Navegando por las luces de las redes sociales
28 de septiembre de 2015
Soy seguidora de todo artículo que hable de música, ya sea la sección “Los que soñamos por la oreja” de Joaquín Borges Triana en el diario Juventud Rebelde, o aquellos tan interesantes que se publican en El Caimán Barbudo. En muchos se habla una y otra vez de los tantos problemas por los que transita la industria musical y televisiva, y a pesar de tantas publicaciones y tantas críticas, se continúa dando vueltas en un círculo vicioso, del que al parecer nadie quiere salir, pues muchos hablan, pero casi nadie hace.
El medio underground se encuentra tras una cortina de ‘peros’ que impiden el buen desarrollo de este. Quizás una de las cosas en las que se tiene que trabajar es en la promoción, la divulgación y publicidad que se le debe dar a todo artista. Estos son los ingredientes principales para que cualquier músico pueda dar a conocer su trabajo, son elementos muy importantes y de los que carecemos en la actualidad, incluso a nivel de instituciones que están precisamente para realizar esta labor. No caeremos en aquello de que solo se promociona lo que interesa, dígase de la falta de música autóctona que existe en los medios y hasta etcétera. Nos referiremos a lo que nos compete, la música underground, que por suerte, cuenta hoy con este sitio que nos ha dado la posibilidad de adentrarnos en su mundo.
Todo músico pasa por un arduo proceso de creación. Escoger las canciones de su repertorio, el montaje de las mismas y si tienen la posibilidad de grabar un disco con ellas, pues entonces viene todo lo que conlleva, incluyendo el conteo de cada centavo que se dejará por el camino. Luego de toda esta parafernalia que corresponde, el músico debe promover su obra, pues de lo contrario no se conocerá y pasará desapercibido. Para ponerles un ejemplo, muchas actividades underground no han tenido un buen desempeño debido a la falta de publicidad que se le ha dado y esto en muchos casos ha sido imperdonable.
Para nadie es secreto el gran impacto que hoy en día posee Internet a nivel mundial, dándole protagonismo a las redes sociales, lo que ha propiciado que los músicos promuevan su trabajo sin intermediarios, a través de ellas. Entre las redes más conocidas podemos mencionar a Pinterest, Twitter, el notorio canal de vídeos YouTube, My Space o Flickr, pero existen otras más orientadas a la música como Spotify, Last.fm, ReverbNation y SoundCloud, siendo esta última una plataforma de distribución de audio. Pero claro, la más popular en nuestro país sin lugar a dudas es Facebook. Mark Zuckerberg quizás no se imaginó que este sitio iba a ser una de las vías que usaran los artistas para darle publicidad a su obra. De qué otra manera podríamos conocer la música electrónica de David Casas y BJoyce, o el freestyle al que nos tiene acostumbrados David D’Omni, quien ya promueve su nuevo CD Suaesito mediante esta red. El “face”, como popularmente lo llaman, es el medio por el que me enteré del nuevo vídeo “En realidad” de Bárbaro El “Urbano” Vargas, del lanzamiento del nuevo disco Otra vez en los radares de Maykel Xtremo y de la fiesta electrónica en 3ra y 8 donde el proyecto PAUZA tuvo todo el protagonismo.
Es cierto que la industria musical se ha beneficiado con la creación de estas redes y que siempre se ha tenido que adaptar a los cambios, contando el arribo de nuevas tecnologías, sin embargo, existen revistas culturales y periódicos, que no asumen el rol que le corresponden cuando de música underground se trata. ¿Sabe usted de cuánta buena música se nos priva día a día por no estar el músico que la defiende en el catálogo de un sello discográfico? Sería razonable que nos cuestionemos cómo es que raperos, trovadores o rockeros que llevan años en la música no tienen ninguna posibilidad con jóvenes (y no tanto) que apenas se enfrentan al medio. Ya el ser egresado de alguna de las diferentes escuelas de enseñanza artística del país no lo es todo.
Deberíamos preguntarnos cuánto tiempo más seguirá la pirámide invertida, eso sí es una incógnita, un misterio a descifrar. Mientras tanto, nos queda solo seguir disfrutando de las redes sociales y las luces que las rodean.
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28 de septiembre de 2015
Soy seguidora de todo artículo que hable de música, ya sea la sección “Los que soñamos por la oreja” de Joaquín Borges Triana en el diario Juventud Rebelde, o aquellos tan interesantes que se publican en El Caimán Barbudo. En muchos se habla una y otra vez de los tantos problemas por los que transita la industria musical y televisiva, y a pesar de tantas publicaciones y tantas críticas, se continúa dando vueltas en un círculo vicioso, del que al parecer nadie quiere salir, pues muchos hablan, pero casi nadie hace.
El medio underground se encuentra tras una cortina de ‘peros’ que impiden el buen desarrollo de este. Quizás una de las cosas en las que se tiene que trabajar es en la promoción, la divulgación y publicidad que se le debe dar a todo artista. Estos son los ingredientes principales para que cualquier músico pueda dar a conocer su trabajo, son elementos muy importantes y de los que carecemos en la actualidad, incluso a nivel de instituciones que están precisamente para realizar esta labor. No caeremos en aquello de que solo se promociona lo que interesa, dígase de la falta de música autóctona que existe en los medios y hasta etcétera. Nos referiremos a lo que nos compete, la música underground, que por suerte, cuenta hoy con este sitio que nos ha dado la posibilidad de adentrarnos en su mundo.
Todo músico pasa por un arduo proceso de creación. Escoger las canciones de su repertorio, el montaje de las mismas y si tienen la posibilidad de grabar un disco con ellas, pues entonces viene todo lo que conlleva, incluyendo el conteo de cada centavo que se dejará por el camino. Luego de toda esta parafernalia que corresponde, el músico debe promover su obra, pues de lo contrario no se conocerá y pasará desapercibido. Para ponerles un ejemplo, muchas actividades underground no han tenido un buen desempeño debido a la falta de publicidad que se le ha dado y esto en muchos casos ha sido imperdonable.
Para nadie es secreto el gran impacto que hoy en día posee Internet a nivel mundial, dándole protagonismo a las redes sociales, lo que ha propiciado que los músicos promuevan su trabajo sin intermediarios, a través de ellas. Entre las redes más conocidas podemos mencionar a Pinterest, Twitter, el notorio canal de vídeos YouTube, My Space o Flickr, pero existen otras más orientadas a la música como Spotify, Last.fm, ReverbNation y SoundCloud, siendo esta última una plataforma de distribución de audio. Pero claro, la más popular en nuestro país sin lugar a dudas es Facebook. Mark Zuckerberg quizás no se imaginó que este sitio iba a ser una de las vías que usaran los artistas para darle publicidad a su obra. De qué otra manera podríamos conocer la música electrónica de David Casas y BJoyce, o el freestyle al que nos tiene acostumbrados David D’Omni, quien ya promueve su nuevo CD Suaesito mediante esta red. El “face”, como popularmente lo llaman, es el medio por el que me enteré del nuevo vídeo “En realidad” de Bárbaro El “Urbano” Vargas, del lanzamiento del nuevo disco Otra vez en los radares de Maykel Xtremo y de la fiesta electrónica en 3ra y 8 donde el proyecto PAUZA tuvo todo el protagonismo.
Es cierto que la industria musical se ha beneficiado con la creación de estas redes y que siempre se ha tenido que adaptar a los cambios, contando el arribo de nuevas tecnologías, sin embargo, existen revistas culturales y periódicos, que no asumen el rol que le corresponden cuando de música underground se trata. ¿Sabe usted de cuánta buena música se nos priva día a día por no estar el músico que la defiende en el catálogo de un sello discográfico? Sería razonable que nos cuestionemos cómo es que raperos, trovadores o rockeros que llevan años en la música no tienen ninguna posibilidad con jóvenes (y no tanto) que apenas se enfrentan al medio. Ya el ser egresado de alguna de las diferentes escuelas de enseñanza artística del país no lo es todo.
Deberíamos preguntarnos cuánto tiempo más seguirá la pirámide invertida, eso sí es una incógnita, un misterio a descifrar. Mientras tanto, nos queda solo seguir disfrutando de las redes sociales y las luces que las rodean.
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