musicología contemporánea y retro.

Círculo de Tiza, otrora dúo convertido hoy en agrupación, van un tanto más allá de lo que representa y hace el típico trovador, el que puede interpretar temas de cualquier compositor o adaptar un determinado sencillo al género. “Nosotros defendemos lo que es nuestro y como es lógico, lo que hacemos, este pertrecho de cánones muy propios de nuestra identidad como cubanos. También creemos que está muy condicionado por nuestro mundo interior porque nuestras canciones pueden ser desde contestatarias y bien fundamentadas, hasta reaccionarias contra aquellas cosas que no nos parecen justas. Aunque al igual incluimos en nuestro repertorio los típicos temas sociales, y cantamos también al amor y al resto de los sentimientos humanos”.

El propósito del grupo ha sido siempre sumar a su círculo a los amantes de la trova y también a aquellos que no son tan devotos al género, pero que logran sentirse identificados con sus canciones, temas ante los que resulta imposible mantenerse indiferente pues cualquiera de nosotros, sin proponérselo, se convierte en protagonista de su repertorio que cuenta ya con más de 80 temas.

Exento de abismos líricos y temáticos, permeados de humor inteligente, sarcasmo, ironía bien cotejada, burla a las problemáticas típicas del cubano, con evidente respuesta contestataria a lo que ocasiona desagrado, sin agresividad alguna en las letras a las que calza además, con una fuerte apoyatura musical, cargados de doble intencionalidad, reacios a la banalidad y con un marcado equilibrio en la escena, logra Círculo de Tiza movilizar el pensamiento social villaclareño desde la perspectiva musical.

A esta respetada agrupación se le han integrado en los últimos tiempos Rasiel Estrada en la percusión, Luis Henry Cruz en el bajo, como guitarrista Allan Gálvez, mientras que ocasionalmente Pablo Pérez Pascual, uno de los mejores guitarristas del centro de Cuba según la crítica especializada en el país, ha formado también parte de la nómina.

No constituye punto de partida para Círculo de Tiza comercializar sus producciones. Para ellos resulta más importante ser acogidos o aplaudidos a lo que sí le imprimen un gran valor, de ahí su preocupación con un fenómeno regional dado en los últimos tiempos en la provincia más central del archipiélago. Santa Clara, una ciudad que a pesar de ser tan culta y cosmopolita, ha demostrado recientemente falta de empatía y conexión ante ciertas propuestas a las que el público ni siquiera ofrece un aplauso luego de su presentación. Situación en la que incurren mayormente las más jóvenes generaciones, en las que, a decir de Círculo de Tiza, se palpa con trasparencia la influencia negativa de productos comunicativos carentes de calidad publicados por los medios de comunicación masiva.

A pesar de coexistir junto a una de las mayores canteras de trovadores del país como la Trovuntivitis, y por ende con el movimiento trovadoresco más fuerte y arraigado de la isla, Círculo de Tiza ha logrado no sucumbir en el saco de la mediocridad y lo repetitivo gracias a su batallar diario y a que ha apelado a llevar tiza en mano para cerrar su propio círculo de una manera audaz y muy sui generis en una ciudad que, aunque rica culturalmente, carece de escenarios de presentación.

Reflejar la cotidianidad del cubano de a pie, dar voz mediante sus textos a los que no tienen voz y desean expresarse, ejemplificar de forma picaresca quienes somos, de dónde venimos, lo que vivimos y hacia dónde vamos, lograr que cada uno de nosotros se sienta identificado y forme parte de su circunferencia, es el principal propósito de Círculo de Tiza, una agrupación que desde el 2007 se dedica a la canción de autor de manera alternativa desde la profundidad de sus protagonistas que no son otros que seres humanos vivientes del siglo XXI.

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Comentarios   Dejar un comentario
Ernesto
20 de abril, 2015 8:26 am (GMT-5:00)
El titular muy largo