Los sueños rotos



Había una vez una niña que soñaba con la música. Para sus padres y su hermano pequeño no fue sorpresa su inclinación artística, pues ella siempre estaba cantando y bailando. Por ello contrataron a un profesor de piano y comenzaron las clases. Pero el primer sueño se rompió cuando murió su papá y la vida les dio un vuelco. Las clases duraron solamente tres semanas.

Cuando Dayana Machín cursaba el sexto grado, su mamá la matriculó en un círculo de interés en la Casa de la Cultura de Centro Habana, su municipio, donde recibió estudios elementales sobre música, canto y actuación. También la madre estaba muy entusiasmada con la idea de que Dayana ingresara en el Conservatorio Amadeo Roldán, pero nuevamente los sueños se rompieron: requería del aval de una escuela oficial para ingresar en el plantel y, además, saber tocar un instrumento musical. Intentó formar parte del coro existente en la Casa de la Cultura, pero la matricula ya estaba abarrotada.

Más adelante sus compañeras de aula la embullaron a presentarse juntas en el Teatro América, en un concurso de baile, y aunque ganaron la primera ronda, Dayana se desconcentró en la segunda y salió huyendo, se escondió en el fondo del teatro y más tarde confesó que no quería ser bailarina, realmente lo que le gustaba era cantar. Había descubierto su voz y comenzó a componer sus propias canciones.

PMU: Dayana, ¿qué es lo que realmente te gustaría ser en la vida?

Dayana: Me gustaría mezclar la actuación con el canto, porque considero que al interpretar una canción se debe transmitir lo que ella dice, no solamente con la voz, sino con la expresión y en ocasiones con el baile. Debes cantar con el corazón. Eso es lo que realmente quisiera lograr, pero a veces me asalta la duda de si podré llegar a esa meta, me espanta la idea de que ese sueño también se rompa.

En Cuba las oportunidades para los artistas jóvenes son muy limitadas. Todo se dificulta. También es verdad que la juventud quiere imponerse de ahora para ahorita y deja a un lado la preparación técnico-profesional que aunque es algo muy restringida por parte del estado, se puede lograr a través de profesores particulares y en último caso, autodidactamente. Personalmente tuve la suerte de tener como vecino al cantautor Polito Ibáñez a quien debo agradecer muy buenos consejos de cómo debo componer, cantar e interpretar.

PMU: ¿Qué opinas sobre el nivel musical entre los músicos noveles?

Dayana: Me alarma la despreocupación cultural de algunos jóvenes creadores, especialmente los que componen y los que escriben las letras de sus canciones. Deberían tener más en cuenta sus raíces musicales. Huir de lo chabacano. Es una pena que muchos de ellos ignoren tanto que existe una canción llamada La Bayamesa, como los nombres de sus autores. Es tan importante permearnos de lo nuestro como estar al tanto de lo último que ocurre en la musical internacional. Para esto último se hace imprescindible contar con un acceso masivo a Internet.

PMU: ¿A tu juicio cuáles son las razones que determinan en esta situación?

Dayana: Para mí son muchas las causas, que van desde el bloqueo por parte de otro país hasta los bloqueos mentales de los que dirigen nuestras instituciones, pero eso es harina de otro costal. Lo que sí creo es que el país debe avanzar en igual medida en lo económico que en lo cultural. Debemos virarnos hacia nuestro potencial artístico para saberlo aprovechar y de ese modo evitar que se queden en el camino o emigren verdaderos talentos.

PMU: ¿Qué géneros musicales prefieres?

Dayana: Me gustan los boleros, la música electrónica y también la popular, pero independientemente del género, prefiero las obras que me hagan sentir, las que dicen algo, las que transmiten sentimientos y verdades, las que reflejen la realidad que vivimos en estos momentos difíciles. Momentos difíciles que han sido los causantes de que mis sueños estén rotos.

PMU: ¿Planes?

Dayana: Concluir mis estudios preuniversitarios. Optar por alguna carrera que me permita ganarme la vida y ayudar a mi familia económicamente, pero fundamentalmente superar mi técnica musical para brindar mis canciones a quienes puedan comprenderlas y asimilarlas, pues no quiero traicionarme a mí misma, ni interpretar lo que no sienta.

PMU: ¿Algo más?

Dayana:
Agradecer la oportunidad que me brinda PMU de expresar todo lo que siento y prometer que no me daré por vencida a pesar de mis sueños rotos. Seguiré brindando mi arte en la única forma que lo concibo.

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