El video clip cubano ¿sexual o educativo?
17 de agosto de 2015
Año 2015 y Cuba ha logrado un despegue significativo en cuanto a la calidad de sus videos clips en el mercado nacional y fuera de este. Realizadores como Alejandro Pérez han puesto bien alto el nombre del país al realizar trabajos de gran calidad con músicos reconocidos internacionalmente como Marc Anthony y Enrique Iglesias, fusionándolos con músicos de nuestra casa como Gente de Zona. Pero en un mundo por debajo de ese nivel coexisten una serie de realizadores de música underground que si no es menos cierto que con muy pocos recursos a su disposición hacen muy buenas obras, debemos enmarcar el hecho de la existencia de otros que con no tan pocos recursos a su alcance, hacen de los videos un objeto extremadamente sexual, agresivo, y muchas veces denigrante para una sociedad que intenta por muchos medios reincorporar valores éticos/morales, sobre todo en la mente de los más jóvenes, que precisamente son los más susceptibles a incorporar en su mente ideas poco educativas debido a su corta experiencia en la vida.
A propósito del tema sobre materiales que denigran a la mujer, me gustaría enfatizar que tal situación se hace extensiva también al género masculino. Pues no solo se vende la imagen degradada de la mujer, sino también la de los hombres, ya sea de forma objetiva o subjetiva, mostrando planos explícitamente sexuales o violentos de los cuerpos, y copiando indiscriminadamente tendencias similares puertorriqueñas que nada aportan a los valores sociales de los cubanos.
Es lamentable ver imágenes que recrean con complacencia, lo mismo pandillas de barrio que se enfrentan con bates y machetes ilustrando la letra de un reggaetón de moda; mujeres a simple vista drogadas de labios rojos sensuales y orgullosas de mostrar partes íntimas de su cuerpo; primeros y alejados planos de nalgas femeninas contoneándose, y hasta grupos de jóvenes que sin distinguir sexos, se besan y acarician unos a otros de la mano del reggaetón. Ejemplos de lo antes citado se pueden ver claramente, no solo en los medios oficiales que en honor a la verdad es donde menos se comparten, sino otros medios alternativos muy fuertes de difusión como el Internet, el Paquete de la Semana, en DVD de ventas piratas en todas las esquinas, donde la audiencia cubana ya no se encuentra cautiva, y por el cual en el aspecto de la difusión, ya no se puede culpar solamente al estado cubano.
No es menos cierto que el mundo en las últimas décadas ha dado un giro extremadamente liberal y por ello no debemos censurar manifestaciones musicales o sexuales por el hecho de no parecernos correctas, pero a mi entender, no es algo que se le deba mostrar a un muchacho que aún no tiene la capacidad de decidir sobre un contexto determinado en su corta vida y por eso me pregunto: ¿Cómo se está fomentando en un cubano el respeto al otro? ¿Qué valores estamos mostrando a las nuevas generaciones? ¿Realmente es necesario mostrar estos materiales en los medios de difusión masiva? ¿Qué ser humano estamos construyendo? ¿De qué paradigma hablamos? Pienso que no puede existir una persona en la pantalla televisiva y otra en la sociedad. Por lo menos a mí entender, es algo totalmente absurdo.
Hay siempre quienes contratacan abogando por la libertad de expresión y de géneros. Lo que no deja de ser lógico y comprensible. Pero creo que la cruzada no es contra un tipo de música, ni contra lo que se debe o no decir. Más bien creo que una parte de la solución debería estar en el desglose de materiales audiovisuales por horarios en los medios de comunicación. No hay razón para poner un video altamente sensual a las diez de la mañana cuando un público muy joven se encuentra totalmente activo. Otra posible solución sería poner normas educativas en cuanto a lo que se debe mostrar en un video para poder trascender, aunque no creo que el asunto sea prohibir la aparición en video clips u otros productos comunicativos, de mujeres en bikini o imágenes parecidas. Creo que el problema está en saber cuándo un cuerpo humano se utiliza como simple objeto sexual para vender, sea lo mismo de hombre o mujer, porque estamos reduciendo la humanidad de esa persona a algo simplemente instintivo, a un mercado, a un enriquecimiento de unos pocos a través de la figura humana, cuando lo primordial en la música es precisamente su melodía y no la imagen visual que hoy en día se quiera crear para ampliar el mercado de compra/venta.
Como vemos, la tarea no es fácil. El desarrollo y la globalización impiden un control absoluto de los materiales a publicar, que si por un lado resulta ser muy positivo, por otro resulta ser realmente inquietante, por lo que el trabajo no puede consistir en la censura, sino más bien en hacer entender a los jóvenes y no tan jóvenes, de manera educativa/constructiva lo que se quiere lograr, y este trabajo debe partir desde la base: padres, maestros, amigos.
Vuelvo y repito, mi objetivo no es estigmatizar un género como el reggaetón, ni satanizar un grupo o intérprete, sino dialogar sobre un asunto que trasciende a la propia televisión y a la industria cultural. Los medios son hoy un espacio que socializa valores y crea paradigmas en los jóvenes y niños que no saben distinguir aun entre lo bueno y lo malo.
Para culminar, desde mi punto de vista abogo por la necesidad de regulaciones y códigos de ética. una vez más lo digo, no censurando, sino educando, porque sin estar en contra de la utilización de la sensualidad, los límites entre lo erótico, lo sensual, lo violento y lo pornográfico son extremadamente difíciles de catalogar o desglosar, ya que depende de la perspectiva óptica de cada cual. En fin, solo con permitir y aceptar estos términos, hacemos cada día una sociedad más degradada y complicada de reconstruir.
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17 de agosto de 2015
Año 2015 y Cuba ha logrado un despegue significativo en cuanto a la calidad de sus videos clips en el mercado nacional y fuera de este. Realizadores como Alejandro Pérez han puesto bien alto el nombre del país al realizar trabajos de gran calidad con músicos reconocidos internacionalmente como Marc Anthony y Enrique Iglesias, fusionándolos con músicos de nuestra casa como Gente de Zona. Pero en un mundo por debajo de ese nivel coexisten una serie de realizadores de música underground que si no es menos cierto que con muy pocos recursos a su disposición hacen muy buenas obras, debemos enmarcar el hecho de la existencia de otros que con no tan pocos recursos a su alcance, hacen de los videos un objeto extremadamente sexual, agresivo, y muchas veces denigrante para una sociedad que intenta por muchos medios reincorporar valores éticos/morales, sobre todo en la mente de los más jóvenes, que precisamente son los más susceptibles a incorporar en su mente ideas poco educativas debido a su corta experiencia en la vida.
A propósito del tema sobre materiales que denigran a la mujer, me gustaría enfatizar que tal situación se hace extensiva también al género masculino. Pues no solo se vende la imagen degradada de la mujer, sino también la de los hombres, ya sea de forma objetiva o subjetiva, mostrando planos explícitamente sexuales o violentos de los cuerpos, y copiando indiscriminadamente tendencias similares puertorriqueñas que nada aportan a los valores sociales de los cubanos.
Es lamentable ver imágenes que recrean con complacencia, lo mismo pandillas de barrio que se enfrentan con bates y machetes ilustrando la letra de un reggaetón de moda; mujeres a simple vista drogadas de labios rojos sensuales y orgullosas de mostrar partes íntimas de su cuerpo; primeros y alejados planos de nalgas femeninas contoneándose, y hasta grupos de jóvenes que sin distinguir sexos, se besan y acarician unos a otros de la mano del reggaetón. Ejemplos de lo antes citado se pueden ver claramente, no solo en los medios oficiales que en honor a la verdad es donde menos se comparten, sino otros medios alternativos muy fuertes de difusión como el Internet, el Paquete de la Semana, en DVD de ventas piratas en todas las esquinas, donde la audiencia cubana ya no se encuentra cautiva, y por el cual en el aspecto de la difusión, ya no se puede culpar solamente al estado cubano.
No es menos cierto que el mundo en las últimas décadas ha dado un giro extremadamente liberal y por ello no debemos censurar manifestaciones musicales o sexuales por el hecho de no parecernos correctas, pero a mi entender, no es algo que se le deba mostrar a un muchacho que aún no tiene la capacidad de decidir sobre un contexto determinado en su corta vida y por eso me pregunto: ¿Cómo se está fomentando en un cubano el respeto al otro? ¿Qué valores estamos mostrando a las nuevas generaciones? ¿Realmente es necesario mostrar estos materiales en los medios de difusión masiva? ¿Qué ser humano estamos construyendo? ¿De qué paradigma hablamos? Pienso que no puede existir una persona en la pantalla televisiva y otra en la sociedad. Por lo menos a mí entender, es algo totalmente absurdo.
Hay siempre quienes contratacan abogando por la libertad de expresión y de géneros. Lo que no deja de ser lógico y comprensible. Pero creo que la cruzada no es contra un tipo de música, ni contra lo que se debe o no decir. Más bien creo que una parte de la solución debería estar en el desglose de materiales audiovisuales por horarios en los medios de comunicación. No hay razón para poner un video altamente sensual a las diez de la mañana cuando un público muy joven se encuentra totalmente activo. Otra posible solución sería poner normas educativas en cuanto a lo que se debe mostrar en un video para poder trascender, aunque no creo que el asunto sea prohibir la aparición en video clips u otros productos comunicativos, de mujeres en bikini o imágenes parecidas. Creo que el problema está en saber cuándo un cuerpo humano se utiliza como simple objeto sexual para vender, sea lo mismo de hombre o mujer, porque estamos reduciendo la humanidad de esa persona a algo simplemente instintivo, a un mercado, a un enriquecimiento de unos pocos a través de la figura humana, cuando lo primordial en la música es precisamente su melodía y no la imagen visual que hoy en día se quiera crear para ampliar el mercado de compra/venta.
Como vemos, la tarea no es fácil. El desarrollo y la globalización impiden un control absoluto de los materiales a publicar, que si por un lado resulta ser muy positivo, por otro resulta ser realmente inquietante, por lo que el trabajo no puede consistir en la censura, sino más bien en hacer entender a los jóvenes y no tan jóvenes, de manera educativa/constructiva lo que se quiere lograr, y este trabajo debe partir desde la base: padres, maestros, amigos.
Vuelvo y repito, mi objetivo no es estigmatizar un género como el reggaetón, ni satanizar un grupo o intérprete, sino dialogar sobre un asunto que trasciende a la propia televisión y a la industria cultural. Los medios son hoy un espacio que socializa valores y crea paradigmas en los jóvenes y niños que no saben distinguir aun entre lo bueno y lo malo.
Para culminar, desde mi punto de vista abogo por la necesidad de regulaciones y códigos de ética. una vez más lo digo, no censurando, sino educando, porque sin estar en contra de la utilización de la sensualidad, los límites entre lo erótico, lo sensual, lo violento y lo pornográfico son extremadamente difíciles de catalogar o desglosar, ya que depende de la perspectiva óptica de cada cual. En fin, solo con permitir y aceptar estos términos, hacemos cada día una sociedad más degradada y complicada de reconstruir.
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