Peñas musicales: una puerta abierta a la promoción de artistas underground



El concepto de una peña se asocia a menudo con la justicia social y la cultura popular. Generalmente, es un lugar de reunión o agrupación de músicos o artistas, que pueden estar ubicados en Europa o en varios países de América del Sur. En Cuba, el término en sus inicios significó un lugar popular barato donde se ofrecía la música popular, por lo general la nueva canción o Nueva Trova popularizada por músicos como Silvio Rodríguez, Noel Nicola y Pablo Milanés, en la década de los 60 y principios de los 70.

Hoy, salvando las distancias entre décadas, sigue teniendo la misma connotación y constituye además, un trampolín promocional y profesional para los jóvenes talentos de la isla. Podemos decir que las peñas son el verdadero empuje para los artistas aficionados.

No nos referimos a los espacios institucionales que promueven a aquellos artistas que son parte del catálogo de alguna de sus agencias, pues este artículo perdería el sentido para la revista PMU. Nos referimos a las propuestas y posibilidades alternativas interesantes para los músicos que no cuentan con los recursos necesarios para su promoción. Y queremos notar que el crédito principalmente se lo llevan los artistas protagonistas de las peñas al otorgarles un espacio a otros músicos que no pueden contar con un espacio fijo por diferentes causas ajenas a su voluntad, como representación o membresía a una agencia o institución estatal. Ya conocemos que la representación de dichas agencias estatales es solo simbólica en la mayoría de los casos y que desgraciadamente para los artistas, aunque underground por vocación, necesitan de la inscripción para presentarse en cualquier lugar de la isla.

Sin embargo, los artistas underground que no pertenecen a agencia alguna pueden estar invitados por el protagonista de la peña sin que se le exija un documento que demuestre su permanencia dentro del catálogo de cualquiera de las instituciones musicales. Paradójico, pero favorable para los artistas sin patente.

Un ejemplo de ello lo constituye la peña de Ray Fernández, la cual se realiza cada jueves en el Centro Cultural Diablo Tun Tun. En esta peña con más de 10 años de creada y mantenida en los índices más altos de audiencia y gusto, todos aquellos artistas sin importar credo ni raza, tienen la primicia de dar a conocer su talento. Entre el primer y segundo tiempo de concierto de Ray, estos músicos sin patrocinio institucional alguno, tienen la oportunidad de interpretar dos temas de su repertorio, dándose a conocer entre el público asistente.

La peña de El Poeta Lírico, que se realiza en La Madriguera los últimos miércoles de cada mes a las 9 de la noche, es también una peña llena de acontecimientos, donde además de entrada gratis, les brinda a todos los músicos de rap/hip hop, la oportunidad de lanzar o presentar un disco de su creación.

Por otro lado, el proyecto Malcolm Beybe, que también cuenta con una peña fija en la Casa (Mauline) de Cultura del municipio Arroyo Naranjo, es otro gran propulsor de jóvenes talentos. A pesar de ser un proyecto gigantesco con más de 10 integrantes, la buena acción es que continúan aceptando a todo artista con ganas de crear y les ofrecen su momento cada miércoles en esta peña.

Estas, y otras peñas no citadas aquí y no por eso menos importantes, tributan al desarrollo de todos los músicos underground que existen en Cuba. Porque muchos de los creadores de géneros musicales que van desde el hip hop hasta la música electrónica, encuentran en las peñas el primer espacio de promoción de su trabajo y carrera.

Aunque exista a todo lo largo y ancho del país un elevado número de preferencias musicales, que a nivel social inclinan la balanza a favor de los géneros más movidos y consumidos como el reggaetón, y aunque es cierto también que los géneros más demandados tienen otros espacios culturales institucionales de presentación y menos trabas burocráticas, la realidad es que las peñas proporcionan más opciones para los géneros menos consumidos como el hip hop y el rap. Incluso, estos lugares funcionan también como espacio de interacción y retroalimentación artista-público, porque tiene la característica de reunir un público heterogéneo, según las preferencias artísticas de cada cual, donde convergen muchos jóvenes cubanos y extranjeros.

Por tanto, todas las ciudades y medios rurales, a través de las diferentes peñas culturales se convierten en un espacio de promoción para la música y los artistas underground, espacios que debemos seguir, cuidar y desarrollar, en aras de continuar el avance del movimiento musical underground cubano.

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