Siete Trakean2 y contando…
27 de abril de 2015
Cada año la ciudad de Camagüey acoge al Festival Trakean2 que se realiza con el fin de exponer lo que se hace en ese territorio en materia de cultura hip hop, compartir experiencias y escenarios con artistas de varias provincias del país y debatir acerca de temas relacionados con la salud, el desarrollo y el futuro de esa manifestación en Cuba.
Originalmente el evento fue creado por el proyecto socio-cultural La Skina, quien mantuvo las riendas durante las primeras tres o cuatro ediciones, pero luego tuvo que ceder el liderazgo ante las presiones oficiales de la AHS y por no contar con presupuestos adecuados, ni con patrocinadores independientes.
A pesar de los condicionamientos, raperos de todo el país siguen confluyendo cada año en la ciudad de los tinajones, para no desaprovechar la oportunidad de compartir escenarios en un territorio de marcada tradición underground, recorrer barrios y poblados para conocer nuevas realidades y motivos de inspiración que les permitan reflejar las realidades más ocultas y profundas del país y su gente.
Para quienes tuvimos la oportunidad en esta ocasión de tomar parte en todas las acciones previstas, nos llamó poderosamente la atención la posición asumida por los artistas y los jóvenes en general que participaron en los debates teóricos, quienes con la valentía y el desenfado propios de esa edad, se refrieron a “camisa quitada” acerca del lastre que significa para el rap cubano la falta de representatividad institucional.
Fueron innumerables las críticas abiertas a la mal llamada Agencia Cubana de Rap (ACR), institución que desde su creación no ha cumplido con sus esencias y objetivos de apoyar y permitir el desarrollo, la promoción y la comercialización de la obra de sus artistas afiliados. Tal realidad ha traído como consecuencia que la inmensa mayoría de los raperos no ven a la ACR como una entidad confiable y la rechazan, al tiempo que fortalecen sus vínculos con los productores independientes para la promoción y comercialización de sus materiales.
Una de las mejores intervenciones fue la de Yudit Moreno Álvarez, que no sólo se refirió a los temas enunciados anteriormente, sino que también dijo que las instituciones no hacen nada por reconocer la calidad artística de los raperos y de los representantes de la cultura hip hop en general en la Isla. Agregó que actualmente el rap reclama mayor visibilidad en los medios de difusión, pero que en general ese acceso no sólo no se brinda, sino que se evita por todos los medios posibles, a pesar de que el género es cada vez más escuchado y reconocido por los jóvenes a lo largo y ancho del país.
Otra cara de la moneda constituyeron las presentaciones de los raperos del patio y las agrupaciones invitadas. Bastaría sólo conque los que intentan frenar por todos los medios la pujanza de esos artistas en el ámbito nacional, hubieran asistido al menos a uno de esos encuentros.
Cada noche, cientos de jóvenes y otros que peinan algunas canas, asistieron a las instalaciones del anfiteatro del Casino Campestre, y a los improvisados escenarios del Callejón de los Milagros y otras plazas y parques de la ciudad para disfrutar del buen flow, de canciones excitantes y reales, y de las denominadas “peleas de gallos”, hechos que mostraron la vitalidad y la permanencia en el gusto juvenil de ese género.
Las palmas en estas inolvidables tardes-noches se las llevaron los bailadores callejeros del grupo Chicos Extremos; los raperos de La AKdemia, de Matanzas; El Analista y El Gancho, ambos de Villa Clara; Tricha, Reinier y Orve, de Santiago de Cuba; La Malcolm Beybe, y La Fina y La Jabá, de La Habana.
No sería justo dejar de mencionar que a esta VII Edición del Trakean2 se sumaron las descargas de música electrónica en el centro recreativo Juventudes, a cargo del proyecto local Play y sus invitados, que aunque no contaron con mucha presencia de representantes de otros territorios del país, sí dejaron ver la fuerza de este género y de los realizadores audiovisuales independientes en la provincia.
Ya van siete ediciones de Trakean2, evento que a pesar de los desaciertos de los organizadores y a la poca o ninguna divulgación en los medios, se mantiene como un referente del trabajo que realizan los raperos, fundamentalmente del centro y el oriente cubanos. Esa es una plaza que hay que luchar por mantener, aunque sea necesario hacer algunas concesiones a los organizadores, porque ante la necesidad que tiene el movimiento underground cubano de espacios de expresión, es imprescindible utilizar y perfeccionar los que se tienen.
Esperamos poder contar muchos más Trakean2, no sólo porque lo necesita el rap cubano, sino porque lo necesita la juventud.
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27 de abril de 2015
Cada año la ciudad de Camagüey acoge al Festival Trakean2 que se realiza con el fin de exponer lo que se hace en ese territorio en materia de cultura hip hop, compartir experiencias y escenarios con artistas de varias provincias del país y debatir acerca de temas relacionados con la salud, el desarrollo y el futuro de esa manifestación en Cuba. Originalmente el evento fue creado por el proyecto socio-cultural La Skina, quien mantuvo las riendas durante las primeras tres o cuatro ediciones, pero luego tuvo que ceder el liderazgo ante las presiones oficiales de la AHS y por no contar con presupuestos adecuados, ni con patrocinadores independientes.
A pesar de los condicionamientos, raperos de todo el país siguen confluyendo cada año en la ciudad de los tinajones, para no desaprovechar la oportunidad de compartir escenarios en un territorio de marcada tradición underground, recorrer barrios y poblados para conocer nuevas realidades y motivos de inspiración que les permitan reflejar las realidades más ocultas y profundas del país y su gente.
Para quienes tuvimos la oportunidad en esta ocasión de tomar parte en todas las acciones previstas, nos llamó poderosamente la atención la posición asumida por los artistas y los jóvenes en general que participaron en los debates teóricos, quienes con la valentía y el desenfado propios de esa edad, se refrieron a “camisa quitada” acerca del lastre que significa para el rap cubano la falta de representatividad institucional.
Fueron innumerables las críticas abiertas a la mal llamada Agencia Cubana de Rap (ACR), institución que desde su creación no ha cumplido con sus esencias y objetivos de apoyar y permitir el desarrollo, la promoción y la comercialización de la obra de sus artistas afiliados. Tal realidad ha traído como consecuencia que la inmensa mayoría de los raperos no ven a la ACR como una entidad confiable y la rechazan, al tiempo que fortalecen sus vínculos con los productores independientes para la promoción y comercialización de sus materiales.
Una de las mejores intervenciones fue la de Yudit Moreno Álvarez, que no sólo se refirió a los temas enunciados anteriormente, sino que también dijo que las instituciones no hacen nada por reconocer la calidad artística de los raperos y de los representantes de la cultura hip hop en general en la Isla. Agregó que actualmente el rap reclama mayor visibilidad en los medios de difusión, pero que en general ese acceso no sólo no se brinda, sino que se evita por todos los medios posibles, a pesar de que el género es cada vez más escuchado y reconocido por los jóvenes a lo largo y ancho del país.
Otra cara de la moneda constituyeron las presentaciones de los raperos del patio y las agrupaciones invitadas. Bastaría sólo conque los que intentan frenar por todos los medios la pujanza de esos artistas en el ámbito nacional, hubieran asistido al menos a uno de esos encuentros.
Cada noche, cientos de jóvenes y otros que peinan algunas canas, asistieron a las instalaciones del anfiteatro del Casino Campestre, y a los improvisados escenarios del Callejón de los Milagros y otras plazas y parques de la ciudad para disfrutar del buen flow, de canciones excitantes y reales, y de las denominadas “peleas de gallos”, hechos que mostraron la vitalidad y la permanencia en el gusto juvenil de ese género.
Las palmas en estas inolvidables tardes-noches se las llevaron los bailadores callejeros del grupo Chicos Extremos; los raperos de La AKdemia, de Matanzas; El Analista y El Gancho, ambos de Villa Clara; Tricha, Reinier y Orve, de Santiago de Cuba; La Malcolm Beybe, y La Fina y La Jabá, de La Habana.
No sería justo dejar de mencionar que a esta VII Edición del Trakean2 se sumaron las descargas de música electrónica en el centro recreativo Juventudes, a cargo del proyecto local Play y sus invitados, que aunque no contaron con mucha presencia de representantes de otros territorios del país, sí dejaron ver la fuerza de este género y de los realizadores audiovisuales independientes en la provincia.
Ya van siete ediciones de Trakean2, evento que a pesar de los desaciertos de los organizadores y a la poca o ninguna divulgación en los medios, se mantiene como un referente del trabajo que realizan los raperos, fundamentalmente del centro y el oriente cubanos. Esa es una plaza que hay que luchar por mantener, aunque sea necesario hacer algunas concesiones a los organizadores, porque ante la necesidad que tiene el movimiento underground cubano de espacios de expresión, es imprescindible utilizar y perfeccionar los que se tienen.
Esperamos poder contar muchos más Trakean2, no sólo porque lo necesita el rap cubano, sino porque lo necesita la juventud.
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