Juventud mezclada con talento



Su nombre es Marcelo Pérez Rodríguez y a sus escasos 18 años, ya tiene bien claro su objetivo como músico, que no es más que inspirarse en cada suceso que pasa cercano a él, dígase vivencias personal o sociales, ya sean positivas o negativas, y sobre todo transformar esas historias en poesía porque “…es lo que me gusta hacer y seguiré haciéndolo lo mejor que pueda”.

Su origen es el reparto Arroyo Arenas, en el municipio capitalino de La Lisa. Desde los 14 años comenzó haciendo rap y grabando varios temas en una especie de estudio que tenía frente a su casa. “Donde grabábamos es la casa de un amigo mío que tenía un micrófono Shure y con eso nos defendíamos intentando hacer muchas cosas. Luego, fui dejando un poco atrás el rap, pues me fue gustando más la música bailable, hasta hoy que hago fusión y me gusta mucho hacer números románticos”.

Marcelo, a pesar de su juventud, tiene grandes aspiraciones en la vida en cuanto a la música se refiere. “Yo espero tener la suerte de gustarle a mi público y tener conciertos sin parar hasta que el pueblo quiera, porque son ellos los que deciden si tú serás alguien de renombre o no. Hasta ahora estoy enfocado en un proyecto muy interesante, el cual quisiera mantener en secreto por el momento ya que es algo muy novedoso y pudiera alguien aprovecharse de esto, pero créanme, va a sorprender a muchas personas”.

A través de su corta carrera, ya este joven cantautor cuenta con varias presentaciones resueltas a través de su propia gestión personal. “Sobre mis presentaciones te puedo decir que me he presentado en la Casa de la Cultura de Arroyo Arenas, en varias peñas que me han invitado, en La Hiedra. Pero donde más me he destacado fue en la propia Casa de la Cultura en un concierto por fin de año en el cual tuvimos el protagonismo de la actividad. Ese día me sentí muy orgulloso de mí mismo y lo que puedo lograr. Actualmente, no me presento en ningún lugar, ya que estoy enfocado en el proyecto secreto que antes les mencioné”.

El apoyo de sus amigos ha sido fundamental para seguir adelante. “En mi vida artística me han apoyado varios amigos que dicen que realmente tengo talento para esto. Recuerdo que una vez decidí no cantar más, cuando eso yo tenía unos 16 años, y Duany un buen amigo, me dio un buen regaño como si fuera mi padre, diciéndome que yo tendría un gran futuro, que no me podía rendir, que yo solo era un chamaco y ya hacía cosas mejores que muchos que llevan toda una vida en esto. Estoy convencido que gracias a él todavía estoy aquí”.

Para este joven, el factor económico ha sido un impedimento importante para lograr dar el salto, porque como muchos jóvenes cubanos, no cuenta con el apoyo familiar en este aspecto, y no es porque no quieran ayudarlo, sino por no tener la posibilidad de hacerlo. “La gran dificultad mía es el dinero. lamentablemente mis padres no tienen como apoyarme en este sentido. Yo tengo que sudar o como casi siempre ocurre, colaborar con alguien que sí tenga la posibilidad económica de llevar a cabo un proyecto. La verdad no quisiera culpar a nadie por este factor, no creo que solo sea un mal nacional, a nivel internacional también pasan estas cosas”.

Al preguntarle sobre los ritmos actuales cubanos y sus tendencias comenta: “para mí la música cubana actual está de maravilla. Es bueno que haya diversidad a la hora de elegir qué escuchar. Eso sí, pienso que es preocupante que algunas que otras letras manden un mensaje banal y nocivo para la sociedad. Incluso, hay muchas de estas que nos incitan a degradar a la mujer y hasta a ‘pinchar’ a otra persona solo por diversión, y la verdad eso no es para nada positivo, ya que estos artistas en su mayoría son un paradigma de muchos jóvenes. Mira, les pongo un ejemplo, tú vas a un concierto de Chocolate al Anfiteatro de Marianao, y desde que llegas puedes asegurar que ese día si no apuñalan a alguien, se va a acabar el mundo. Es lamentable, pero es así”.

Para Marcelo, comprometerse con su público está entre sus primeras prioridades. “Con mi público tengo el compromiso de dar todo de mí a la hora de interpretar una canción, a la hora de componer, y sobre todo, hacer lo que ellos pidan. A ellos me debo y sin ellos nunca sería nada”.

Al preguntarle sobre su consagración como artista, respondió sin vacilar: “Para mí, la palabra artista es muy grande y debe respetarse como tal, yo simplemente soy cantautor y todavía me queda camino para llegar a estar consagrado en este mundo. No obstante, el día que hice el concierto de Fin de Año, me sentí como alguien totalmente bendecido y consagrado. Aquello se llenó mucho y sentí el apoyo de todas las personas que siempre están pendiente a lo qué hago”.

Ya casi culminando la entrevista, no quiso dejar de hacer algunos agradecimientos por los logros obtenidos en su corta carrera musical. “Hay dos personas que pienso que fueron los que más influyeron, Weimar un amigo que cantaba antes conmigo, que fue quien me alentó a salir de cantar reggaetón, ya que por unos meses me desvié de mi camino en este rumbo, y sobre todo a Dachay, mi productor musical actual, que fue quien me grabó mi primer tema y es el que me ha enseñado muchas de las cosas que actualmente pongo en práctica y me han dado mil resultado. Simplemente, a ellos les doy mil gracias, como se las doy a PMU por hacer lo que hacen, cada día mejor. Creo que actualmente no hay un proyecto similar que apoye de tal manera a los jóvenes, espero que se mantengan por muchos años”.

A pesar de su corta edad, este joven es un ejemplo más de voluntad, demostrando que con muy pocas posibilidades económicas se pueden lograr grandes objetivos, simplemente poniendo optimismo y fe a lo que se quiere lograr. Solo el tiempo dirá si realmente su consagración tomará a su favor, el camino de la fama.

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