La música underground como modificador de la conducta



La música ejerce sobe el espíritu un poder especial.
-Pitágoras


Una consideración final acerca del modo en que la música se relaciona con las prácticas sociales es la que se refiere a cómo puede modificar la conducta. La música era admirada y considerada un elemento de purificación, por eso los pitagóricos purificaban el cuerpo con la medicina y con la música el alma.

Antes de comenzar a hablar del valor formativo que posee la música y de los efectos positivos que ésta ejerce sobre el individuo, es de suma importancia aclarar que nos estaremos refiriendo específicamente a la música underground (rap).

Como sabemos, los primeros éxitos de rap llegan a Cuba a través de las radio-difusoras miamenses, sobre los primeros años de la década del 80. Con la caída del muro de Berlín, en 1989, se desatan en la isla un cúmulo de problemáticas sociales que tributaron a que muchos jóvenes comenzaran a incursionar en el género, expresando sus realidades nunca antes vividas.

Por supuesto que ésta libre expresión insumió un manejo lírico contraproducente para el sistema político cubano, lo que lo hacía más atractivo para el público oyente afectado de igual manera. Los públicos más atraídos por este género, comenzaron a apartarse de la música culta o académica que no se oía más que en los teatros y espacios públicos, y empezaron a cultivar otro tipo de música transmitida oralmente, y adaptada a sus capacidades y necesidades sociales. Se abrió entonces una brecha entre la música culta y popular, y la música underground, que jamás volvería a llenarse.

La música underground ayuda a los que no comparten la voluntad de un sistema político-económico a adaptarse mejor a las demandas de sus respectivos entornos sociales. Algunos estudios ponen de manifiesto las diversas formas en las que ciertas experiencias musicales ayudan a los individuos a integrarse más plenamente en la vida social.

Los artistas underground reconocen directamente la naturaleza social de la música. En efecto, la emplean por su capacidad para ayudar a entes con barreras mentales para la interpretación a expresar sentimientos que pueden ser exteriorizados espontáneamente a través de la música. Los músicos y la música underground se interesan más bien por las utilizaciones del sonido organizado en una interacción social que fomenta la participación social en el individuo. La música underground utiliza los atributos básicos del medio: la adopción y selección de sonidos del espectro acústico disponible de acuerdo con prácticas socialmente aceptables y con una tecnología dada.

Se estimula a los diferentes públicos a utilizar estas dimensiones, a expresarse por medio de sonidos, de palabras y/o frases, y a hacer música. Poco importa que sus realizaciones musicales se ciñan o no a pautas rítmicas, u ofrezcan escasa variación en tono, timbre, forma o contorno. Lo esencial es entrar en acción recíproca por medio y a través de esta música.

Los oyentes imitan a los músicos en los coros, aportan ocurrencias propias en ovaciones en los conciertos, dan nombres a las combinaciones de sonidos que producen y aceptan el reconocimiento social por sus actuaciones. Son a la vez compositores, intérpretes y auditorio. En el contexto influyente, estas dimensiones se concentran, por así decir, en una abstracción ideal típica de la Cuba actual.

El empleo de la música underground como factor de modificación de la conducta, abona la idea de que el medio musical comunica un significado que está contenido en el mismo. El músico, los oyentes, o ambos, son los que interpretan y dan un significado a los sonidos producidos por los instrumentos y quienes, por sus reacciones a los timbres referidos, dan respuesta a un carácter coherente o aleatorio. Si hay coherencia, entonces los sonidos pueden atribuirse a una serie reconocible de respuestas, pueden ser clasificados y aceptados como dotados de un mayor o menor valor comunicativo más allá del sonido en sí.

La interacción entre músico, público e instrumentos en el contexto institucional, se convierte así en la fuente del significado de la música underground, ella establece los parámetros de la aceptación musical. La aceptación de la música de otros, ya sean de una generación diferente, de un grupo cultural distinto, o simplemente de otros, antes de incorporarse a la vida de la sociedad, exige un proceso de aculturación semejante.

El impacto de la música underground ejemplifica cómo el producto de una cultura politizada puede alcanzar popularidad en un contexto cultural totalmente distinto.

La música underground se impregna del mundo del que surge y viene a la vida con todas las heridas de la lucha por la emancipación social y económica de la isla. También trae sus esperanzas, sus dudas y sus victorias. Por ello, no necesita que nadie le indique lo que tiene que hacer. Su compromiso es espontáneo y va incluyéndose en la historia de este pueblo en la medida en que asume la misión que éstos le dan.

A veces se hace panfletaria y su único valor será el de quedar como testimonio del momento que la hizo nacer, a veces será simple repetición de antiguos cantos venidos del pasado, a veces se alzará hasta la universalidad de la eclosión del alma cubana y quedará entonces, como todo arte verdadero, formando parte de la conciencia eterna de la raza.

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