Nuestra realidad es sin dudas nuestro peor enemigo



Betsy Alanza González es una chica estupenda, con un talento casi indescriptible. Posee una inmensa capacidad para hacer fluir las palabras y domina como nadie el arte de la elocución. Es una chica joven, apenas tiene 20 años de edad, por lo que su gran don se hace más notorio. Por demás, tiene una sonrisa divinamente increíble que seduce a todos.

Betsy, más conocida como Katy Perry por su inmenso parecido con la tan conocida cantante, es una joven con mucha obra escrita porque dedica sus ratos libres a escribir poesía para hacer letras de canciones.

¿Cuándo y cómo descubres tu talento? “Desde niña siempre me encantó leer, mis padres me compraban muchísimos libros y yo viví toda mi infancia y parte de mi adolescencia, sumergida en mis fantasías. La realidad me hizo despertar más tarde, pero nada impide que en la actualidad haga mis excursiones al mundo de Alicia.

Fue precisamente en ese ‘país’ donde descubrí mi talento, describía lo que veía, vivía y sentía en una hoja de papel. Dibujaba mis aventuras e intentaba revivirlas. Quería llevar mi realidad a ese mundo o mudar a aquél hacia esta cruda realidad. No ceso en mi empeño, si vivo en una fantasía… nada hará que despierte”.

Hablas de una fantasía, ¿reconoces que no es más que eso? “Si, sé perfectamente que vivo muy dentro de mí, eso es lo que ha hecho que todos me tilden de antisocial. Soy una chica muy espontánea, natural y elocuente, pero las realidades hacen que seamos diferentes, que nos comportemos de modos ambiguos ante lo cotidiano. Yo no critico al gobierno ni hablo del bloqueo, ni mucho menos pretendo culpar a alguien. Solo reconozco que mi mundo es mucho más bonito que éste, me niego a morar en esta realidad”.

¿A quién o a qué dedicas tu obra? ¿Cuál es el objetivo que persigues? “No tengo ningún objetivo enmarcado en concreto, solo hago lo que siento correcto para mí y los demás. Siento que tengo el deber de mantenerme pura, de ser fiel a mis ideales y sentimientos. Y muy en el fondo, estoy completamente segura que hago lo correcto.

Mi obra es para mí y para todos aquellos soñadores que no se rinden ante su realidad, aquellos que buscan un mundo mejor, los mismos que defienden los sueños de los niños. Aquellos que no dejan morir a su niño interior”.

Te refieres a la realidad como al enemigo mismo, ¿De qué realidad hablas? “Vivimos desde mi óptica, en el país más justo del mundo. Acá en Cuba los niños tienen un espacio privilegiado y son protegidos sobremanera. El gobierno hace un sacrificio indescriptible por mantener los sueños intactos, pero la realidad del país es más que compleja y a veces se hace imposible luchar contra la banalidad y la frialdad de sentimientos. La pérdida de valores es generalizada y el ejemplo que transpolamos a los infantes está muy distante de los ideales queridos”.

Una última pregunta, ¿Piensas que la situación económica, financiera, es la solución al problema? “Sin dudas que la influencia económica nos golpea a todos y cada uno, ganar la batalla económica en la que está sumergida la nación sería un gran paso de avance. Las intenciones gubernamentales son más que palpables, pero la cosa va más allá. Las necesidades básicas son mínimamente cubiertas y el cubano de hoy se ha vuelto muy apático, la necesidad de salir a flote ha hecho que se pierdan muchos valores y los niños son el reflejo fiel de ello. Luego, combatir ante la música imperante en nuestros días es imposible, la saturación del reggaetón con sus letras obscenas son otro gran impedimento. Los niños ya no cantan canciones infantiles, ahora les escuchas decir cosas como: déjate de infladera, y demás que no repetiré. Conclusión, que nuestra realidad es sin dudas, nuestro peor enemigo”.

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