Las huellas de The Shepal



Llegué una noche a la capitalina sala Maxim Rock, movido por cierta programación que anunciaba la presencia del grupo Okulary, pero por cuestiones a las que deberíamos estar acostumbrados, los anfitriones de la noche eran The Shepal, uno de los grupos noveles que mayor aceptación tiene en el público cubano del rock and roll.

Creada hace siete años con el deseo de expresarse y ser escuchados, la banda surge porque un día se reunieron unos socios para formar un “escándalo”, ya que tenían muchas inquietudes, comunes en casi todos los casos. “Ninguno de nosotros es graduado en las escuelas de música. Somos autodidactas en materia teórica, pero nos corre este género por las venas y nos consideramos muy consumidores de lo que se hace en Cuba y también fuera de la Isla, desde los clásicos hasta propuestas más contemporáneas”, dijo antes de la función, Norberto Carvajal, director y vocal de la agrupación.

Agregó que The Shepal se ha movido al post hardcore, una de las vertientes más enérgicas y ruidosas, que se caracteriza con los tiempos rápidos y asume una distorsión de la guitarra que hace enloquecer al público y crea la atmósfera perfecta para que la banda se retroalimente con lo que siente en el auditorio.

Carvajal se refirió además, a su primera producción discográfica Inalcanzable, grabada este año, un producto que nació con el sello independiente Hurricanes Récord y que comprende 11 temas, la mayoría en español, donde se puede encontrar lo mismo un rock más actual, electrónico, como también una mezcla de modos más extremos. “Lo más importante es entender que lo que comenzó dando el berro en un cuarto con los socios, se ha convertido en una talla seria, que más que un estilo de vida, ya es una profesión”, añadió el director.

Agregó que la música que compone tiene que ver con la vida diaria, con las necesidades del cubano, con lo que creen. “Algunos temas brindan un mensaje político. En la canción ‘Por lo nuestro’ defendemos el pedacito, es uno de los más emocionales que hemos hecho, y ha pegado mucho en la gente, que repite su coro cuando la tocamos”.

Además de Carvajal, en estos momentos integran The Shepal, Luis Ernesto Rodríguez en el bajo, Ernesto González en la guitarra y Osmel Vasallo en el drum. Todos son de la idea que desde hace un rato se siente en la Isla una generación de metal, que está haciendo cosas muy interesantes y contestatarias. “Ahora mismo en Latinoamérica, en español, no hay una referencia que supere lo que se hace en Cuba, sobre todo en tendencias nuevas como el metalcore o el post hardcore. Lo que pasa es que nuestros sistemas de promoción son arcaicos y no dan mucho acceso a los festivales, ni nada de eso, todo se lo tiene que luchar uno mismo. Así ha pasado con muchos grupos, mandan sus pinchas, alguien se identifica con ellas y los invitan”, refirió el vocal.

“De todas formas, siempre bebemos de los clásicos, Metallica, Pantera y otros. Yo escucho mucho Architect, porque el trabajo vocal que tienen es de lo mejor que he visto. Pero uno siempre tiene que regresar a esos que nos iniciaron en este camino. Con 14 años, yo me escapaba para el Patio de María y son muchos los buenos recuerdos que guardo de aquella época. Ahora estamos en otro canal, bebiendo de la capacidad creativa de lo que se produce en este momento”, señaló.

También analizó lo que significa para un grupo de socios graduados de Derecho, Informática o Diseño, adquirir los instrumentos y mantenerlos. “Imagínate, si ganas 500 pesos cubanos al mes, no te puedes comprar una guitarra de 300 dólares. Uno busca la forma, porque al público no le interesa lo que te gastes, sino que suene bien. Ernesto tiene una guitarra Ibanez Prestige que cuesta 3 mil dólares, para mí, la mejor que hay en el metal en Cuba, pero si él no hace que se escuche en talla, nadie va a reparar en lo otro. Nosotros hemos hecho cuerdas de guitarra con cables de teléfono. Se logran las tres primeras y aunque da un timbre súper loco, te sirven para la pincha”.

Asimismo, The Shepal asume a veces la onda perfomántica en sus conciertos. En el lanzamiento del disco, trabajaron con bailarinas y una escenografía sui generis, además de un vestuario de muñecos, con cadenas y otros aditamentos.

Por otra parte, el director es consciente de lo difícil que es vivir de este tipo de música. “Es complicado encontrar un espacio para tocar. Muchas veces el gerente ve que llenaste el lugar y que hubo consumo, pero simplemente te despide porque a los trabajadores no les gusta la música”.

The Shepal es una de las agrupaciones de mayor crecimiento en los últimos años, y sobre la tarima de la sala Maxim Rock derrocharon energía y locura, de esas que te dejan pensando si realmente se vive en Cuba una nueva época del metal.

“Puño arriba Maxim, ustedes saben lo que nosotros hacemos, el que no sepa, tiene la puerta abierta”, así comenzó su presentación y no se paró ni un segundo el hardcore en la pista.

Ver fotos del evento

Atrás


Comentarios   Dejar un comentario
No hay comentarios en este momento.