Iyaima, el teatro y el canto. Un sueño platónico hecho realidad



La expresión “nueva canción” en Cuba viene a denominar a los movimientos de la canción que a finales de 1960 ya se habían constituido en el Cono Sur. Esta expresión comienza a ser utilizada cada vez más ampliamente, hasta designar hoy día a la gran mayoría de los otros movimientos nacionales que en los años setenta ya tendrán exponentes importantes en casi todos los países del continente.

La nueva canción, por diferentes motivos y en muchas ocasiones, hoy se entiende como la canción del pasado. Por dicha, existen aun músicos de las generaciones actuales que intentan rescatar este género y regresarle la importancia que amerita. Una de las luchadoras incansables por mantener viva la Nueva Trova, incorporándole elementos musicales contemporáneos con un sello personal, es Iyaima Martínez Navarro. Esta joven que recién comienza su carrera en solitario, transgrede todos los obstáculos para devolvernos los géneros que por más que olvidados estén, no dejan de ser joyas de la cultura cubana.

Iyaima desde pequeña comienza en el mundo del arte desde la actuación, específicamente en el teatro, que era su ilusión. Vivió en la antigua Unión Soviética con su familia, donde da sus primeros pasos en el teatro. Después, realizó estudios en la Escuela de Instructores de Teatro para ser profesora. Recibía clases de actuación, dirección y proyección musical, pero solo como asignatura. El canto era más bien empírico y llegó a ella como una especie de casualidad. Siempre en las obras de teatro que interpretaba existía un acto que llevaba una pieza musical, la cual podía estar presente en un coro o una frase para tararear. Es aquí donde la canción llega a Iyaima, pero aun sin la importancia y el rigor que le da en estos momentos. Una vez dentro del teatro, recibe clases para un monólogo sobre la música en el cine, donde debía interpretar a capela un repertorio musical.

Posteriormente, Iyaima se vincula a un proyecto de teatro musical donde se presentaban varios actores y músicos como Oliver Rio, Amanda Cepero y otros trovadores matanceros. Es aquí donde realmente Iyaima se vincula directamente a la música y comienza su carrera en solitario.

Durante la durabilidad de la puesta en escena y en descargas extras, a Iyaima le pedían que interpretara otros temas que nada tenían que ver con los que habían sido preparados para la obra. Esto le daba cierta vergüenza con sus colegas, pues durante la obra su participación era como corista, pero finalmente salía y complacía al público que la aclamaba. Tener que prepararse sobre la marcha por no tener técnica vocal para interpretar el personaje, la ayudó para dotarse de ciertas herramientas que desconocía. Y es aquí donde interpreta con el acompañamiento de una guitarra, dos temas delante de un público ya representativo. Cuando vio la aceptación de sus interpretaciones, comienza a prepararse y sale en busca de superación.

Lo primero fue buscar una guitarra acompañante y es cuando llega Abel, también como por casualidad, quien la ayuda y la guía en sus primeros pasos como solista, y también monta los temas del repertorio de Iyaima. Una química desde el inicio, un dúo acoplado que va camino a la máxima profesionalidad. Iyaima y Abel se conocieron de una manera muy cubana, en un patio de una descarga musical donde él descubre, sobre todas las cosas, el timbre.

Iyaima se identificaba más con géneros como el filin, hasta que Abel la fue introduciendo, aprovechando su timbre de voz muy similar al de Xiomara Laugart, en el gusto de la Nueva Trova. Tuvo buen ojo y la llevó a comprender que la música cubana es mucho más de lo que ella tenía concebido. Me confiesa Iyaima que aquí ha encontrado su verdadero camino, o al menos lo que más disfruta en estos momentos. Este descubrimiento la ha llevado a investigar la cancionística de los 70 y principios de los 80, llevarla a la actualidad y hacerla a su manera.

Iyaima ha tenido el coraje de interpretar covers de importantes y reconocidos cantautores cubanos como Raúl Torres y Alberto Tosca, con la intención de rescatarlos. Independientemente de que sean versiones, ella le pone su sello identitario.

Esta valentía que va acompañada del talento innato de Iyaima, la obtuvo de la base teatral y la preparación durante los años de la solista. Confiesa que existen temas que en principio cree no poder interpretarlos. No obstante, con la ayuda de Abel y la perseverancia de ambos, lo logran con total profesionalidad.

Hasta ahora ha hecho solo covers, pero ya tiene un tema de su autoría que formará parte de su primera producción en solitario. Hace solo 6 meses que Iyaima lleva a cabo su carrera en solitario y ya se ha presentado a un público bastante exigente y crítico como el de la peña de Ray Fernández. Un avance fugaz donde lejos de estar temerosa, Iyaima se siente más segura.

La joven solista está en todas las disposiciones de interpretar otros géneros musicales como el jazz, el filin y todo lo que considere pueda interpretar, pues no le gusta la idea de encasillarse.

La producción y promoción para Iyaima y Abel ha sido difícil como para todos los artistas underground, y dolorosa desde el punto de vista burocrático. Todo corre por su cuenta, y traspasan todas las barreras que en la mayoría de las ocasiones, absurdas son. Las gestiones para presentarse en los sitios que hasta ahora se han presentado, han sido logradas por la confianza que en su talento tienen ambos, que les otorga la intrepidez necesaria para gestionarlos sin un documento por medio.

Tienen un demo titulado Añoranza, que ha salido gracias a la ayuda desinteresada de algunos amigos. El estudio de grabación fue el baño de una casa preparado acústicamente.

Iyaima tiene la proyección futura de cantar donde pueda, seguir aprendiendo y estudiando sobre la música y su entorno. Su deseo máximo es continuar creciendo en el interesante mundo de la música. Ella y Abel agradecen a PMU por la promoción y a todos los que los han apoyado en este camino imparable ya, hacia la música.

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