SER... de todo un poco



No es Braulio un remix del famoso cantante canario que tanta popularidad cosechó en Cuba. La historia de este joven músico cubano de solo 25 años, comenzó con un golpe de suerte. Un amigo productor lo convidó a cantar como lo hacía de pequeño en actividades de la escuela, y su respuesta no se hizo esperar, y desde hace aproximadamente siete años crearon entre ambos un proyecto a cuatro manos que titularon Fusión Latina, donde su amigo realizaba los backgrounds sobre los que él cantaba.

Los temas eran de su propia inspiración y con el tiempo comenzó a presentarse en algunos sitios autogestionados. Presentaciones en el Palacio de la Rumba y el Maxim Rock fueron oportunidades que se fueron abriendo a su paso, gracias sobre todo, a las relaciones que ha cultivado a lo largo de su corta carrera.

“Siente y escucha el ritmo”, son las palabras claves que guían su estilo musical en estos momentos, y sus siglas SER describen el proyecto donde se encuentra enfrascado actualmente. Sus primeros pasos están bien fresquitos, surgieron como grupo apenas hace dos meses, durante las recientes vacaciones de verano. Como cursa ya el quinto año de Ingeniería Informática, a Braulio Rodríguez le surgió esta idea como una forma de acompañar los avatares de la vida estudiantil en la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana. El trabajo colectivo que desarrolla junto a sus amigos, va más allá de cumplir con los festivales de cultura que promueve la Casa de Altos Estudios.

Braulio está seguro de tomarse las cosas bien en serio y ya sabe con seguridad que su camino es la música. Como líder del proyecto se empeña en ofrecer al público un espectáculo que trasciende la canción y se mueve en el terreno de la danza, el teatro musical y la música fusión. Poco a poco van conquistando el mundo universitario con presentaciones en la Residencia Estudiantil Lázaro Cuevas (F y 3ra, Vedado) y en el Festival de Aficionados de la UH.

Entre los músicos del patio que más han influido en la obra de Braulio Rodríguez, se encuentran Adalberto Álvarez, Leoni Torres, así como los grupos Primera Base y Habana Abierta. En general, este joven músico admira todas aquellas iniciativas que ponen en valor el tesoro de la música cubana mezclándolo con sonoridades alternativas. Tal vez por eso es que valora tanto el trabajo de David Guetta, productor musical y DJ reconocido a nivel internacional. Sus intereses le llevan a apegarse a todo aquello que constituya una fuente de creatividad, pues su trabajo es derroche de variedad y fusión, algo que actualmente se conoce como “música pastilla”, pero que Braulio desea llevar a otra dimensión incorporando los ritmos cubanos a través del uso de la tumbadora y los metales.

Uno de los factores que le hacen pensar en coquetear con disímiles géneros y manifestaciones del arte del espectáculo, es precisamente la composición heterogénea del grupo. De tal forma, ¿cómo no recurrir al recurso de la danza si uno de los integrantes de SER que funge como rapero, es un excelente bailarín? Asimismo, tener un cantante en el proyecto que prefiere la trova, le conduce a incorporar dicho género como parte de su repertorio musical, o bien a fusionarlo con otros para concebir sus temas. A Braulio no le interesa imponer un solo camino como válido para la creación y está consciente de que cada una de las partes puede brindar lo mejor al proyecto, porque de la mezcla de lo diferente saldrá un producto original, renovador.

Braulio conoce bien los tropiezos que genera el mundo de la música. Ha experimentado el peso insoportable de la envidia al talento ajeno. “Cuando eres talentoso en algo, hay gente que no quiere que tú subas, sobre todo cuando no tienen tanto talento como uno”. Otras veces se tropieza con la gran decepción de los artistas emergentes, donde lamentablemente, no siempre es la vocación lo que premian las grandes instituciones musicales. “La misma promoción, si no tienes dinero para grabar un video, para comercializar tu música… todo es una traba. Es un mundo donde el dinero está por encima de todo. Lo que importa no es el talento, sino el dinero. Lo que tú pagues para lograr algo”.

Afortunadamente, a pesar de las adversidades, siempre existen palabras de agradecimiento para con los que tienden su mano. “Mis familiares siempre me apoyaron y estuvieron de acuerdo, pero me decían: no dejes nunca la universidad. Les digo que lo tengo bien claro desde que empecé, porque estoy consciente de cómo son las cosas en la música”.

Con la regla del verdadero talento mide Braulio a los músicos. Y es justamente eso lo que echa de menos en la actualidad musical cubana, atacando especialmente a las letras vacías y los “bailecitos” de ocasión. Hablando de esto y a propósito del reggaetón y sus derivados, el líder de SER apunta: “Nadie sabe valorar ni escuchar lo que es una buena música. Entonces, escuchas un corito que se pega tres veces o le sumas un bailecito ‘comicón’ (el mismo guachineo), y desgraciadamente eso es lo que se pega. Por esto digo que no hay cultura musical. Tú haces eso en cualquier otro país y no llegas a ningún lado. De hecho, no eres cantante si no tienes talento”. Sin embargo, no pierde la fe en la renovación de las raíces y los ritmos autóctonos.

“Lo principal es que el público entienda la música que tú haces. No se trabaja para una empresa, sino para un público con sus sentimientos. Al final, cuando cantas en un espectáculo, lo primero que debes hacer, aunque no seas profesional, es hacerlo lo mejor posible. Aunque sea en una escuela frente a pocas personas. Tú no sabes quién esté allí. Siempre habrá quien comente sobre ti. Tú tienes que agradecerle al público, a las amistades que te ayudaron, al club de fans que difunden la música. Eso sí, hacerlo con mucho amor y cariño, para poder llegar a ellos”.

Atrás


Comentarios   Dejar un comentario
No hay comentarios en este momento.