Underground al ciento por ciento



En una calurosa noche de verano, rondando por la Habana Vieja, nos tropezamos en el portal de su casa con un viejo amigo que años atrás incursionó muchísimo en el rock. Por ser ese género la pasión de su vida, nos sorprendió en sobremanera oírlo tocar instrumentales de la música tradicional cubana mientras ensayaba.

Reitero que lo habíamos conocido como un ferviente apasionado al rock. Su oficio real, restaurador de obras de arte, lo alternaba con su vocación por la música, gen que según él, heredó de su padre, guitarrista acompañante de profesión. Nacido entre partituras y notas musicales, jamás estudió en ninguna escuela. Onil Piedra es capaz de tocar con excelencia la guitarra, el piano, la percusión y, además, cantar. Pese a que nos cuenta, su único profesor fue un folleto de técnica para guitarra.

PMU: ¿Qué sucedió con el rock?

Onil: El rock es un género que me exalta desde que descubrí que tenía facultades para la música, pero debo confesar con tristeza que tuve poco éxito dentro del mismo, y además, hubo también un poco de cobardía, pues me dejé influir por los prejuicios que sobre los roqueros y el rock existían en Cuba en mis comienzos, prejuicios que no han desaparecido del todo y que en la actualidad se mantienen de cierto modo.

Teniendo en cuenta ambas circunstancias, decidí formar un trío musical al cual puse por nombre Los Escualos. Con esta agrupación decidimos correr suerte en la Isla de la Juventud donde permanecimos durante varios años interpretando todo tipo de música, tanto en las actividades públicas y gratuitas como en uno que otro establecimiento gastronómico, recibiendo solamente la propina de la clientela y la comida de la administración.

PMU: ¿Cómo te describes a ti mismo?

Onil: Me considero una persona alegre y extrovertida, pero el camino de la música no ha sido nada fácil para mí, es una carrera de resistencia, algo así como un maratón deportivo en donde la meta se ve cada vez más lejana e inalcanzable. Los años en la Isla fueron de escasez y apremios económicos, pero al mismo tiempo el ímpetu de la juventud y el amor a la música nos hacen recordar aquella etapa como una de las más románticas de nuestras vidas. De verdad que nos creíamos juglares que cantando queríamos disfrutar y hacer disfrutar. Por razones personales regresé a La Habana de la cual soy oriundo.

Atrás quedaron Los Escualos y nacieron Los Cónsules, cuarteto de música tradicional cubana con el cual nos presentamos en algunos lugares cubriendo la ausencia de artistas que tienen contratos como profesionales, ya que nosotros no tenemos esa categoría por ser autodidactas. Actuamos cuando nos llaman y por supuesto, la paga no es muy buena, para no decir que pésima. Como en la Isla, trabajamos prácticamente por la propina. Pero debo agregar que tanto mis compañeros como yo amamos hacer música y por ello aceptamos consecuencias y riesgos.

PMU: ¿Alguna anécdota?

Onil: De niño, cuando visitaba a mi tía en Guantánamo, me llamaba mucho la atención una foto que colgaba en una de las paredes de la sala de la casa. Se trataba de Perucho Figueredo, patriota y músico cubano autor de nuestro Himno Nacional. Años más tarde, indagando con mis padres nacidos en esa provincia, descubrí que mi bisabuela era descendiente del célebre compositor. Tal vez por ahí me viene la veta musical.

PMU: ¿Composiciones musicales?

Onil: Tengo algunas que a veces intercalo en mis presentaciones. Pero independientemente a todo, sigo siendo un apasionado del rock aunque ya no me dedique a él, lamento mucho que las circunstancias de la vida me obligaran a dejar atrás mis sueños de roquero.

PMU: ¿Te consideras un músico underground?

Onil: Fíjate que hasta hace cerca de unos cuantos meses atrás yo no tenía la más mínima idea de lo que significaba ese término. No fue hasta que un amigo me regaló un boletín impreso o algo así, con interesantes artículos sobre el tema. No sé cómo, de pronto me vi retratado y me sentí parte de los ejemplos que en esos textos se planteaban. Tanto me enganchó, que tan pronto pude, me conseguí una memoria flash para que me copiaran el boletín de cada semana y así leerlo en la computadora de mi hermano. Te digo que me vi retratado en esos trabajos, pues pude ver al Onil de la Isla de la Juventud, al Onil que la tarde de los sábados reúne a varios niños de la cuadra y canta con ellos, al Onil que cada domingo canta y toca la pianola con el coro de la iglesia, y al Onil que casi tiene que mendigar por restaurantes y tabernas para sobrevivir. Si a esa manera de actuar y pensar se llama underground, yo soy underground al ciento por ciento.

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Comentarios   Dejar un comentario
humberto
11 de junio, 2015 7:22 pm (GMT-5:00)
gracias por rescatar a estos músicos. sería saludable si se pudiera abundar un poquito más en su pasado rock, pues si bien se dice al inicio que "incursionó muchísimo en el rock" no aclara si fue integrando algún combo, o como mero oyente. gracias, saludos y suerte con este trabajo tan interesante que hacen.