Enemigo de la chabacanería y el mal gusto
1 de junio de 2015
Alwin Damián Güeneche es un joven cantante que transita por los escenarios de la canción underground cubana utilizando la música como vehículo para expresar su rebeldía y quejas sobre la sociedad. Con sinceridad expresó sus inquietudes a PMU.
“Nací en el municipio 10 de Octubre y comencé a cantar a los 9 años de edad en un dúo junto a mi hermano gemelo. Existía un fuerte movimiento cultural en mi escuela e integramos los proyectos comunitarios Vida y Ajiaco, que se desarrollaban en el consejo popular Jesús del Monte. Soy empírico y mis padres pudieron costearme clases de canto particulares. Esa fue mi mayor formación musical. Me presenté en varios concursos de pioneros y siempre me agenciaba algún premio”.
“Me hice Técnico Medio Contador y después, me habilité como profesor de Economía. En ambas carreras me gradué con titulo de oro”.
“Las letras de las canciones que son los éxitos radiales del momento están repletas de chabacanerías. Los medios son los que promueven lo mediocre. Ellos mismos han mal educado a la población cubana. Contra eso nadie puede, pero hay que seguir trabajando para que cambien su perspectiva. Tengo un total de 49 premios como aficionado. La vida del artista que no cobra por su trabajo es bien dura”.
“Alguien te invita y cantas por el mero hecho de promocionarte. Darse a conocer es bien difícil, pues en nuestro país no están establecidos los mecanismos para que alguien con talento triunfe. Todo lo que uno pueda sobresalir está sujeto a otros aspectos, tales como el amiguismo y los sobornos. Varios como yo estamos intentando potenciar el movimiento de artistas aficionados underground y nos ayudamos mutuamente”.
“Es muy difícil llegar a ser cantante profesional en Cuba, pues los catálogos de las empresas artísticas están congelados. Dicen que están llenos, y no existen espacios suficientes para presentarse y los artistas de más edad no quieren retirarse, no le abren el camino a las nuevas generaciones. El salario de los cantantes es por un sistema de pago que es de oferta-demanda. Las empresas y los impuestos se quedan con casi todo. Es un sistema de empresa estatal socialista. Obligatoriamente soy solista porque no tengo los recursos para pagarle a un grupo que me acompañe”.
“Mi voz me permite transitar por diversos géneros musicales. Mis compositores favoritos son Pedro Romero, Armando Manzanero, Armando Montaner y Eric Carmen. Esa música tiene poco espacio en Cuba. El público joven hoy está interesado en la música bailable y la balada es para un público mayor de 40 años de edad y no es el que más abunda en los centros nocturnos. Generalmente este tipo de música se hace en las peñas que organizan los propios artistas que tienen su público selectivo”.
“He ido grabando mis canciones de manera independiente, en estudios particulares, con backgrounds que he ido consiguiendo por ahí, pues los más baratos cuestan 10 CUC y los buenos con instrumentos grabados realmente, rondan los 100 CUC, algo impagable para alguien como yo”.
“Estoy grabando un disco en casa del compositor Germán Nogueiras, quien gentilmente me cedió varias de sus canciones. Nunca le he interesado a las disqueras cubanas, ya que hacen sus producciones dependiendo del gusto de sus directivos y por supuesto, la música popular bailable tiene prioridad”.
“Desearía realizar un video clip, pero su costo es muy alto para mí. Tampoco he tenido a la persona indicada que me indique el camino a seguir y me ayude con mi carrera. Quisiera ampliar mis horizontes y que se diera a conocer mi música por el mundo, esa es la ilusión de todo músico cubano luchador como yo. El arte tiene un ciclo productivo que concluye con el consumo del producto cultural. A veces en nuestro país no se cumple el ciclo por las carencias económicas. Todo está muy deprimido y grabar un disco es un lujo”.
“Hago la canción de una manera muy personal. Toco las fibras del corazón de las personas que me escuchan, esa es la esencia de mi interpretación. He obtenido 49 premios como aficionado y no veo el resultado de mi sacrificio. ¿De qué me sirven mis conocimientos si no puedo mostrar plenamente mi obra? La música underground ha recibido muchas presiones y prohibiciones oficiales. Soy enemigo de la chabacanería y el mal gusto”.
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1 de junio de 2015
Alwin Damián Güeneche es un joven cantante que transita por los escenarios de la canción underground cubana utilizando la música como vehículo para expresar su rebeldía y quejas sobre la sociedad. Con sinceridad expresó sus inquietudes a PMU.
“Nací en el municipio 10 de Octubre y comencé a cantar a los 9 años de edad en un dúo junto a mi hermano gemelo. Existía un fuerte movimiento cultural en mi escuela e integramos los proyectos comunitarios Vida y Ajiaco, que se desarrollaban en el consejo popular Jesús del Monte. Soy empírico y mis padres pudieron costearme clases de canto particulares. Esa fue mi mayor formación musical. Me presenté en varios concursos de pioneros y siempre me agenciaba algún premio”.
“Me hice Técnico Medio Contador y después, me habilité como profesor de Economía. En ambas carreras me gradué con titulo de oro”.
“Las letras de las canciones que son los éxitos radiales del momento están repletas de chabacanerías. Los medios son los que promueven lo mediocre. Ellos mismos han mal educado a la población cubana. Contra eso nadie puede, pero hay que seguir trabajando para que cambien su perspectiva. Tengo un total de 49 premios como aficionado. La vida del artista que no cobra por su trabajo es bien dura”.
“Alguien te invita y cantas por el mero hecho de promocionarte. Darse a conocer es bien difícil, pues en nuestro país no están establecidos los mecanismos para que alguien con talento triunfe. Todo lo que uno pueda sobresalir está sujeto a otros aspectos, tales como el amiguismo y los sobornos. Varios como yo estamos intentando potenciar el movimiento de artistas aficionados underground y nos ayudamos mutuamente”.
“Es muy difícil llegar a ser cantante profesional en Cuba, pues los catálogos de las empresas artísticas están congelados. Dicen que están llenos, y no existen espacios suficientes para presentarse y los artistas de más edad no quieren retirarse, no le abren el camino a las nuevas generaciones. El salario de los cantantes es por un sistema de pago que es de oferta-demanda. Las empresas y los impuestos se quedan con casi todo. Es un sistema de empresa estatal socialista. Obligatoriamente soy solista porque no tengo los recursos para pagarle a un grupo que me acompañe”.
“Mi voz me permite transitar por diversos géneros musicales. Mis compositores favoritos son Pedro Romero, Armando Manzanero, Armando Montaner y Eric Carmen. Esa música tiene poco espacio en Cuba. El público joven hoy está interesado en la música bailable y la balada es para un público mayor de 40 años de edad y no es el que más abunda en los centros nocturnos. Generalmente este tipo de música se hace en las peñas que organizan los propios artistas que tienen su público selectivo”.
“He ido grabando mis canciones de manera independiente, en estudios particulares, con backgrounds que he ido consiguiendo por ahí, pues los más baratos cuestan 10 CUC y los buenos con instrumentos grabados realmente, rondan los 100 CUC, algo impagable para alguien como yo”.
“Estoy grabando un disco en casa del compositor Germán Nogueiras, quien gentilmente me cedió varias de sus canciones. Nunca le he interesado a las disqueras cubanas, ya que hacen sus producciones dependiendo del gusto de sus directivos y por supuesto, la música popular bailable tiene prioridad”.
“Desearía realizar un video clip, pero su costo es muy alto para mí. Tampoco he tenido a la persona indicada que me indique el camino a seguir y me ayude con mi carrera. Quisiera ampliar mis horizontes y que se diera a conocer mi música por el mundo, esa es la ilusión de todo músico cubano luchador como yo. El arte tiene un ciclo productivo que concluye con el consumo del producto cultural. A veces en nuestro país no se cumple el ciclo por las carencias económicas. Todo está muy deprimido y grabar un disco es un lujo”.
“Hago la canción de una manera muy personal. Toco las fibras del corazón de las personas que me escuchan, esa es la esencia de mi interpretación. He obtenido 49 premios como aficionado y no veo el resultado de mi sacrificio. ¿De qué me sirven mis conocimientos si no puedo mostrar plenamente mi obra? La música underground ha recibido muchas presiones y prohibiciones oficiales. Soy enemigo de la chabacanería y el mal gusto”.
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