Ráfaga de fe y talento



Yasel Campos, La Ráfaga, es uno de los exponentes del rap cristiano, que como tantos otros músicos de este género, trabaja de forma independiente y con escasos recursos. Pero que ponen su fe y su talento por encima de todos los obstáculos. Tras contactarlo, accedió gustoso a esta entrevista exclusiva para PMU.

PMU: ¿Cuándo comenzaste a hacer rap cristiano?

Y.C: Comencé por el año 2003 o 2004.

PMU: ¿Ya rapeabas antes convertirte al cristianismo?

Y.C: No. Antes de entrar al Evangelio me gustaba el rap. De vez en cuando me daba un saltico por los festivales de hip hop que se hacían en Alamar. Entré a la iglesia en el 2002, y fue un hermano de la congregación el que me embulló para hacer un grupo de rap llamado Linaje Escogido. Recuerdo que éramos tres, y no teníamos conocimientos de música, ni sabíamos como se componía una canción. Después, me quedé yo solo y comencé a cantar en solitario. Así fue como comencé a dar mis primero pasos.

PMU: ¿Compones tus propias letras?

Y.C: Sí, nunca me ha gustado cantar letras hechas por otras personas. No por ningún prejuicio en particular, sino porque me gusta componer mis propias canciones y siempre me esfuerzo al máximo para que queden con la mayor calidad.

PMU: Háblame de tus influencia musicales...

Y.C: Cuando no estaba en la iglesia, recibí mucha influencia de grupos cubanos como Doble Filo, Hermanos de Causa, Obsesión, Anónimo Consejo, Primera Base, y otros más. También, consumía mucho rap norteamericano: 2Pac, Notorius, Ludacris, Snoop Dogg, Dr. Dre, Eminem, Fat Joe, entre los que ahora recuerdo.

PMU: ¿Tienes alguna formación musical?

Y.C: No, no estudié música. Pasé unos cursos breves de piano y canto en la iglesia de las Asambleas de Dios, en Regla.

PMU: ¿Qué dificultades tuviste cuando comenzaste a hacer rap cristiano?

Y.C: Las letras. Recuerdo en los festivales de rap en Alamar cuando venía un mal cantante, la gente lo abucheaba, y yo pensaba: “no es fácil”, y luego me decía: “el día que haga rap, tengo que hacerlo bien”. Por eso decidí trabajar mucho la espiritualidad de las letras y componer canciones que gustaran, ya sea por su ritmo o por su musicalidad. Lo otro eran los temas sobre los que iba a componer. Porque podía cantar de la fe, del amor, pero eso lo hacen todos los músicos cristianos, de modo que había que buscar la originalidad, y eso me costaba trabajo al principio, hasta que le cogí el golpe.

PMU: ¿Tuviste apoyo de la iglesia y sus líderes?

Y.C: En mi iglesia sí tuve apoyo. Pude presentarme en distintas actividades culturales dentro de la iglesia. Sin embargo, hubo una ocasión que nos preparamos para cantar en una actividad donde habían varias iglesias de todo el país, y nos dijeron que no podíamos cantar, bajo la excusa de que habían congregaciones que no aceptaban el rap dentro de la alabanza cristiana. Aquello me dolió, y no lo entendí porque nosotros cantamos para Dios. Y aunque los cristianos han comenzado a aceptar el rap, todavía existen muchos prejuicios contra este género musical, tildándolo de música mundana.

PMU: ¿Has intentando probar suerte con las instituciones culturales del Estado?

Y.C: Confieso que no, partiendo de la experiencia de muchos hermanos que sí han ido a tocar las puertas de las instituciones culturales y la respuesta ha sido un no rotundo. A veces con explicación, a veces sin explicación, pero siempre es un no.

PMU: ¿Cómo haces tus producciones musicales?

Y.C: Voy a casa de un hermano de la iglesia que tiene los medios digitales para hacer música. Le planteo cuál es el ritmo, cómo quiero la pista y nos ponemos a trabajar. Cuando la pista está lista, entonces es que incluyo la letra.

PMU: ¿Recuperas el dinero y los recursos invertidos?

Y.C: No, para nada, y todo cuesta: los estudios de grabación, las pistas, inscribir las canciones. Yo no tengo tantos recursos como para eso, pero yo no hago rap con un fin comercial, sino para predicar el Evangelio.

PMU: ¿Cuántos discos tienes?

Y.C: Yo pudiera tener ahora tres discos, porque tuve grabadas cerca de veinticuatro canciones, pero ese trabajo se perdió. Pero hace poco decidí comenzar un nuevo disco que se llama Mi regreso. Ya está casi listo, solo necesito trabajar en los detalles.

PMU: Una vez que termines el disco, ¿Cómo piensas distribuirlo?

Y.C: Mira, yo no soy un soñador. No tengo recursos para una distribución nacional. El lugar más importante para mí es la iglesia y los cristianos, es ahí donde trato de ubicar mi música. No obstante, cuando termine el disco, también tengo en mente hacer un video, y pienso colocarlos los dos en la sección de Religión de El Paquete, para que lo vean la mayor cantidad de personas posibles.

PMU: ¿Tienes alguna canción tuya en las redes sociales?

Y.C: En Facebook tengo unas canciones que las subieron el dúo Los Embajadores, al muro de ellos, pero más nada.

PMU: ¿Yasel, si algún día raperos no cristianos te invitan a cantar, que harías?

Y.C: A mí no me disgustaría rapear con un rapero secular, pero primero tenemos que ver qué vamos a cantar. En lo personal, a mí me gusta que en las letras de mis canciones haya buena doctrina de la fe. El mensaje que yo transmito es cristiano. Yo no utilizo malas palabras, o le canto a la guapería, o me pongo a hablar de mujeres. Eso no es lo mío.

PMU: ¿Qué es el rap para Yasel Campos?

Y.C: Es un poco difícil contestarte eso con palabras. Yo puedo escuchar mucha música de calidad de cualquier género, pero cuando escucho una canción de rap, me desconcentro de todo lo demás, siento que me llena. Puedo estar horas y horas escuchando rap, aprendiendo, admirando, sintiendo sobre todo lo que se hace bien y con talento. Y te hablo de rap cristiano y no cristiano. El rap para mí es algo especial y único.

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