El Moro

13 de julio de 2015



Said Alberto Rodríguez es un joven tunero que desde que recuerda ha estado envuelto en el mundillo del arte. La música, su pasión, lo acompaña desde temprana edad. “Desde niño mis hermanos mayores enfatizaron en mí la atracción hacia el rock. A los 14 años decidí recibir clases de guitarra con Jesús Jomarrón, quien luego se convirtió en mi amigo y hermano. Desde muy pequeño siempre me atrajo el mundo del arte. Siempre veía todo de forma diferente a los demás y escribía lo que sentía. Una suerte para mí es que Norge Batista es primo mío, él siempre andaba de gira y yo no le veía mucho, pero si me llamaba la atención lo que hacía”.

Informático de profesión, la tecnología siempre estuvo en el entorno familiar y como algo muy natural fue aprender a operar computadoras, otra pasión que lo acompaña y deleita en sus momentos de ocio, y que combina perfectamente con su pasión y desempeño musical.

Muchos son los proyectos de vida de Said, la música siempre está dentro de las prioridades del orden del día. “Con 15 o 16 años empecé a escribir canciones acompañándome de la guitarra, pero a largo plazo dejé de hacerlo. Luego, reuní a unos colegas para hacer una banda, pero por falta de recursos tuvimos que abandonar el sueño. Más adelante decidí hacerme de una guitarra eléctrica y vendí una pieza de mi computadora para comprármela, empecé a estudiar con ella hasta que un buen día vino a mi casa un amigo y me dijo que estaba haciendo una banda, que quería que tocara con ellos y sin pestañear le dije que sí. Éramos los que nos haríamos llamar los Pulmones Verdes, luego vino la fusión con el D’Mente y Wilmer en el Proyecto D’Mente, en el cual llegamos a tocar en un concierto”.

La falta de apoyo y recursos ha signado el tránsito de Said por los diferentes proyectos musicales de los que formó parte alguna vez. Quizás esto haya sido el motor impulsor que motivara a proponerse algo nuevo. “Primeramente, intenté hacer algo grande, desarrollé un proyecto que abarcaba varias esferas de la cultura hip hop, pero cada puerta que toqué se cerraba o se quedaba entreabierta. Decidí entonces lanzarme en solitario por mis propios medios y por mi propio esfuerzo. Empecé a escribir rap, nadie me enseñó como se hacía, solo en mi casa escuchando a Los Aldeanos”.

“Cuando logré sacar un producto ya maduro, se lo mostré al D’Mente, este me dio varios consejos y se mostró dispuesto a ayudarme por ser un talento emergente nuevo en la provincia. Luego, vino Yoel, director de Klase A, quién me escuchó cantando en mi casa y me invitó a su peña”.

Vencer las adversidades y poner sus manos en un sueño, y combatir la mediocridad que se escucha en la radio o se ve en la TV, este joven talentoso se siente con la obligación de mostrar lo que en su modesta opinión es un producto decoroso y serio.

“El movimiento underground del mundo está en un crecimiento enorme, a diario emergen más figuras. En Cuba no se detiene por más adversidades que existan, hay muchas buenas figuras en nuestro territorio y fuera de él, la gente sabe diferenciar entre los reales y los que no lo son. Aquí en Las Tunas el movimiento está detenido y no solo del hip hop, existe un gran problema de reconocimiento y apoyo, los dos o tres raperos que han podido mantenerse es gracias a una enorme fuerza de voluntad que los caracteriza. Por eso, yo intento hacer cambiar la mentalidad institucional y social. Empecé por las redes sociales, que es el único medio en el que puedo divulgar información, pero por las calles también estoy repartiendo invitaciones a las peñas de rap para que la gente se entere, es necesario un cambio para mejorar”.

La hora de actuar llegó, El Moro, nombre artístico seleccionado por Said, ya está en la calle, en las peñas, el espacio y lugar se lo irá ganando poco a poco, con esfuerzo y empeño quizás aporte su granito de arena a ese cambio de mentalidad que hace falta para que el movimiento underground prospere.

“Estuve a punto de participar en la primera peña con Klase A, pero fue suspendida por razones desconocidas. Ahora espero que el mes de julio pueda darse sin problemas y poder presentarme por primera vez. Mi sueño es ser artista y nunca parar de escribir y hacer el arte a mi manera como lo siento. Quisiera lograr grabar mi demo con un buen equipo de producción y dar un concierto en el cual se reúnan varias figuras del movimiento”.

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