Nuevas mezclas del underground



Nació en el Vedado, tiene 21 años y me contó que proviene de padres divorciados. Su nombre es Gustavo Curbelo Díaz, aunque todos lo llaman Sora: “proviene del idioma japonés y significa cielo, debido a mi afición a la cultura asiática”. Pero no solo lo llaman así, también le dicen “Geaven, este es mi nombre artístico, porque Sora es cielo en japonés y en inglés es heaven, entonces utilizo la inicial de mi nombre, G de Gustavo, con mi apodo que es cielo, por lo que sería G-ven”.

A pesar de provenir de un conocido barrio residencial habanero, no cree que esto haya influido mucho en su manera de hacer música, sino que sus influencias las achaca al consumo de música y audiovisuales asiáticos y estadounidenses. Y justamente por los géneros e influencias comenzamos la entrevista. “No me considero un músico, sino más bien un melómano empedernido, porque toda la vida he escuchado música desde que me levanto hasta que me acuesto. No escucho un género en particular, sino distintos géneros de distintas culturas, lo mismo música hindú que música tradicional china, o son cubano y pop.

Ahora mismo me siento más influenciado por el pop y el rap, pues pienso que acompañan mi estilo. Realmente, lo mío es el baile. El mundo del arte era prácticamente desconocido para mí hasta que entré en la Facultad de Comunicación, en los festivales de cultura. Me captaron y ahí empecé. Yo nunca había bailado en mi vida. La primera vez que lo hice fue aquí en la Facultad y le cogí el gusto. Siempre bailé frente al espejo de mi casa, bobería, como un hobby. Lo que pasa es que uno no sabe cuándo esos hobbies pueden hacerse algo más serio.

Esto mismo me pasó con la música. La danza fue lo que me llevó a la música. Empecé en un grupo de extensión universitaria que se llama WTF, con los que me hice visible y me empecé a involucrar con algunos músicos cubanos, pues bailaba en sus videos clips. Comencé con el grupo SMS, luego, bailé en Cuerda Viva, luego, en los Lucas y me fue gustando el mundo del espectáculo y la música, porque todo lo del baile urbano y el hip hop se entrelaza con el rap de los barrios negros de Nueva York, en Estados Unidos.

Esa cultura norteamericana se ha globalizado tanto que ha llegado a los países asiáticos como Corea, quienes han creado una tendencia llamada Kpop. Eso me ha dado mucha vista y creatividad para mi proyección en el escenario. Trato de combinar la sazón cubana con el estilo asiático.

Gracias a Braulio fue que descubrí mis aptitudes para la música. Él me comenta que quiere lanzarse como artista de nuevo. Y me propone ser su bailarín y coreógrafo. Luego, me preguntó si me atrevía a rapear, pues quería un rapero con el estilo mío y me di cuenta que podía hacerlo. Braulio me dijo que faltaba un poco de intención y de adaptación a la hora de hacerlo, pero que tenía un rapeo peculiar de Cuba. Que es un rapeo más melódico y menos agresivo.

Hace sólo unos meses que lo hago y me encanta lo que hago, Hace un tiempo soy el rapero oficial del grupo SER (Siente y Escucha el Ritmo) y bueno, tengo como objetivo seguir adelante y desarrollar esta faceta.

Queremos transmitir nuestros sentimientos a través de estos ritmos. Yo sería el bad boy del grupo, el rapero y bailarín, ya que reúno mis dos pasiones, canto y danza”. ¿Y cuáles o quienes fueron tus principales influencias? “Michael Jackson, Usher, Chris Brown, Justin Timberlake, Kanye West, Jason Derulo y Beyoncé. Artistas de origen asiático como Big Band, que mezcla el pop y el rap. Por parte de Cuba, Los Aldeanos y Buena Fe, que es mi grupo insignia de Cuba, porque son canciones inteligentes y me gustaría algún día llegar a componer ese tipo de canciones más comprometidas”.

Sin parar, continúo preguntando, ¿quién ha sido un apoyo en tu carrera? “Principalmente, mis familiares y amigos”. ¿Obstáculos enfrentados? “Obstáculos, realmente no son muchos, mi carrera es muy joven. por ahora es lograr llevarlo a la par de mi vida académica. Es muy complicado llevar la parte artística con la academia”.

Y como joven artista que se mueve en el mundo del espectáculo actual, no pude dejar de preguntarle su opinión sobre la música cubana y los ritmos de moda. “Todos los géneros cubanos tradicionales son los géneros que nos definen en el mundo y son nuestro sello musical. Yo pienso que actualmente que, por el consumo de la sociedad y la misma globalización, nos estamos alejando de eso que nos distingue culturalmente. Pienso que sería necesario retomar ese amor y pasión por los géneros tradicionales que nos distinguen. Los grupos cubanos no deberían pensar solo en sus propios intereses. Es verdad que lo que gusta ahora es el merengue electrónico, el reggaeton, el rap, la electrónica, pero a esa audiencia se le puede hacer llegar los géneros tradicionales que tan lindos son”.

Por supuesto que de los géneros actuales, seguimos con las letras de las canciones. “A la hora de hacer música me sorprende mucho como en este país y otros, hay vulgaridad en el contenido de las canciones, y a la gente le gusta y funciona. ¿Entonces, qué pensar sobre la sociedad actual? Creo que eso tiene arreglo, ya que a las personas se les puede tocar con letras inteligentes, porque las cosas más sensuales del mundo se pueden decir sin vulgaridad. Yo en lo personal, no estoy de acuerdo y hasta ahora mis canciones no se pueden definir sobre estos términos”.

Al escuchar su respuesta pensé que era un joven artista comprometido. “Mi principal compromiso es conmigo mismo. Debo decirme a mí mismo: puedes hacerlo y puedes lograrlo. Si tú disfrutas lo que haces y es arte, aunque es bueno hacérselo llegar a los demás, ese mismo disfrute hay que compartirlo. Mi compromiso es traspasar mis sentimientos y mensaje al público, que entiendan como me siento y que esos sentimientos lleguen a las personas”.

Después de casi un año de renovadas relaciones entre nuestro país y Estados Unidos, es casi obligatorio preguntar si este acontecimiento tiene influencia en el panorama musical actual. “Pienso que la única diferencia con la llegada de los americanos es que pueda venir algún cazatalentos o algo así, que antes nunca hubiera pasado por aquí, y capte algunos talentos. Pero nosotros debemos mantener nuestra entereza, nuestra cultura y demostrarles a ellos que aquí hay cultura. Y que se enamoren de ella”.

Y con las renovadas relaciones, llegó la apertura del Internet con los sitios WiFi en varios puntos de la isla, un acontecimiento que permite a muchos artistas proyectar su obra fuera de Cuba. “En cuanto a la WiFi, en eso interviene mi carrera Ciencias de la Información. Nunca se había soñado con esto, pero ya está aquí. Ya sé trabajar con la información y cómo manejarla. Gracias a que estamos en la Facultad de Comunicación, podemos contar con personas que nos pueden ayudar a hacer muchas cosas, que son posibles ahora porque Cuba está conectada”.

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