El movimiento rave cubano alternativo apuesta por el futuro
16 de noviembre de 2015
Declarado por la UNESCO como el género musical más democrático, el rave anula el baile en pareja y abre al público amplias posibilidades y maneras de consumirlo. No es un secreto que la música electrónica a nivel internacional ha dejado de ser tendencia underground para convertirse en un fenómeno de masas, como ya lo hiciera el hip hop y el grunge en los 90, o la música disco en los 70. Sin embargo, el contexto en el cual se mueve dicho movimiento en Cuba es muy diferente. Contar con espacios suficientes para visualizar sus potencialidades expresivas, generar diversas áreas de debate, de creación artística y formación profesional, son todavía metas por cumplir para los cultores en la Isla del rave, del latin house, el electro-swing o la techno.
La realidad es que DJ productores y compositores afrontan limitaciones para acceder a la tecnología necesaria que garantice una excelente calidad sonora. La mayoría crean sus temas en casa, usando programas informáticos en computadoras personales y en esta misma cuerda oscila DJ Axon, un joven productor con el cual PMU tuvo el gusto de compartir en la tercera edición del Festival Cumanayagua Alternativa.
Nacido en Guanabo, este capitalino como la mayoría de sus colegas, llegó al mundillo electrónico de forma empírica. Graduado de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana en la especialidad de Comunicación Social, confiesa que lo que comenzó siendo un hobby pasó a ser el centro de su vida.
“Empecé a experimentar en el ordenador y a partir de ese momento sentí la necesidad de crear mi propia música y mostrar al público esa mezcla ecléctica de la que yo disfrutaba en casa. Mis presentaciones iniciales fueron siempre en espacios alternativos: fiestas de amigos, discotecas en las cuales había establecido algunos vínculos con sus DJ, y me cedían un pequeño espacio para presentar dos o tres temas en alguna que otra ocasión”.
En la búsqueda de nuevas y mejores habilidades para hacer la música que ama, en poco tiempo este joven creador se matriculó en cursos particulares de sorfeo. “Quería que mi música fuera evaluada por especialistas, por personas que pudieran orientarme, indicarme el rumbo por el que debía seguir. Para mi satisfacción, las mezclas gustaron mucho, y gracias a ellos tuve acceso a un curso de DJ que se abrió en La Madriguera, en el año 2013.
Cuando llega la posibilidad del curso, ya yo llevaba un tiempo produciendo como DJ Axon, e incluso, había fundado un grupo llamado Monkey Bite con algunos compañeros de la universidad”, relata el capitalino.
La agrupación creada en la víspera de uno de los festivales de cultura de la Facultad de Comunicación, poco a poco fue ganando seguidores entre el estudiantado, al tiempo que visibilizaba el trabajo de DJ Axon, singular nombre artístico que alude al componente de las neuronas que trasmite los impulsos electrónicos a las demás. “Al igual que ese mecanismo neuronal, me considero un mediador de impulsos, un intermediario entre toda esa música que está dentro de mí y todas las personas que están ávidas de consumirla”.
Axon reconoce que dentro del movimiento electrónico existen algunos estilos más populares que otros. Sin embargo, él no escatima a la hora de crear. “En cada álbum siempre trato de incluir la mayor cantidad de géneros, desde los comerciales hasta los más underground o experimentales, pues mi objetivo es lograr un producto integral, portador de un mensaje claro, capaz de llegar a un público que está acostumbrado a consumir música acústica”.
Y si de popularidad se habla, es lógico que tengamos que referirnos también a la difusión, los medios de comunicación y espacios de promoción como catalizadores del desarrollo y la expansión de los conocimientos y preferencias sobre música electrónica. “A pesar de que el movimiento electrónico en Cuba ha ganado en diversidad, pues existen algunas bandas como como I.A y Electro Zona, compositores y VJ (video-jockey) que proyectan imágenes en una pantalla a la par de la música, así como algunos eventos como el Festival Proelectrónica, de carácter nacional, y el Rotilla Festival, los espacios para mostrar las creaciones propias siguen siendo pocos”; comentó Axon.
“Con mucha alegría acogimos toda la legión de seguidores del género el proyecto Espacio para la Cultura Electrónica, que desde julio de 2015 reúne cada sábado, en tres escenarios diferentes, a la avanzada de los DJ y productores que animan desde las máquinas, los clubes capitalinos”, agregó.
Según Axon, este nuevo espacio cuenta además, con la anuencia de grafiteros, skaters (patinadores) y B Boys (bailadores de break dance), quienes se unen a los DJ para seguir explorando las múltiples posibilidades creativas del género.
“El desarrollo de cursos y talleres es otro de los objetivos del proyecto, --precisa el joven productor-- así como el hecho de promocionar la labor de los exponentes noveles del movimiento y las disciplinas sonoras de notable resonancia como el chillout, drum and bass, o el ambient”.
Felizmente, a pesar de las carencias, el movimiento rave cubano alternativo no ceja en la lucha por ganarse un espacio dentro de la cultura nacional. Más allá de las dificultades para publicitar sus creaciones y conocer la de otros, presentarse a las convocatorias de festivales internacionales, y de acceder a un mercado para comercializar su obra, los cultores del movimiento electrónico de la Isla apuestan por la música que aman.
Comentarios Dejar un comentario
16 de noviembre de 2015
Declarado por la UNESCO como el género musical más democrático, el rave anula el baile en pareja y abre al público amplias posibilidades y maneras de consumirlo. No es un secreto que la música electrónica a nivel internacional ha dejado de ser tendencia underground para convertirse en un fenómeno de masas, como ya lo hiciera el hip hop y el grunge en los 90, o la música disco en los 70. Sin embargo, el contexto en el cual se mueve dicho movimiento en Cuba es muy diferente. Contar con espacios suficientes para visualizar sus potencialidades expresivas, generar diversas áreas de debate, de creación artística y formación profesional, son todavía metas por cumplir para los cultores en la Isla del rave, del latin house, el electro-swing o la techno.
La realidad es que DJ productores y compositores afrontan limitaciones para acceder a la tecnología necesaria que garantice una excelente calidad sonora. La mayoría crean sus temas en casa, usando programas informáticos en computadoras personales y en esta misma cuerda oscila DJ Axon, un joven productor con el cual PMU tuvo el gusto de compartir en la tercera edición del Festival Cumanayagua Alternativa.
Nacido en Guanabo, este capitalino como la mayoría de sus colegas, llegó al mundillo electrónico de forma empírica. Graduado de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana en la especialidad de Comunicación Social, confiesa que lo que comenzó siendo un hobby pasó a ser el centro de su vida.
“Empecé a experimentar en el ordenador y a partir de ese momento sentí la necesidad de crear mi propia música y mostrar al público esa mezcla ecléctica de la que yo disfrutaba en casa. Mis presentaciones iniciales fueron siempre en espacios alternativos: fiestas de amigos, discotecas en las cuales había establecido algunos vínculos con sus DJ, y me cedían un pequeño espacio para presentar dos o tres temas en alguna que otra ocasión”.
En la búsqueda de nuevas y mejores habilidades para hacer la música que ama, en poco tiempo este joven creador se matriculó en cursos particulares de sorfeo. “Quería que mi música fuera evaluada por especialistas, por personas que pudieran orientarme, indicarme el rumbo por el que debía seguir. Para mi satisfacción, las mezclas gustaron mucho, y gracias a ellos tuve acceso a un curso de DJ que se abrió en La Madriguera, en el año 2013.
Cuando llega la posibilidad del curso, ya yo llevaba un tiempo produciendo como DJ Axon, e incluso, había fundado un grupo llamado Monkey Bite con algunos compañeros de la universidad”, relata el capitalino.
La agrupación creada en la víspera de uno de los festivales de cultura de la Facultad de Comunicación, poco a poco fue ganando seguidores entre el estudiantado, al tiempo que visibilizaba el trabajo de DJ Axon, singular nombre artístico que alude al componente de las neuronas que trasmite los impulsos electrónicos a las demás. “Al igual que ese mecanismo neuronal, me considero un mediador de impulsos, un intermediario entre toda esa música que está dentro de mí y todas las personas que están ávidas de consumirla”.
Axon reconoce que dentro del movimiento electrónico existen algunos estilos más populares que otros. Sin embargo, él no escatima a la hora de crear. “En cada álbum siempre trato de incluir la mayor cantidad de géneros, desde los comerciales hasta los más underground o experimentales, pues mi objetivo es lograr un producto integral, portador de un mensaje claro, capaz de llegar a un público que está acostumbrado a consumir música acústica”.
Y si de popularidad se habla, es lógico que tengamos que referirnos también a la difusión, los medios de comunicación y espacios de promoción como catalizadores del desarrollo y la expansión de los conocimientos y preferencias sobre música electrónica. “A pesar de que el movimiento electrónico en Cuba ha ganado en diversidad, pues existen algunas bandas como como I.A y Electro Zona, compositores y VJ (video-jockey) que proyectan imágenes en una pantalla a la par de la música, así como algunos eventos como el Festival Proelectrónica, de carácter nacional, y el Rotilla Festival, los espacios para mostrar las creaciones propias siguen siendo pocos”; comentó Axon.
“Con mucha alegría acogimos toda la legión de seguidores del género el proyecto Espacio para la Cultura Electrónica, que desde julio de 2015 reúne cada sábado, en tres escenarios diferentes, a la avanzada de los DJ y productores que animan desde las máquinas, los clubes capitalinos”, agregó.
Según Axon, este nuevo espacio cuenta además, con la anuencia de grafiteros, skaters (patinadores) y B Boys (bailadores de break dance), quienes se unen a los DJ para seguir explorando las múltiples posibilidades creativas del género.
“El desarrollo de cursos y talleres es otro de los objetivos del proyecto, --precisa el joven productor-- así como el hecho de promocionar la labor de los exponentes noveles del movimiento y las disciplinas sonoras de notable resonancia como el chillout, drum and bass, o el ambient”.
Felizmente, a pesar de las carencias, el movimiento rave cubano alternativo no ceja en la lucha por ganarse un espacio dentro de la cultura nacional. Más allá de las dificultades para publicitar sus creaciones y conocer la de otros, presentarse a las convocatorias de festivales internacionales, y de acceder a un mercado para comercializar su obra, los cultores del movimiento electrónico de la Isla apuestan por la música que aman.
Comentarios Dejar un comentario
- No hay comentarios en este momento.