Un temba haciendo arreglos



Vladimir, más conocido por sus amigos cercanos como el Temba Mangón, a sus 43 años de edad es un gran talento en la composición y arreglo de temas musicales. Desde hace algunos años se dedica a ayudar a muchos jóvenes talentos de la música underground en crecimiento. “En la calle hay muchos jóvenes con enormes ganas de hacer cosas, pero muchas veces sus composiciones son muy pobres musicalmente hablando. Hace algunos años entre un amigo y yo nos hemos dado a la tarea de ayudar a estas personas para que su música se escuche de una mejor manera. Incluso, a veces hacemos arreglos a sus letras tratando de darle una vuelta más asequible a los oídos del público, ya que hablan en ocasiones de forma demasiada agresiva y esto les puede provocar un problema”.

Según cuenta, los muchachos que lo vienen a ver en su mayoría no pasan de los 20 años de edad y generalmente con un presupuesto muy bajo. “Soy músico de corazón, pero además soy informático, lo cual me resulta factible para hacer lo que me gusta y además, ganar algún dinerito. Por lo cual, cuando vienen muchachos con bajos recursos, igual los ayudo. Muchas veces ni me pagan con dinero, me resuelven favores o me dan promoción de mi trabajo a otras personas, y hay algunos que simplemente no les cobro. Soy un poco sentimental en cuanto al tema, por lo cual cuando veo a alguien que de verdad no tiene las posibilidades y hace buena música, pues lo saco pa’lante sin pedirle nada a cambio”.

Vladimir hace todo tipo de arreglos, pero según relata, entre sus preferidos están el rap y la trova. “Mira, son dos géneros aparentemente muy distintos, pero al mismo tiempo tienen una gran conexión entre ellos, pues los dos son ritmos de protesta, de crítica, de argumentos hablados hacia lo mal hecho y hacia lo que debe ser cambiado. A veces queremos hacer comparaciones entre el muchacho talentoso que escribe trova y el de la calle que hace rap, pero no se dan cuenta que son dos alas de un mismo pájaro”.

El camino para este compositor ha sido de altas y bajas, pero siempre ha tenido muy claro su camino a seguir y si hay algo que nunca ha querido hacer son arreglos a canciones de reguetón. “Ni por todo el dinero del mundo me meto en eso. Sin ofender, yo hago arreglos a algo que tiene arreglo, ese ritmo para mí no lo tiene. Es lamentable que en Cuba en estos momentos hayan muchas personas que dicen ser arreglistas y solo se dediquen al reguetón… es como si lo único que les interesara fuera el dinero y no tuvieran amor por lo que hacen. Al menos yo lo veo así, aunque me tilden de radical”.

Pero fuera del ámbito de reguetón, ¿Cómo ve Vladimir lo que se está haciendo en Cuba en estos momentos? “Bueno, como todo, hay cosas buenas y malas. En general, creo que se está haciendo un buen trabajo. Los videos musicales han ganado en gran calidad, las personas están trabajando más en serio, la salsa ha dejado de ser el centro del mundo como lo fue años atrás, en fin, creo que hay una evolución. Eso sí, nos falta mucho por avanzar, no debemos dormirnos y pensar que somos los mejores del mundo. Debemos ver más trabajo del extranjero y de ello sacar lo bueno para fusionarlo con lo que ya tenemos. Soy de los que creo que la música cubana tiene futuro, solo está en proponérnoslo”.

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