El rap es guerra



El desarrollo del hip hop en la Isla de la Juventud es prácticamente nulo. Los cultivadores del género son casi desconocidos en su terruño. Las instituciones culturales gubernamentales priorizan en sus espacios a los artistas provenientes de la capital del país, o que interpretan otros ritmos tales como la timba, el cubaton o el merengue electrónico.

La situación económica y social de la Isla de Pinos, como también se le conoce, es bien compleja, pues el acceso marítimo y aéreo es limitado. Todo esto lo sufren sobremanera los artistas underground que se ven obligados a emigrar o enrumbar su camino hacia otra profesión. Sin embargo, la fuerza de la vocación de varios se mantiene y buscan imponerse en tan difícil medio. Hallan alternativas, se apoyan mutuamente y combaten la incomprensión gubernamental. No se rinden y no se conforman con subsistir en un lugar olvidado por todos “los de arriba”.

José Pérez Fontela, mas conocido como El Pirata, nació en La Habana, pero se crió y se formó como rapero en la Isla de la Juventud. En una de sus visitas a la capital buscando promoción, pudimos contactarlo y que nos comentara sobre la situación de los artistas underground en su territorio.

“Mis raíces son isleñas. Toda mi familia es de Nueva Gerona. Tengo el sentimiento regionalista muy profundo en mi identidad. Desde que tenía nueve años de edad me interesó el rap. Fui asistente asiduo de la peña La Moña, realizada en el municipio de 10 de Octubre. Es la música que más siento cuando canto, aunque he interpretado otros géneros, merengue, salsa y house, todo eso para que me paguen unos kilos y sobrevivir. También para probarme a mí mismo como artista y así ampliar el ángulo de alcance de mi carrera. Pero sin dejar mi identidad ni de decir lo que siento.

En el rap uno puede expresar lo que siente en su corazón. No se dibujan las cosas ni se disfrazan. Me gusta mucho el rap en español porque es nuestro idioma. Influyeron en mí los raperos de Puerto Rico, Vico C, Big Boi y Cosculluela. De Cuba: El Adversario y Aldo, el de los Aldeanos. Esa es mi tendencia”, continuó contándonos El Pirata.

“El arte en la Isla de la Juventud está realmente monopolizado. Solo quieren músicos comerciales. Para los dirigentes, lo underground no existe o es contrario al sistema impuesto. Solo quieren que muevan la pista, sin importar la calidad de los mismos. A mí y a otro muchacho de la Isla, Vladi El Continuo, nos han censurado poniéndonos en segundo plano. Él tuvo que escapar a La Habana porque allá nadie lo ayudó y al final ganó un premio Cubadisco.

En la Isla solo se ha mantenido un espacio para los raperos que se llama La Mecánica, una plaza muy abierta donde se necesitan muchos kilos de audio y para llenarla no es fácil. Ese lugar nadie lo quería y lo asumimos nosotros. El público de la Isla tampoco está acostumbrado a defender a sus artistas. Le han hecho creer que el ‘bueno’ es el que viene de La Habana, aunque no tenga el mismo talento que el autóctono. Existe un regionalismo en contra. La televisión y la radio solo hacen lo que el Instituto de la Música impone y no se dan cuenta que existen artistas mucho mejores que los que ellos promueven. Nunca he pagado para que me incluyan un video en Los Lucas, ni para que me lo filmen. Mis audiovisuales los he hecho con la ayuda de varios amigos”.

De la promoción, saltamos al contenido de sus canciones. “En mis letras defiendo a las mujeres y combato las desigualdades sociales, y he fusionado el hip hop con otros ritmos para hacerlo más comercial. Para mí, el rap underground es el rap limpio. El rap es guerra, como dice Aldo, el de los Aldeanos. Esa frase lo encierra todo.

Me gusta que el que me escucha se sienta identificado con mi mensaje. Los raperos también son incomprendidos en La Habana. El problema es con el género. No he participado en ningún festival porque no me han dejado asistir. No los veo como una cosa bien organizada y no son imparciales. Los pocos festivales de verdad que se han hecho, han sido ideas de los propios raperos. No existe institución alguna que se haya planteado apoyar al rap.

Grabo mis demos de manera independiente, en un estudio particular de La Habana, propiedad de los Reyes Magos Productions, que han trabajado con grandes del mundo underground tales como Eminencia Clásica. Mi primera producción se tituló Rompiendo el hielo. Posteriormente, comencé a trabajar en la Isla con un productor que se llama Big JC e hicimos mi segundo demo Enamórate de mí. De ahí proviene la canción ‘Estás mal’, que es como un desahogo por cosas que me pasaron con otros artistas que se sienten superiores y no apoyan a los que comienzan. Quieren aprovecharse de los jóvenes talentos y me pidieron 100 CUC para hacer un featuring conmigo. Además, tenía que pagar un estudio que son 100 CUC más y grabar un video clip de promoción que cuesta también. Por supuesto no lo pagué, porque no tengo esos recursos, pero me sirvió de inspiración para expresar mis sentimientos en esa canción.

Puse todos mis temas en el Paquete de la Semana y lo que se hace usualmente en promoción callejera. Es una vía de escape que ya está al mismo nivel que los medios gubernamentales. Los raperos tenemos que cantar donde nos toque. He estado en varias provincias, en lugares apartados, donde no llegan los artistas ya establecidos y en donde lo underground goza de gran preferencia en el público joven.

He podido insertarme en algunos bares particulares, pero no haciendo rap sino otros géneros. Ellos quieren música que venda, aunque el que la haga no la sienta. Todavía existe ese estigma de que los seguidores del rap son gente de bajo nivel. Algo muy lejano de la realidad. El rapero es el público más fiel y cuando le brindas un espacio, se muere contigo. Estoy convencido de que si se hace un bar que sea solamente de rap underground, va a estar lleno todo el tiempo”.

Antes de despedirse y para concluir, nos confesó: “Estoy imbuido en el proyecto de llevar el rap de la Isla hacia La Habana. Voy sondeando varias emisoras de radio donde existe una brecha para colar nuestros temas”.

Le deseamos entonces, mucha suerte a El Pirata en su nuevo proyecto y carrera musical, ojalá encuentre la brecha y el rap de la Isla inunde la otra Isla, la grande.

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