Por amor a darte
8 de junio de 2015
Especialistas y público en general coinciden en afirmar que en Cuba durante los últimos tiempos ha surgido un importante movimiento de creadores de la canción poética, que al igual que los representantes de otros géneros, se mueven en el mundo de la música independiente, alternativa, underground o como quiera llamársele. Existen, tienen popularidad, aun cuando no gozan del favor de los medios de difusión, y el público los sigue en cualquier escenario donde se las agencien para compartir su arte.
Tal es el caso del camagüeyano Harold Díaz, que guitarra en mano ha recorrido muchos lugares dentro y fuera de su terruño alcanzando elevada madurez creativa, cuya obra merece vencer los fatalismos geográficos y mediáticos y extenderse por todo el país.
Dotado de una poética muy peculiar y de profundidad conceptual y musical extraordinarias, Harold ha decidido no plegarse a las exigencias oficiales y mantener esa especie de “anonimato masivo” que le permite interactuar de forma abierta y sin condicionamientos con sus seguidores, para de manera íntima y cálida compartir con ellos los temas más álgidos de hondo calado social.
“Yo no he aceptado nunca cambiar mi identidad por dinero, soy un juglar con alma, pensamiento, cadencia, equilibrio, armonía, que combino los recursos de la lírica con fina ironía, el humor, la picaresca, pero nunca echo a un lado las cosas como son, ni los sentimientos como se experimentan de verdad”, afirmó Harold.
“Todo eso sin dejar a un lado la audacia, la creatividad y los deseos de echar pa’lante. Una vez que se descubre la vocación, hay que alimentarla. Y para eso uno tendrá que cargar siempre con la poesía y las canciones en el pecho”.
Después de un año de trabajo con la agrupación Punto de Giro, Harold quiso festejar la ocasión con una pequeña presentación ante sus mejores amigos y seguidores en el teatro de la academia de canto y música Vicentina de la Torre, una pequeñísima instalación, donde a pesar de lo selecto del grupo, faltó el espacio.
Allí se escucharon temas como ‘Osadía”, “El güije de manguito” que es una declaración amorosa del joven cantautor a su pequeño hijo, “Pollo por pescado”, que alude al desabastecimiento de alimentos que sufre constantemente la población cubana, y para concluir: “Obsoleto”, canción de Harold que defiende la vigencia del trovador.
A los conocedores de la obra de Harold les sorprendió la riqueza de algunos nuevos arreglos que fusionaban acertadamente elementos del jazz, el reggae, la música brasileña y ritmos populares cubanos, para formar melodías cosmopolitas para todos los gustos. Tales novedades se deben a la labor creadora de los integrantes de Punto de Giro, el percusionista Jorge Mario Victoria “Lukas”, el bajista Javier Gómez, el saxofonista Breismer Hernández Rangel y la cantante Sinthya Ramos que compartió los coros con Dailén Castellanos, y la flautista Yaddara Ferrer Conde, quienes pusieron todo su talento en función de elevar las creaciones del trovador.
En exclusiva para PMU Harold declaró: “…este micro concierto conformará el primer disco en vivo de Punto de Giro, que titularemos Por amor a Darte. Significo la acción con mayúsculas porque eso encierra la esencia de nuestro trabajo. Amamos dar a las personas todo lo mejor que tenemos y con ello tratar de hacerles más llevaderas, sus ya de por sí difíciles y complicadas vidas cotidianas”.
“En los próximos meses el público camagüeyano podrá escucharnos todos los jueves en la noche, en el café literario La Comarca, y los primeros miércoles del mes en la peña 1, 2, 3 Trovando, en el segundo piso de la Casa del Joven Creador, espacios que se nos han abierto muy gentilmente y pensamos aprovechar no solo para que la gente nos conozca un poco más, sino también para que se identifique con otros músicos amigos que como nosotros también se merecen un espacio”.
Lo importante es no claudicar, ni dejarse imponer criterios, sigo en mi onda, quizá no tan de moda, con la influencia de todas las épocas, cantándole a la vida, a nuestras realidades, denunciando y sugiriendo, asegurándole a la gente que no debemos cejar en el empeño de mejorar nuestras vidas, y con la certeza de que resulta imprescindible la confrontación con homólogos, para saber los presupuestos estéticos que los mueven y sobre todo, tocar cómo suena tu tiempo.
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8 de junio de 2015
Especialistas y público en general coinciden en afirmar que en Cuba durante los últimos tiempos ha surgido un importante movimiento de creadores de la canción poética, que al igual que los representantes de otros géneros, se mueven en el mundo de la música independiente, alternativa, underground o como quiera llamársele. Existen, tienen popularidad, aun cuando no gozan del favor de los medios de difusión, y el público los sigue en cualquier escenario donde se las agencien para compartir su arte.
Tal es el caso del camagüeyano Harold Díaz, que guitarra en mano ha recorrido muchos lugares dentro y fuera de su terruño alcanzando elevada madurez creativa, cuya obra merece vencer los fatalismos geográficos y mediáticos y extenderse por todo el país.
Dotado de una poética muy peculiar y de profundidad conceptual y musical extraordinarias, Harold ha decidido no plegarse a las exigencias oficiales y mantener esa especie de “anonimato masivo” que le permite interactuar de forma abierta y sin condicionamientos con sus seguidores, para de manera íntima y cálida compartir con ellos los temas más álgidos de hondo calado social.
“Yo no he aceptado nunca cambiar mi identidad por dinero, soy un juglar con alma, pensamiento, cadencia, equilibrio, armonía, que combino los recursos de la lírica con fina ironía, el humor, la picaresca, pero nunca echo a un lado las cosas como son, ni los sentimientos como se experimentan de verdad”, afirmó Harold.
“Todo eso sin dejar a un lado la audacia, la creatividad y los deseos de echar pa’lante. Una vez que se descubre la vocación, hay que alimentarla. Y para eso uno tendrá que cargar siempre con la poesía y las canciones en el pecho”.
Después de un año de trabajo con la agrupación Punto de Giro, Harold quiso festejar la ocasión con una pequeña presentación ante sus mejores amigos y seguidores en el teatro de la academia de canto y música Vicentina de la Torre, una pequeñísima instalación, donde a pesar de lo selecto del grupo, faltó el espacio.
Allí se escucharon temas como ‘Osadía”, “El güije de manguito” que es una declaración amorosa del joven cantautor a su pequeño hijo, “Pollo por pescado”, que alude al desabastecimiento de alimentos que sufre constantemente la población cubana, y para concluir: “Obsoleto”, canción de Harold que defiende la vigencia del trovador.
A los conocedores de la obra de Harold les sorprendió la riqueza de algunos nuevos arreglos que fusionaban acertadamente elementos del jazz, el reggae, la música brasileña y ritmos populares cubanos, para formar melodías cosmopolitas para todos los gustos. Tales novedades se deben a la labor creadora de los integrantes de Punto de Giro, el percusionista Jorge Mario Victoria “Lukas”, el bajista Javier Gómez, el saxofonista Breismer Hernández Rangel y la cantante Sinthya Ramos que compartió los coros con Dailén Castellanos, y la flautista Yaddara Ferrer Conde, quienes pusieron todo su talento en función de elevar las creaciones del trovador.
En exclusiva para PMU Harold declaró: “…este micro concierto conformará el primer disco en vivo de Punto de Giro, que titularemos Por amor a Darte. Significo la acción con mayúsculas porque eso encierra la esencia de nuestro trabajo. Amamos dar a las personas todo lo mejor que tenemos y con ello tratar de hacerles más llevaderas, sus ya de por sí difíciles y complicadas vidas cotidianas”.
“En los próximos meses el público camagüeyano podrá escucharnos todos los jueves en la noche, en el café literario La Comarca, y los primeros miércoles del mes en la peña 1, 2, 3 Trovando, en el segundo piso de la Casa del Joven Creador, espacios que se nos han abierto muy gentilmente y pensamos aprovechar no solo para que la gente nos conozca un poco más, sino también para que se identifique con otros músicos amigos que como nosotros también se merecen un espacio”.
Lo importante es no claudicar, ni dejarse imponer criterios, sigo en mi onda, quizá no tan de moda, con la influencia de todas las épocas, cantándole a la vida, a nuestras realidades, denunciando y sugiriendo, asegurándole a la gente que no debemos cejar en el empeño de mejorar nuestras vidas, y con la certeza de que resulta imprescindible la confrontación con homólogos, para saber los presupuestos estéticos que los mueven y sobre todo, tocar cómo suena tu tiempo.
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