Los cuatro géneros musicales más underground de Cuba: el rock (III Parte)



Aun con la discrepancia política entre Estados Unidos y Cuba desde 1960 y tras la retirada de la embajada estadounidense de Cuba, el rock a pesar de ser considerado por algunos miembros del gobierno como algo netamente subversivo, nunca se dejó de interpretar, a pesar de incomprensiones de algunos que en términos oportunistas, eran personajes que se iban de las manos. No obstante, el rock permaneció y tras el rompimiento de algunas bandas por considerarse a sí mismas fuera de lugar, sus integrantes continuaban y se fusionaban con otras bandas.

Santa Clara es una de las ciudades que más ha aportado al rock and roll en Cuba. Entre 1957 y 1958, el grupo Los Diablos Rojos y otros, abrían los shows y acompañaban a roqueros de renombre que pasaban por esta cabecera provincial. En Santa Clara en los años 60, también hubo dos grupos de rock importantes en el desarrollo del género: Los Fantasmas y Los Praga (creado en 1962).

En La Habana también surgieron a inicios de 1964, bandas que hacían versiones a temas de agrupaciones norteamericanas de éxito, los más notables eran Los Kent y los Pacíficos del Pre del Vedado, seguidos de otros grupos no profesionales, creándose el llamado rock de la calle.

Existían además, los grupos de rock profesionales que debutaron en los años ‘69 y ‘70 en la televisión cubana, cantando música soul. Fueron en aquel entonces, los primeros en conquistar la radio y televisión, dejando poco espacio para que las anteriores bandas roqueras tuvieran espacios televisivos.

Realmente, en aquel momento si no lograbas entretener a aquel público de la calle con una música casi igual a la que se oía en emisoras extranjeras, no tenías aceptación. Esto se debió, en gran medida, a la poca difusión de esta música en los medios de comunicación cubanos de esta música.

Estos grupos fueron obligados a evaluación musical si querían trabajar como artistas profesionales. Muchas de las bandas que había en la calle eran contratadas para fiestas de celebraciones de los 15 años de edad, y no se presentaron por represalias del gobierno en la política. Algunos pudieron presentarse y evaluarse por su calidad musical, y otros podían grabar y tratar de ser seleccionados por alguien del gobierno para salir al extranjero como artistas, lo cual era sumamente difícil debido a las presiones de la política llevada por el gobierno.

En 1987, la AMAR (Asociación de Músicos Aficionados al Rock) buscó hasta apoyo estatal, continuando su lucha por el mantenimiento del rock nacional desde las calles. A ellos se unieron bandas de nueva creación como Metal Oscuro y otras de menos peso, pero con una inclinación hacia la nueva vertiente del heavy metal.

En 1988, con el apoyo del Municipio de Cultura del Vedado, en la Casa de Cultura situada en 37 y Paseo, se crea un espacio para los roqueros, lugar que en su principio atrajo a pintores, escultores y amantes del género. Luego, lo hizo con músicos, y a ese espacio se le llamó el Patio de María, donde se llevó a cabo desde finales de los 80 hasta principios del año 2004, la mayor parte de los eventos de rock de la capital y del país.

Sin embargo, fue un lugar que tuvo sus preferencias hacia algunas bandas, lo cual no fue su objetivo inicial. Allí se llevaron a cabo innumerables maratones roqueros, preferiblemente los fines de semana, dando un apoyo increíble a las bandas de metal y luego del extremo, sirviendo además, de peña a bandas como Zeus y Agonizer. Esto provocó que se les diera poca oportunidad a otras manifestaciones del rock, incluso a subgéneros más modernos con la entrada del nuevo milenio, hecho que dio al traste con el cierre del sitio.

Con la clausura del Patio de María comenzaron otras opciones mucho más abiertas y profesionales con respecto al rock. No obstante, se abrieron espacios hoteleros exclusivamente para bandas de predilección de sus gerentes como Las Cañitas del Hotel Habana Libre, la corporación Gran Caribe y el Papa’s de la Marina Hemingway, que solo tienen en cuenta la amistad de determinados miembros de determinadas bandas con algunos dirigentes de estos lugares. Es decir, predilección hacia las amistades y no hacía los gustos de la masividad, algo chocante con mucha parte del público roquero que no entiende este tipo de afinidades, dejando escépticos los puntos de vista hacia bandas de mayor talento y aún de mayor objetividad para el rock de autoría nacional. Generalmente, esos lugares los ocupan bandas de rock que solo tocan covers, lo que colabora a la poca difusión que hasta el momento existe del rock nacional de calidad y de temas originales de rock cubano dentro de los medios masivos de difusión.

Por tanto, el rock and roll cubano es tan censurado como el hip hop, salvo que de este género suelen aprovecharse y sacar ventaja mucho mas. Pero es, al igual que el hip hop, temido y prohibido por la libertad de expresión que profesa y la diferencia que marcan respecto a otros sectores sociales, lo que representa mucho, pero mucho miedo para la política de estado.

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