Con L y sin “palanca”…



Cuando la época de los descuidos, los juegos y las recreaciones infinitas van languideciendo con la adolescencia, y las circunstancias sociales y particulares exigen madurez y reflexión para tomar decisiones definitivas e ineludibles para el mañana, Javiel Pérez Travieso, a sus 17 años se ha enamorado de la música con la perspectiva de emprender un camino juntos que le permita lograr sus sueños en el futuro. Como cualquier chico de su edad, sin importar nacionalidad, género o raza, el ímpetu de la juventud le hace romper las nieblas del miedo que provoca la experimentación de lo desconocido, a la vez que no le ciega ante los riesgos y los obstáculos que podrá encontrar en lo adelante para la materialización de su proyecto. Atraído hacia un escenario en el que compiten tantos otros, está consciente de los desafíos a los que se enfrenta, pero no le da lugar a la posibilidad del fracaso, como bien afirma: “aún tengo bastante tiempo para chocarla”, para luchar contra la frustración que pueden provocar los altibajos de su carrera.

De todos los estilos o variantes musicales que se escuchan en la realidad cubana de hoy, Javiel, conducido por sus potencialidades y gustos, incursiona en el pop electrónico, “un género que viene de una sonoridad que está muy de moda en estos momentos llamada fusión, con un poco de house y pop”. Le satisface combinar este atractivo ritmo con letras románticas como una forma de llegar al público joven para acompañarle e inspirar sus relaciones amorosas.

Durante el tiempo que nos ofreció para conversar, nos confesó que no se rige por el romanticismo de José José, aunque reconoce que le es de mucha ayuda a la hora de componer algunas de sus letras. Más que por las pasadas baladas con las que se enamoró la generación anterior, “yo me guio por Los Ángeles, SMS, Justin Bieber y One Direction, aunque de estos dos últimos que mencioné, no entienda nada de lo que dicen, pero me gusta cómo suenan sus ritmos”. Si con algo no está de acuerdo es con aquellas letras superficiales que solo exponen reiteradamente frases relacionadas con sentimientos banales. Aconsejado por personas diestras ya en la faena musical, está convencido de que el éxito radica en lograr conectar los intensos contenidos del texto con las expectativas de sus fans. Y así lo ha podido comprobar en los lauros hasta ahora alcanzados, aunque escasos, le han permitido reconocer sus dotes y sentirse más seguro de sí.

Como solista nunca ha tenido la oportunidad de interpretar en público, pero actualmente como vocalista de un grupo “donde único me he presentado es en la casa de la cultura de mi localidad, aquí en Arroyo Arenas, donde me quedé impresionado porque acababa de entrar al grupo y ya más o menos ellos tenían su público aquí, y aquello fue tremendo. Un 22 de diciembre, si allí no había 300 personas, entonces no había nadie. El lugar… lleno a pulmón, sin gastar un peso en promoción. Allí fue donde me di cuenta de que con talento se puede, aunque se avance más lento”.

Simultáneamente, graba junto a su equipo de aficionados varios temas y videos promo, para explotar al máximo los medios digitales como forma rápida y alcanzable de hacer su propia gestión publicitaria.

A pesar de constatar que es un joven centrado en lo que espera, admite que no se muestra fácil lograr un renombre en el mundo que le cautivó. No bastan las aptitudes y los buenos deseos. Muchos más requisitos complejizan el sendero hacia el triunfo. Para empezar, el asunto financiero tan limitado en los tiempos que corren. Sentarse plácidamente a esperar que “las cosas mejoren” no conjuga con el espíritu de Javiel. Si bien “jodo bastante a mi mamá y mi papá para pedirles dinero, cuando no se puede, entonces salgo a tirar una placa, a recoger un patio, algo que me dé dinero. Por ejemplo, hace poco hice un video de 100 CUC, barato porque es lo que se puede por ahora. De esos cien pesos, una parte me la dio mi mamá, otra la trabajé, y el resto la puso el grupo”. Por suerte, la vida le ha llevado a aprender el oficio de albañilería en la escuela Olo Pantoja, permitiéndole ingresar alguna cantidad para subvencionar parte de sus gastos.

La carencia económica imposibilita poder contar además, con un representante para realizar una labor de promoción efectiva que lance al grupo más allá de las fronteras locales. Añádasele la falta de una “palanca” y los trámites burocráticos por los que todo aspirante a artista tiene que transitar para cambiar el calificativo de “aficionado” por el de “profesional”, y un sinnúmero de pasos que con placer se evadirían si no se tuviera la vitalidad de los 17 y la voluntad de hacer.

Por eso Javiel no se rinde. Con el apoyo de su familia y sus amistades que han estado a su lado “en las buenas y en las malas”, confía en que su música se escuche bien fuerte “en cada casa, en cada disco, en todos lados”, y en que pronto podrán conquistar otros espacios para cantar sus números. Junto a sus compañeros maneja la idea de presentar unas de sus creaciones en los premios Lucas, pese a reconocer la rigurosidad del jurado. Como buen hijo de Cuba apuesta por nuestra música, que “es la que más sandunga tiene; nada más tienes que escuchar el ritmo del Chacal, de la Charanga, para que veas que bailas como quieras, aunque no sepas, pero te mueves”.

Antes de la despedida y agradecido por la entrevista, nos recordó que no lleva nombre artístico y que el suyo termina en “L”. Y para aquellos que desean insertarse en esta realidad, les dejó estas palabras: “Que se esfuercen mucho y que no paren de insistir, que si en verdad tienen el talento, nada va a impedir que lleguen a la cima (…) Y lo más importante, que nunca pierdan la esperanza”.

Atrás


Comentarios   Dejar un comentario
No hay comentarios en este momento.