Por más que se grita: sigue la censura al hip hop/rap



Muchas han sido las críticas, presiones positivas y supuestas soluciones dadas a lo largo de la historia de PMU, en cuanto a la poca divulgación que se le da en la isla a los géneros del hip hop y el rap. A su vez, bastante han hecho individualmente una buena parte de cantautores independientes por hacer que su voz se escuche y que tengan un significado positivo para las venideras generaciones. Pero muy poco, o absolutamente nada, han hecho las autoridades cubanas en aras de apoyar estos jóvenes que cada día son más.

A estos músicos alternativos cubanos los mueven las mismas razones que a cualquier hijo de vecino de este mundo nuestro, pero tienen muchos más presupuestos válidos de los que partir por el mismo sistema económico y político que impera arbitrariamente en la isla desde hace más de medio siglo. No es un secreto para nadie que el hip hop y el rap tienen especialmente en Cuba, sentido y raíces francamente provocativas, críticas, que fustigan la dura realidad que se vive en el país, lo cual es una de las razones primordiales por lo que no cuentan con el apoyo de las instituciones culturales del país. En sus letras y espectáculos por lo general, narran historias tristes, injustas, discriminatorias, carenciales, que por ende las autoridades no quieren oír, y mucho menos quieren que sean escuchadas por la población en general. Por lo cual sería ilógico pensar que algún día tendremos en la Plaza de la Revolución o en las escalinatas de la Universidad de la Habana, un concierto de Los Aldeanos o simplemente, de alguno de estos muchachos en busca de la dura realidad.

Por otra parte, se encuentra la contrapartida del gobierno cubano, el cual se escuda de forma algo hipócrita en la existencia de una llamada Agencia Cubana del Rap, que los agrupa y "representa", pero para nadie es un secreto que esta entidad es extremadamente selectiva a la hora de escoger los grupos, no tanto por lo artístico y técnico, sino por el factor político-ideológico. Además, algunos de los absurdos requisitos obligatorios es estar viviendo permanentemente en La Habana, mantener sus letras por debajo de la crítica política/social y agresiva que reina la isla, con independencia de que no figurarán en medios masivos como la televisión y la radio.

Hay algo que en los últimos tiempos ha pasado de forma inesperada, y es que a pesar de toda esta anti-propaganda con este género, no solo ha crecido el movimiento underground en el país, sino que se ha incrementado y ha sido reforzado por féminas que se adhieren a este espacio sin importar la censura que puedan recibir. Para poner ejemplos interesantes de lo anteriormente expuesto, se pueden mencionar proyectos como Alzar la Voz, el cual no aglutina solo a mujeres raperas, también figuran y se destacan sociólogas, poetas, psicólogas y otras féminas profesionales, que igualmente apuestan por este género urbano, aunque no sea favorecido por el estado y sus instituciones.

Los nombres auto-asignados a estos movimientos musicales independientes dicen por sí solos, el compromiso social al cual están sometidos, para un pueblo que necesita que sus voces estén activas en aras de un cambio positivo en la mentalidad general. Algunos ejemplos dignos de mencionar son: TNT La Rezistencia, Golpe Seko, Estudiantes Sin Semilla, Las Krudas, Las Positivas, entre otros.

En estos momentos nadie tiene la clave, ni la respuesta absoluta a lo que sería más factible hacer para cambiar está absurda política de censura, pero darse por vencido o tirar la toalla al piso, no creo que sea ni remotamente una solución. Algunos poco optimistas dirán que es una guerra de guerrilla agotadora, y la verdad, puede que lo sea, ¿pero de qué otra manera podemos esperar asumir que mentes retrógradas cambien de parecer?.

Raúl Fronteras Aldama, es uno de los dos integrantes del grupo de rap La Escoria Late, y tiene su punto de vista al respecto: “La tarea para nosotros es bien difícil. Si por mí fuera, yo cogiera a todos los raperos que conozco y les dijera: vámonos todos pa’la Plaza de la Revolución y vamos a empezar a cantar, o pa´la Tribuna Abierta y que pase lo que vaya a pasar. Pero es una realidad que muy pocos se arriesgarían hacer. Incluso, sin faltarle el respeto a ninguna autoridad, simplemente uniendo nuestras voces en una. Porque de la Asociación Cubana de Rap, por lo menos la que yo conozco, que se encuentra en la calle Zanja llegando a Belascoain, ahí lo único que sirve es el cartel grande que tiene afuera y el viejito que cuida la puerta que te atiende con tremenda simpatía. Por lo demás, ir allá es por gusto. Al final no te dan ninguna propaganda, ni sales en el televisor, ni en la radio, ni nada. Simplemente es una "tapadera" para que nosotros no digamos que nadie nos representa, pero al final es la verdad, nadie nos representa y lo único que han logrado con esa institución, es que provoque chistes y molestias entre nosotros”.

Otra opinión no tan pesimista, es la de la de Daniel Mendoza, representante del grupo de Raúl: “Estos muchachos son un poco pesimistas al respecto. Si bien es verdad que la institución no representa prácticamente nada en ellos, sí creo que abrirla es un primer paso dado, que puede ser beneficioso para todos, independientemente del objetivo con que se haya creado. Recuerden que las edificaciones y las ideas se hacen, las personas se reciclan, y el día de mañana este lugar puede ser clave para el beneficio de todos. Mi idea es mantener la presión de forma inteligente, para que poco a poco los conceptos medievales vayan emancipando a un nivel superior”.

Estos artistas, a pesar de sentirse marginados y carentes de apoyo, tienen deseos y fuerzas para seguir cultivando con indescriptible pasión, los géneros con cubanía que hacen día a día, en diferentes lugares o contextos, alimentando ese movimiento cultural, con la convicción que continuarán haciendo esa música subterránea, fuera del sistema, que tanto irrita a las autoridades cubanas.

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