Increíble pero cierto
28 de septiembre de 2015
Si hay algo que caracteriza a las recientes hornadas de creadores underground, es justamente una sinceridad desbordante que siempre agradecemos. En un mundo plagado por las dobles caras, los falsos sentimientos y la proliferación de una idea estética fuertemente marcada por el mercado, resulta siempre elocuente el testimonio de los músicos más jóvenes. Al parecer, a medida que la vida de los artistas se complejiza con empeños financieros, su honestidad para con el acto creativo queda casi siempre en entredicho. A muchos les resulta más conveniente asegurar los “frijoles” antes que ser coherente con sus propios ideales. Ciertamente, como cualquier profesión, el arte, además de llenar el espíritu, debe dar de comer. Es precisamente ahí donde, como decimos, no juega la “lista con el billete”.
Otro mal que aqueja a nuestros artistas emergentes está relacionado con el burocratismo y el “peloteo”, enfermedades del sistema cultural que impide el desenvolvimiento natural del talento musical del patio. Para jóvenes como Yosbel Morales Yera, del Cerro en La Habana, este tema tiene profundas implicaciones, pues para poder defender sus canciones e inscribirlas, necesita pertenecer a alguna empresa. Esto es lamentable si tenemos en cuenta que la gran mayoría de los nuevos temas que proponen estos músicos del barrio han nacido verdaderamente de su propio intelecto, sin necesidad de copiar a otros compositores para poder crear su propia obra.
Los inicios de este joven habanero de 25 años, revelan un temprano interés por la interpretación cuando siendo apenas un adolescente comenzó a cantar, llegando a grabar su primer tema a los 17 años junto a su amigo Luisito, al que le gustaba rapear. Realizar su primer número como dúo le abrió las puertas de otros espacios de grabación, hasta que Yosbel, apodado ya El Increíble, llegó a encontrar su propia voz y estilo melódico.
Como género siempre ha preferido el reggaetón, pero le gusta experimentar con otras sonoridades como la música electrónica, el house, la timba, e incluso la balada. Lo importante para él, apunta, es hacer un tipo de “música con sentimiento, algo que salga directamente del corazón”. Diariamente goza de un reconocimiento popular que le asegura un éxito prácticamente desconocido en los medios. Tampoco puede radiar sus composiciones, pues no posee un permiso apropiado que le permita legitimarse. A pesar de ello, ha comprobado Yosbel que su flow le llega al corazón de la gente. Ser aficionado no es precisamente un punto a su favor, pero asegura que nació para la música y reconoce sus habilidades poéticas innatas.
A los amigos siempre les está agradecido. Gracias a espacios como el estudio del DJ Chamo y el de Daynel Pro, en el presente año pudo completar un disco nuevo donde incluyó temas bien frescos, entre los cuales se encuentra la canción que grabó con William El Magnífico, quien además, le ha ofrecido un gran apoyo.
“Ya lo más difícil creo que lo tengo, empecé gateando y aprendí a caminar. He aprendido bastante, lo que me hace falta es la promoción para darme a conocer primero en mi país, y de ahí para el mundo”. Asimismo, la realización de video clips es una estrategia de gran apoyo en la que se encuentra trabajando en estos momentos, con la finalidad de dar a conocer su obra para que el público pueda identificar su voz con su imagen. La adopción de El Increíble como alias no fue gratuito, alude a todos aquellos obstáculos, sobre todo asociados al papeleo innecesario y a varias negativas recibidas de parte de algunos estudios. el sobrenombre quiere transmitir que, a pesar de los tropiezos, ha salido siempre a flote y puede lograr que crean en él. A propósito, nos indignó conocer de primera mano la accidentada experiencia que los músicos jóvenes han tenido con varios dueños de estudios musicales y no pocos DJ. “La mayoría en los estudios que he visitado, tienen una relación muy profunda con los artistas que están arriba, y aunque ven talento en los muchachos de la calle, no quieren ayudarlos”.
Algo que abunda en la Isla es la producción y grabación casi diaria de temas por parte de los músicos. A Yosbel, El Increíble, le queda muy claro que prefiere trabajar intensamente durante un gran período de tiempo y, como hacen muchos artistas en otros países, sacar un disco cada año para luego promocionarse mediante videos toda una temporada. En cualquier caso, esto no impide que su cabeza permanezca dándole taller a nuevos temas constantemente, alentándolo a presentar sus canciones en bares y espacios públicos, como lo ocurrido cerca del estadio Sandino, en Pinar del Río, y gracias al representante del El Chacal, o en el bar La Taberna, cerca del Puente de La Lisa, en Marianao.
Entre sus influencias nacionales se cuentan Lachy El Capo y el Insurrecto. Ellos no solo han sido referentes para su obra, sino que también lo han apoyado y han compartido escenario junto a él en varias ocasiones. El Lachy descubrió el talento de Yosbel, lo incitó a grabar y gracias a él actúo varias veces en El Túnel. En la arena internacional, El Increíble sabe reconocer el talento ejemplar de Wisin & Yandel, de quienes se declara abiertamente fanático, además de Daddy Yankee, Yomo y Arcángel.
Igualmente, de la música cubana actual elogia su capacidad para permanecer en la línea de la tradición y del sentimiento genuino de las sonoridades y temas urbanos. “Opino que las letras de las canciones no deben tener malas palabras, de lo contrario debe ser con doble sentido, que no se eche a ver mucho, con buena rima y composición, porque hay artistas que cantan con faltas de ortografía… Me gusta mucho cantarle a las mujeres, cosas lindas y románticas”.
Por lo demás, El Increíble sigue su empeño de darse a conocer como cantante y compositor de diversos géneros y en diferentes escenarios. El sueño de trascender le impulsa a crear cada día con mayor perspicacia y proponer una música mejor, diferente, que incite a la paz y jamás a la violencia. “Yo siempre espero que me den la oportunidad de lograr mi sueño, para que la gente baile con mis temas, disfrute y la pase bien. Soy cubano y me siento feliz de haber nacido en esta tierra, por eso primero que todo, está mi país. Doy gracias a Dios por tener talento”.
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28 de septiembre de 2015
Si hay algo que caracteriza a las recientes hornadas de creadores underground, es justamente una sinceridad desbordante que siempre agradecemos. En un mundo plagado por las dobles caras, los falsos sentimientos y la proliferación de una idea estética fuertemente marcada por el mercado, resulta siempre elocuente el testimonio de los músicos más jóvenes. Al parecer, a medida que la vida de los artistas se complejiza con empeños financieros, su honestidad para con el acto creativo queda casi siempre en entredicho. A muchos les resulta más conveniente asegurar los “frijoles” antes que ser coherente con sus propios ideales. Ciertamente, como cualquier profesión, el arte, además de llenar el espíritu, debe dar de comer. Es precisamente ahí donde, como decimos, no juega la “lista con el billete”.
Otro mal que aqueja a nuestros artistas emergentes está relacionado con el burocratismo y el “peloteo”, enfermedades del sistema cultural que impide el desenvolvimiento natural del talento musical del patio. Para jóvenes como Yosbel Morales Yera, del Cerro en La Habana, este tema tiene profundas implicaciones, pues para poder defender sus canciones e inscribirlas, necesita pertenecer a alguna empresa. Esto es lamentable si tenemos en cuenta que la gran mayoría de los nuevos temas que proponen estos músicos del barrio han nacido verdaderamente de su propio intelecto, sin necesidad de copiar a otros compositores para poder crear su propia obra.
Los inicios de este joven habanero de 25 años, revelan un temprano interés por la interpretación cuando siendo apenas un adolescente comenzó a cantar, llegando a grabar su primer tema a los 17 años junto a su amigo Luisito, al que le gustaba rapear. Realizar su primer número como dúo le abrió las puertas de otros espacios de grabación, hasta que Yosbel, apodado ya El Increíble, llegó a encontrar su propia voz y estilo melódico.
Como género siempre ha preferido el reggaetón, pero le gusta experimentar con otras sonoridades como la música electrónica, el house, la timba, e incluso la balada. Lo importante para él, apunta, es hacer un tipo de “música con sentimiento, algo que salga directamente del corazón”. Diariamente goza de un reconocimiento popular que le asegura un éxito prácticamente desconocido en los medios. Tampoco puede radiar sus composiciones, pues no posee un permiso apropiado que le permita legitimarse. A pesar de ello, ha comprobado Yosbel que su flow le llega al corazón de la gente. Ser aficionado no es precisamente un punto a su favor, pero asegura que nació para la música y reconoce sus habilidades poéticas innatas.
A los amigos siempre les está agradecido. Gracias a espacios como el estudio del DJ Chamo y el de Daynel Pro, en el presente año pudo completar un disco nuevo donde incluyó temas bien frescos, entre los cuales se encuentra la canción que grabó con William El Magnífico, quien además, le ha ofrecido un gran apoyo.
“Ya lo más difícil creo que lo tengo, empecé gateando y aprendí a caminar. He aprendido bastante, lo que me hace falta es la promoción para darme a conocer primero en mi país, y de ahí para el mundo”. Asimismo, la realización de video clips es una estrategia de gran apoyo en la que se encuentra trabajando en estos momentos, con la finalidad de dar a conocer su obra para que el público pueda identificar su voz con su imagen. La adopción de El Increíble como alias no fue gratuito, alude a todos aquellos obstáculos, sobre todo asociados al papeleo innecesario y a varias negativas recibidas de parte de algunos estudios. el sobrenombre quiere transmitir que, a pesar de los tropiezos, ha salido siempre a flote y puede lograr que crean en él. A propósito, nos indignó conocer de primera mano la accidentada experiencia que los músicos jóvenes han tenido con varios dueños de estudios musicales y no pocos DJ. “La mayoría en los estudios que he visitado, tienen una relación muy profunda con los artistas que están arriba, y aunque ven talento en los muchachos de la calle, no quieren ayudarlos”.
Algo que abunda en la Isla es la producción y grabación casi diaria de temas por parte de los músicos. A Yosbel, El Increíble, le queda muy claro que prefiere trabajar intensamente durante un gran período de tiempo y, como hacen muchos artistas en otros países, sacar un disco cada año para luego promocionarse mediante videos toda una temporada. En cualquier caso, esto no impide que su cabeza permanezca dándole taller a nuevos temas constantemente, alentándolo a presentar sus canciones en bares y espacios públicos, como lo ocurrido cerca del estadio Sandino, en Pinar del Río, y gracias al representante del El Chacal, o en el bar La Taberna, cerca del Puente de La Lisa, en Marianao.
Entre sus influencias nacionales se cuentan Lachy El Capo y el Insurrecto. Ellos no solo han sido referentes para su obra, sino que también lo han apoyado y han compartido escenario junto a él en varias ocasiones. El Lachy descubrió el talento de Yosbel, lo incitó a grabar y gracias a él actúo varias veces en El Túnel. En la arena internacional, El Increíble sabe reconocer el talento ejemplar de Wisin & Yandel, de quienes se declara abiertamente fanático, además de Daddy Yankee, Yomo y Arcángel.
Igualmente, de la música cubana actual elogia su capacidad para permanecer en la línea de la tradición y del sentimiento genuino de las sonoridades y temas urbanos. “Opino que las letras de las canciones no deben tener malas palabras, de lo contrario debe ser con doble sentido, que no se eche a ver mucho, con buena rima y composición, porque hay artistas que cantan con faltas de ortografía… Me gusta mucho cantarle a las mujeres, cosas lindas y románticas”.
Por lo demás, El Increíble sigue su empeño de darse a conocer como cantante y compositor de diversos géneros y en diferentes escenarios. El sueño de trascender le impulsa a crear cada día con mayor perspicacia y proponer una música mejor, diferente, que incite a la paz y jamás a la violencia. “Yo siempre espero que me den la oportunidad de lograr mi sueño, para que la gente baile con mis temas, disfrute y la pase bien. Soy cubano y me siento feliz de haber nacido en esta tierra, por eso primero que todo, está mi país. Doy gracias a Dios por tener talento”.
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