¿Tomamos lo mejor o lo peor del reguetón de Puerto Rico?



Eso perra, dile que eres fuegote,
que te gusta el azote
y los camarotes, también los botes.
Andar con los botes
y también ¡EL MAZACOTE!
Yo soy tu perro,
tu perra chulita
la dinamita la que en la ropa se quita
La abusadora, la favorita, la señorita que grita
¡WISIN DALE!


Quería empezar esta vez la reflexión con una de las letras más escuchadas de uno de los reguetoneros de Puerto Rico más conocidos del mercado actual, Wisin. La estrofa seleccionada en realidad no lleva mucho debate, solo con leerla podemos notar la agresividad incontrolada en cuanto a la vulgaridad que representa para él el sexo femenino.

Algunos precipitadamente argumentarán: “pero bueno, eso es allá en Puerto Rico, ¿Qué tendrá que ver esto con nuestro underground?”. La respuesta es sencilla y a la vez preocupante. Este, como muchos otros exponentes del reguetón, son idolatrados por jóvenes muchachos en crecimiento musical que no hacen otra cosa que imitar a sus antecesores y poner bien alto su concepto musical, por ende esto trae como consecuencia que denigre de forma consciente o inconsciente la imagen que adopta la mujer en la sociedad cubana.

Si en artículos anteriores hemos arremetido contra la posición del gobierno cubano en cuanto a la censura de materiales de rap o hip hop por su contenido político/social agresivo, en este caso debemos dar en cierta medida la razón al gobierno cuando pone frenos a este tipo de comportamientos sociales.

Soy de los que piensan que la mujer merece respeto y admiración por el papel que juega en la sociedad. Solo pensar en madres, abuelas, esposas e incluso, amigas denigradas a este papel tan bajo en boca de ciertos personajes, pone de punta los pelos de cualquier persona con sentido común, pues muchas veces no se trata solo de letras agresivas, se trata de imágenes agresivas en portadas de discos quemados, videos agresivos y hasta personas que acuden a conciertos masivos en busca de problemas y manifestaciones “sexuales” públicas en cuanto al baile se refiere.

Por suerte contamos con una sociedad underground que en un porciento elevado reprime la acción negativa sobre la subvaloración femenina y apoya en todos los aspectos, la igualdad de sexos. Incluso, raperos que de manera bien agresiva atacan males sociales y conflictos políticos, ponen a la mujer en un altar en cuanto a sus letras se refieren.

Desde mi punto de vista, a modo global, esto no significa que un ritmo específico tenga que ver con el problema, mas bien la persona que lo hace es la del problema en sí. Hay que destacar que hay muchos reguetoneros que desde su visión individual defienden a capa y espada los derechos femeninos. Pero retornando al inicio, ¿Qué hacemos con estos ritmos que nos vienen del exterior, de supuestos individuos muy bien reconocidos?.

Las opiniones son varias y bien controvertidas, por lo cual me dediqué a hacer una recopilación de las mismas y así dejarlas plasmadas antes de dar conclusiones. Aquí se las comparto:

“Creo que el ritmo no importa, lo que importa es lo que se dice. Hay muchos grupos aquí en Cuba haciendo buen reguetón, incluso con tonos románticos que tratan de buscar lo mejor de cada persona. Como todo, hay otros que hacen muy mala música y buscan la agresividad, pero esos simplemente no los tienes que escuchar, cada cual es libre para oír lo que necesitan sus oídos, y si lo bueno y lo malo no estuvieran en el camino, ¿Cómo lo supieras distinguir? La idea es no echarle o tirarle a un ritmo, es mirar o sacar lo bueno de cada cual”. (Cesar, 23 años, estudiante de la CUJAE).

“Yo sí creo que el reguetón está haciendo un daño nocivo en la mente de muchos jóvenes cubanos. claro, no hablo de los universitarios que saben distinguir lo bueno y lo malo, esos no me preocupan, ellos pueden oír cualquier cosa que no les afectará. Realmente me preocupan los muchachos de Pre, de secundaria y los de primaria, esos son los que más me preocupan. Ya no se oyen canciones infantiles en las escuelas, incluso, en los círculos pre-escolares se oye perreo. El que crea que eso no es preocupante, por favor que se analice… Puede que haya alguna que otra canción que quizás no sea agresiva, pero en general el ritmo sí lo es y los que empiezan en este mundo y oyen letras como la que me enseñaste, les puede crear un efecto negativo muy fuerte”. (Roxana, 34 años, profesora de la primaria Osvaldo Sánchez, Reparto Martí).

“El reguetón es un fenómeno social ya implantado en nuestra sociedad y por lo cual, en vez de luchar contra él, deberíamos luchar con él. Es decir, no eliminarlo, sino hacer que evolucione. Todos los ritmos en un momento dado fueron censurados, ¿Qué escándalo no hubo cuando salió el rock and roll?, ¿Cuándo salieron los Beatles? Incluso, en los años 50 el bolero era considerado como algo de bares y cantinas, nada que ver con una sociedad culta. Claro, el reguetón se ha expandido de una forma mucho más agresiva y contraproductiva para los oídos de muchos. Pero como decía, a la vez que un ritmo se expande, es como una enfermedad que se vuelve una pandemia, resulta difícil de controlar. Por lo cual, creo que debemos trabajar más con estos muchachos. Decirles que hagan reguetón, pero que cambien la dinámica de las letras, hacerles entender que la mujer tiene mucho valor en la sociedad, que miren a sus madres, hermanas, incluso futuras hijas, de ejemplo y si de verdad quieren que sean señaladas de esta manera”. Lázaro, Profesor de Finanzas y Precios, Facultad de Contabilidad, Universidad de la Habana).

Estas son solo algunas de las muchas opiniones recogidas y aunque todas defienden un punto de vista diferente en cuanto al reguetón, las tres están en acuerdo absoluto sobre la erradicación del no respeto a la mujer, ya sea cubana o de otra nacionalidad.

Si fuera a dar mi opinión personal en cuanto a los criterios enmarcados, creo que estaría mucho más de acuerdo con el tercero, donde se refiere no a la eliminación del ritmo, sino a su evolución. ¿Qué creen ustedes?.

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