Aumento y/o disminución de la representación femenina en el mundo underground cubano durante 2015



Nunca ha podido disociarse a la mujer de la práctica de la música toda, ni mucho menos de la música underground. Aun cuando en épocas pasadas en las que su condición dentro de la sociedad era minimizada, prejuiciada, limitada y en muchas ocasiones invisibilizada, su participación fue siempre activa en los diferentes ambientes culturales.

Desde el siglo XIX y durante las guerras de independencias cubanas, intelectuales como Gertrudis Gómez de Avellaneda, La Condesa de Merlín, Ana Betancourt, María Hidalgo Santana y María Luisa Dolz, considerada la primera feminista moderna de Cuba, marcaron pautas acerca de los derechos femeninos. En los comienzos de la República, un grupo de mujeres fundaron asociaciones y organismos de prensa para defender los intereses de las féminas, entre los que podemos mencionar El Club Femenino de Cuba, La Unión Laborista de Mujeres, la Asociación Femenina de Camagüey que fue la primera revista femenina de Cuba, la revista Aspiraciones, entre otras no menos importantes, que también desarrollaron un primordial papel en la lucha por los derechos de la mujer cubana.

Aunque la Constitución de 1901 reconocía la igualdad de todos los cubanos ante la Ley, el Código Civil Español, aún vigente, establecía la inferioridad de la mujer, que impedía su avance y cerraba el paso al sufragio femenino. Sin embargo, gracias a la lucha cívica en 1914 se iniciaron los debates acerca del divorcio, y el 18 de julio de 1917 se concedió a la mujer la patria potestad sobre sus hijos y la libre administración de sus bienes, siendo más tarde, en julio de 1918, aprobada la Ley del Divorcio.

Este legado que hemos heredado del feminismo en Cuba antes del periodo revolucionario se ve vigente en la historia del mundo femenino del underground cubano actual. Firmeza, valentía, reconocimiento, empoderamiento y respeto fueron asumidos por algunas mujeres de generaciones contemporáneas con fortaleza y fidelidad. Pero estos valores no fueron promocionados, y solo aquellas más atrevidas y curiosas captaron su esencia.

Teniendo en cuenta estos planteamientos históricos, automáticamente podemos afirmar que en Cuba ha aumentado, aunque todavía minúsculamente, la representación femenina en el mundo del underground. También podemos afirmar que de manera paralela ha ocurrido una disminución en el número de mujeres vinculadas al mundo musical underground.

Desde inicios del 2000, incluso desde la década de los 90, el underground cubano se vio enriquecido por la inserción de mujeres al universo musical underground de forma rápida y consecutiva. A partir de entonces, muchas solistas, dúos y agrupaciones surgieron cada año casi masivamente. Por estas fechas salieron a la palestra pública en un grito de emancipación: Telmaris, La Fresca, Instinto, Obsesión, Las Krudas, Mariana, Las Positivas, Explosión Femenina, entre otras, que para lamento de la cultura underground cubana, se han desintegrado o han emigrado. Solo unas pocas quedan en la Isla representando la feminidad underground dentro del rap-hip hop, por citar solo un género. Algunas pueden visitar la Isla y participar como invitadas en algún evento o peña, lo cual sin dudas es contraproducente para el arte underground cubano.

Esta situación que vivió el género musical rap-hip hop se respiró en los demás géneros y estilos musicales, donde las mujeres han terminado siendo víctimas no solo de la migración, sino también del preponderante patriarcado cubano.

El underground cubano constituye hoy un espacio de crecimiento femenino visible que no se aprovecha al máximo. Existen eventos institucionales donde ellas se pueden presentar, pero el machismo que ha imperado por muchos años en géneros como la música electrónica, el hip hop y el rock and roll, suele influir de manera negativa en la decisión propia de participación, logrando un gran autolimitación.

Los estereotipos sociales existentes también repercuten en su autodeterminación como representantes artísticas. Como en Cuba no se fomenta la toma de decisiones, para muchas es muy importante la opinión de la sociedad, por lo que el escenario underground, un tanto invisible, se les muestra más propicio y menos acusante para comenzar su carrera musical.

Este es quizás el motivo más contraproducente para el crecimiento de las mujeres dentro del universo underground. Es cierto que Cuba y sobre todo los géneros underground que ya antes mencioné, han estado marcados por una sociedad patriarcal, pero se agrava más si la mujer no es consciente que está siendo víctima de dicho patriarcado y no toma acciones para cambiar este panorama.

Independientemente del número considerable de artistas femeninas que han marchado de la isla por diferentes motivos, la presencia femenina dentro del universo underground durante el año que culmina, aunque no sea una muestra representativa, ha aumentado. Dos ejemplos que no puedo dejar de mencionar lo constituyen el debut en el concierto de mujeres celebrado el pasado diciembre en la Casa Mauline del municipio Arroyo Naranjo, de Yailin Arias Reina; y el nacimiento artístico de Iyaima Martínez Navarro, ambas pertenecientes ya al catálogo PMU.

Las mujeres que nacieron en el underground cubano y que se han visto obligadas a desintegrarse o a emigrar, continúan siendo cubanas. Y allá o aquí siguen defendiendo la cultura musical underground en la Isla, allá o aquí no dejan morir el underground cubano. Las que surgen se apoyan en las experiencias musicales de las que ya no están sirviéndoles de icono para el trabajo. O sea, que el underground cubano femenino ha perdido quizás en número, pero a la vez ha ganado en fortaleza.

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