Talento de barrio



Ahí estaba Adrián en su gimnasio de barrio, como siempre, con un carácter jocoso y muy activo, corrigiéndoles errores a sus clientes porque es el entrenador y todos tienen que ver con él.

A sus 24 años y después de tener un día bien agitado, no baja su ánimo y empieza a componer canciones con su vieja guitarra. A veces toma la tumbadora, pues le gusta la fusión de géneros, lo que él llama “el guaguancó con pop”. “Desde chiquito fui amante a la música tradicional cubana. Aquellos ritmos que trajeron los esclavos africanos me matan, es como si se me montara un muerto cuando agarro la tumbadora. No puedo parar de sonarla, no he contado el time máximo que he estado tocándola, pues el tiempo pasa sin percibirlo, pero creo que han sido hasta dos horas seguidas”.

¿Pero cómo logra Adrián fusionar la tumbadora con la guitarra? “Bueno, es un algo complejo. a los 15 años todavía no sabía tocarla, pero tuve una novia que adoraba el pop y para impresionarla empecé a dar clases de guitarra hasta que le fui cogiendo el golpe, y bueno, fue como una sorpresa para mí ver que podía sacar melodías de un instrumento nuevo, y además mezclarlas”.

Al preguntarle sobre la posibilidad de hacer un grupo respondió sin vacilar. “Ni loco, yo soy independiente y me muero independiente. Un grupo trae problemas, conflictos. Eso sí, cuando voy a tocar en alguna fiesta religiosa, hay amigos que se me unen, pero sólo para días específicos. La verdad no me interesa esto como un medio profesional, yo tengo mi negocio del gimnasio y me va bien. Esto lo hago en mis ratos libres y con la gente que creo importante para mí”.

Pero a pesar de que Adrián no está interesado en ser un profesional de la música, no está ajeno a lo que representa la música actual cubana. “Yo creo que va por buen camino, aunque muchos digan que no. como todo, hay músicos buenos y otros no tanto, pero talento hay, compromiso hay y creo que Cuba está saliendo del bache donde estábamos hundido. Por ejemplo, mira a Gente de Zona, la fama que adquirió a través de la fusión con Enrique Iglesias. El Chacal se oye mucho en el extranjero, eso para no hablar de clásicos como Van Van que nunca se dejarán de oír”.

Como compositor al fin, no podía dejar de hablar sobre las letras que compone. “La verdad, hago de todo, desde canciones religiosas, pop y una vez le compuse tres canciones a un amigo mío trovador. Creo que ese fue mi mayor reto, pues para ser honesto, mi ortografía no es la mejor, aunque tengo cierta concordancia, no soy un músico de escuela y la trova ya lleva letras con mayor profundidad y compromiso. Pero para suerte mía, otra amistad se encargó de la corrección y nada, los temas salieron. ¿Sabes algo?, por primera vez en mi vida en uno de esos temas toqué temas sociales del barrio, de la gente pobre que pasa dificultades, y fue como una llama que se encendió, que para ser honesto he dejado apagar. Pero es probable que a partir de hoy mismo dedique un poco de mi música a esto, pues la verdad me llega y me llega fuerte”.

Ya entrada la noche y con ansias de quedarse solo para seguir en su universo musical, me despedí, no sin antes felicitarlo por enmarcarse ese nuevo compromiso, al cual si le pone ganas mezclado con su gran talento, puede lograr temas más allá de lo impredecible.

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