Así canta El Maestro



Nacido en Songo - La Maya en Santiago de Cuba, Yuri Rafael Parra es un joven de apenas 18 años que gusta de los ritmos contemporáneos sin olvidar sus raíces campesinas más autóctonas. Proviene de una familia eminentemente agrícola, pero con una habilidad natural para sacar de la guitarra las mejores melodías que animan las labores cotidianas y endulzan el corazón. Esta ha sido, con total seguridad, la cuna propicia para que creciera y se desarrollara el artista que es hoy El Maestro, como se ha dado en llamar en el mundo de la música.

Desde muy pequeño se trasladó a La Habana y comenzó a cultivar el reggaetón. Cuando era adolescente escribía sus propias canciones y se pasaba horas con su viejo cuaderno componiendo letras que sin embargo, no se atrevía a entonar. No obstante, fue cuando conoció a Danilo, apodado El Hobbit, su amigo y compañero en la música, que se animó a cantarlas, al menos a cappella junto a él y en su círculo de amistades más cercanas. Así, de las letras inspiradas por aquel chico de secundaria, nacieron sus primeros temas ya musicalizados.

Andando por La Concretera, escucharon de un estudio de grabación llamado El Escándalo Music, de Unic Pro, localizado en el poblado habanero de Calabazar. Rápidamente se decidieron a presentarse en audición y consiguieron captar el interés de su productor. De este modo, en unas pocas semanas, lograron hacer su primer y único CD que llamaron La nueva liga.

Aunque tiene poco tiempo de creado, este joven dúo de reggaetón urbano, llamado El Comando, actúa indistintamente tanto en la capital como en la provincia natal de El Maestro. En La Habana mueven su música por la zona de Campo Florido y el Liceo de Guanabacoa, mientras que en Oriente se han presentado en Palmarito, Mella, Santiago y en el propio Songo - La Maya.

Cuando le preguntamos sobre sus derroteros en la creación musical, sus deseos y aspiraciones, así nos cantó El Maestro: “Mi música está dedicada a las cosas de la vida cotidiana, a las muchachas que me gustan, a mis experiencias de vida y a las de mis amigos. Quisiera lograr el reconocimiento del público por mi trabajo, no me interesa tanto el dinero aunque me hace falta para vivir, como cantar junto a los mejores reguetoneros del patio”.

El género urbano se caracteriza en esencia por poseer un gran dinamismo y muchas veces los temas llegan a ser efímeros, como la vida misma. Algunas de las canciones más acabadas del disco La nueva liga y que mejor lustran este estilo, son “Taxi rutero”, “La Chuli”, “La pared”, “Ella me pide” y “Ya no más”. Además, aderezan sus conciertos con muchos más temas que no integran la selección del disco.

En sus presentaciones acostumbran a montar espectáculos que aprovechan la activa recepción de la gente. Les interesa mucho el contacto lúdico con el público, invitan a las chicas a bailar en el escenario y a veces, ocurren simpáticos encuentros. La satisfacción mayor, la que experimenta todo músico que se debe a su pueblo, está allí donde la gente te escucha y corea tus canciones. Eso es algo a lo que ni El Maestro ni El Hobbit están dispuestos a renunciar. Personalmente, nuestro joven entrevistado agradece también los pequeños detalles familiares sin los cuales ningún artista puede llegar a lo más alto de su carrera: “La felicidad más grande ha sido el apoyo de mi mamá, quien dice que yo nací para ser artista, pues desde chiquito yo era el primero en dar un paso al frente para las actividades de la escuela y el barrio”.

No cesan de aparecer nuevos proyectos, aunque el grupo bien sabe que el difícil mundo del arte no está exento de conflictos: “El proyecto más inmediato que tenemos es hacer un video clip para darle un soporte visual al disco. (…) Las dificultades que se enfrentan al tomar este camino no son pocas y más cuando se proviene de un hogar humilde, son muchas las incomprensiones de los mayores cuando dicen que perdemos el tiempo”.

A pesar de todo, Yuri, El Maestro, no es pesimista. Hay muchas cosas que salvan la azarosa existencia de los músicos underground, las nuevas tecnologías facilitan la promoción y el desarrollo de su trabajo. “El entorno social en el que me desarrollo es un poco complejo ya que está compuesto por personas muy humildes conviviendo con problemáticas sociales bien difíciles en el tema de la violencia y la delincuencia, pero a la vez me rodean personas gentiles y de buen corazón moldeadas por las circunstancias de sobrevivir en la calle, pero que no pierden su humanidad. (…) Si me tengo que describir con una frase sería: el que persevera triunfa”.

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