Tres estilos en un espacio: Gran Concierto en Ciego de Ávila



Durante los últimos días del pasado mes de abril me dispuse a recorrer una de las provincias del centro de Cuba que se caracteriza por la defensa a ultranza del metal: Ciego de Ávila. Allí, para mi total sorpresa, tuve la oportunidad de presenciar uno de los encuentros más diversos que haya visto en la escena musical rockanrolera, fuera de los festivales del género.

Alrededor de las 10 de la noche del miércoles 29 de abril, comenzó uno de los conciertos más sui generis en los que haya estado presente. Digo esto porque en numerosos eventos que tienen lugar de forma aislada con respecto a compromisos más abarcadores como los festivales o jornadas de la cultura, es muy común que se tropiece con los ya acostumbrados problemas de audio y eso no tuvo lugar en este evento. También, sucede muchas veces que una de las bandas es la que lleva “la voz cantante”, la que más energía trasmite o la que mayor cantidad de “socios” mueve. Sin embargo, nada de eso se dejó ver allí.

En Ciego de Ávila, en el corazón de su boulevard y sin mediar otros esfuerzos que los de los propios músicos participantes, probé el dulce sabor -ya casi olvidado- de un evento modesto, pero serio y totalmente underground. Con la participación de tres agrupaciones cuyos estilos y procedencias eran diferentes, cualquiera como yo, hubiera esperado la preferencia del público avileño por alguna de ellas, sin embargo, sucedió todo lo contrario. Las bandas participantes, The Stone Road (Matanzas), Obscuro y Emesis (Ciego de Ávila), una de ellas proveniente de Morón, asumió cada una, su momento de gloria.

Abrió el micrófono la agrupación matancera que sólo tiene dos años de fundada y sin embargo, se adueñó rápidamente del público. Su cantante Irian Morales no escatimó en mostrar su versatilidad y carisma en el escenario, que a su vez fueron correspondidas por los presentes con coros, saltos y puños arriba. Al cabo de sus doce temas, no parecía que estuviera escuchándose una banda novel.

The Stone Road desarrolla un subgénero del rock que realmente no se escucha mucho en los escenarios cubanos: el grunge. Este lo combinan con el hardcore y otros estilos que como algunos prefieren llamar, resultan en un rock alternativo. Allí lo mostraron y la fórmula resultó, a mi juicio por la inteligente selección de los temas que interpretaron.

Por su parte Obscuro, me hizo recordar las canciones más difundidas de la controvertida banda estadounidense-mexicana Brujería. “Matando Güeros” fue uno de los covers a la versión original de la mencionada agrupación que más euforia causó. Los muchachos además, emplearon el recurso utilizado por sus ídolos de taparse los rostros con pasamontañas y pañuelos.

Vinieron a cerrar la cita los jóvenes músicos de Emesis que, al igual que Obscuro, demostraron la fuerte presencia del metal más radical en la región. Tanto el grindcore como el death y trash metal fueron muy bien defendidos por ambas agrupaciones avileñas, que una vez más demostraron la fuerza de los estilos más radicales en la misma medida en que nos desplazamos hacia el Oriente del país.

Como decía, por increíble que parezca, no hubo mayores tropiezos con la cuestión del audio. La ecualización y pruebas de sonidos no entorpecieron, como en otras citas de este tipo, el ritmo de los acontecimientos. Mientras que entre los músicos, quienes se encargaron también de dar la bienvenida a sus visitantes de Matanzas, se respiraba un aire de cordialidad y cooperación. Pese a que todos sufrimos las carencias materiales a diario, ello no fue en lo absoluto, el obstáculo insalvable para que los muchachos de Obscuro, Emesis y The Stone Road, trasmitieran el verdadero espíritu del movimiento underground cubano.

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