Richard Gómez y su máquina del tiempo



Heredero de la guitarra de su padre Rolando, que a su vez la recibiera de su padre Ricardo, el trovador recientemente naturalizado tunero, Richard Gómez, ha venido a reforzar el frente musical de la provincia. Favorecido además, con una voz característica, las letras de sus canciones acercan al oyente a una época donde las canciones trovadorescas se convertían en himnos de resistencia. Las calles de Las Tunas y su gente son ahora la principal fuente de inspiración de un hombre sencillo, un músico que se adaptó de manera casi perfecta a nuestra ciudad.

“Yo empecé toda esta historia desde muy chico, desde que tengo uso de razón una guitarra pequeña me acompaña. Mi padre mientras fui creciendo me inculcó el amor a la música, me habló de mi abuelo, que fue músico y compositor. Por todo eso, yo siempre digo que le debo gran parte de lo que soy a la tradición familiar”.

El también compositor y arreglista tuvo la dicha de vincularse al movimiento de la Nueva Trova de la mano de una de las grandes en nuestro país: Marta Campos. Compartiendo escenario con aquellos que una vez integraron la Generación Topo, de ellos tomó lo mejor, se empapó del sentimiento patriota, contestatario y por eso sus canciones todas, están concebidas al estilo del verdadero juglar, cronista de su tiempo.

“Para mí fue algo grande conocer de cerca a Silvio, Vicente, Pablo, Noel y otros más. Sumergirme en todo aquel proceso fundacional de la Nueva Trova confirmó en mí la necesidad de convertirme en trovador. aquel proceso me marcó profundamente, la trova y la guitarra son parte indisoluble hoy de mi ser. Pudiera decir que todos han sido mis maestros, cada cual con su estilo ha tenido que ver en mi formación de manera muy particular, y aunque nunca tuve la suerte de algunos de convertirme en una gran figura, me siento muy orgulloso de lo que soy”.

Asistir a una presentación de Richard es recorrer su innegable obra trovadoresca, cada canción esta premiada con los sentimientos de una generación que pujaba por darse a conocer, para algunos seguramente resultaría un descubrimiento, para otros un reencuentro. En mi caso descubrir este artista ha sido estar en el primer grupo. Ya había escuchado comentarios sobre la nueva adquisición tunera en el ámbito musical alternativo, y un concierto fue la plataforma para el encuentro, donde definitivamente aquellas letras eran dignas de reconocimiento, porque el discurso claro, con metáforas perfectamente entendibles son la carta de presentación que muestra el artista en cualquier escenario.

“La composición es sin dudas un acto de creación, es el momento en que convierto en palabras mis sentimientos, vivencias, la manera de traducir en canción un grupo de sucesos. Mi manera de componer es algo peculiar, me gusta escribir las canciones y luego de pulir el resultado, consulto con otros músicos, o simplemente amigos, sobre su parecer. Eso es algo a lo que le doy mucha importancia ya que regularmente aquellos que me dan su opinión son seguidores de mi obra. Hasta que yo no siento que la canción esta lista, no ve la luz”.

Este artista comenzó su carrera en los 80s, una etapa aun difícil para aquellos que osaban ir en contra del institucionalismo cultural, y el lenguaje prediseñado y autocensurado no era parte de su repertorio. Canciones como “La máquina del tiempo” son una clara crítica a la perdida de los inmuebles culturales, al descuido, a la indolencia, y una alusión directa al sentimiento personal que debe llevar consigo siempre un verdadero trovador. El amor también abunda en las letras de Richard Gómez, un artista que con su guitarra en mano, su eterna compañera desde niño, recorre esta ciudad llevando lo mejor que sabe hacer: música. Sigamos entonces, y sobre todo apoyemos, a este joven talento de nueva adquisición en el mundo alternativo tunero.

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