VJ 2D: pasión por la imagen
4 de enero de 2016
Como muchos de los participantes de la Jornada de Música Electrónica Beat 32, celebrada en Camagüey en noviembre de 2015, Juan Carlos Gil Palomino encontró en el cultivo de ese género el espacio perfecto para hacer confluir sus múltiples pasiones. Nacido en 1990, se sabe miembro de una generación audiovisual por antonomasia, y a través de ese principio define su identidad virtual, que por momentos incluso, sobrepasa a la identidad real. Por eso se siente muy cómodo cuando habla como VJ 2D, el personaje que se creó, de espaldas al proyector donde mezcla imágenes para acompañar los ritmos de los DJ underground camagüeyanos.
Su nombre artístico está inspirado en la voz líder de la banda virtual Gorillaz y en la animación en dos dimensiones, su preferida. Por ello, además de video jockey, es un activo promotor de la cultura manga, y por extensión, de toda la japonesa, cuyos valores de paciencia, respeto por las tradiciones y dedicación, comparte. Sus gustos no son solamente entretenimientos para él, a través de ellos proyecta su sistema de valores muy sólidos, redondeado por su vocación hacia el magisterio, pues Juan Carlos es también profesor de Informática en un importante centro educacional camagüeyano.
Toda esa buena energía es la que transmite VJ 2D en sus presentaciones. “Cuando mezclo imágenes me gusta mucho ver las emociones de la gente, -afirma- por eso trabajo la comedia, fundamentalmente, en las proyecciones. El público se ríe a la par que vive la euforia del baile y no se pierde lo que sucede en pantalla”.
VJ 2D bebe de las experiencias de otro VJ al cual él considera precursor de esta manifestación de la cultura dance: Alberto Santos, VJ S@nt, otro artista de los píxeles que asistió al Beat 32. “Aunque en el mundo los VJ trabajan habitualmente en los clubes desde los años 80 del pasado siglo, a Cuba llegaron sobre los 90, y a Camagüey más tardíamente, -aclara-, sobre 2008, cuando VJ S@nt comenzó sus incursiones con lo que luego fue el Proyecto Play de DJ Míster Mandy. Para mí fue amor a primera vista lo que sentí al interactuar con ese componente visual”.
“La base esencial del trabajo del VJ es la mezcla en tiempo real de audiovisuales con la música, en un discurso que para él es muy difícil ver por separado. Trabajamos conceptualmente con cualquier ritmo y es importante que en Cuba se solidifique el hábito de ver juntos al DJ y el VJ, pues así sucede en los festivales internacionales. Beat 32 ha sido grandiosa para nosotros en ese sentido”, afirma con seguridad.
Actualmente, VJ 2D se encuentra trabajando junto a quien considera su tutor, en un empeño más revolucionario que la mera proyección sobre superficies planas. “Queremos incursionar en el mapping o proyección de figuras sobre estructuras tridimensionales, que es una de las tendencias más actuales del VJing, -referenció-. Sin embargo, las espectaculares imágenes sobre edificios de grandes dimensiones con las que se suele identificar al mapping mundialmente, constituyen aún una quimera para los cubanos, por las dificultades en el acceso a la tecnología de punta necesaria, por la falta de apoyo oficial y de financiamiento, y por la estrechez mental de muchos funcionarios que bien podrían ayudarnos un poco más”.
Según explicó VJ 2D, se requieren proyectores especiales que aunque existen en el país o se pudieran comprar en el extranjero, son inaccesibles para ellos por los altos precios. “Demasiado para jóvenes que cultivan este arte sin fines de lucro y deben desviar parte de sus recursos de sustento para costear conciertos o presentaciones”.
“Aun con esas dificultades, comparto el concepto vanguardista de que se puede no tener con qué hacerlo y sin embargo, hacerlo y hacerlo bien. Tal vez no podamos mapear en edificios, pero lo hacemos en otras estructuras geométricas más pequeñas y nos ha salido bien, a modo de experimentación, -dice con expresión soñadora en la mirada-. En una oportunidad, en Matanzas, pude proyectar sobre una iglesia y fue una experiencia maravillosa”.
Consciente de la importancia de promover por todas las vías posibles el universo del VJing, ya VJ 2D se prepara para extender sus experiencias al próximo Festival Internacional de Videoarte de Camagüey, en 2017.
Otra pasión de este chico es el anime, el comic japonés. Desde 2011 lidera el proyecto Manga Qba, que agrupa a jóvenes universitarios, artistas, trabajadores y tuvo algunas peñas esporádicas, pero que tuvo que cerrar por la falta de locales apropiados, y que ahora trata de rescatar, para exponer tanto la cultura pop del país nipón como su arte tradicional.
“Los japoneses te dejan ver mucho de su cultura en cada producto que crean, sea audiovisual, musical o de cualquier tipo. Incluso, fuera de los marcos artísticos, y eso es un principio que en Cuba pudiéramos aplicar más para contribuir al fortalecimiento de la identidad nacional, aunque en eso aquí ni se piensa en los círculos oficiales, aunque no perdemos la esperanza de que algún día podremos lograrlo”, enfatiza.
Su identificación con la cultura asiática le viene por influencia de su papá, con quien, desde muy niño, Juan Carlos veía cine japonés en blanco y negro y practicaba artes marciales. Actualmente, con sus proyectos busca promover esos valores y patrones estéticos que, sin imposiciones, puedan adaptarse y enriquecer la cultura cubana.
Preocupado por su realidad y por el futuro de su generación, VJ 2D considera la existencia de una crisis de valores en la sociedad cubana, un reto a la creatividad y el arte. Por eso, Beat 32 fue para él un espacio vital para comenzar a cambiar el mundo a golpe de música e imágenes, que lo acompañarán siempre como un arma para gestar los cambios necesarios e imprescindibles para avanzar.
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4 de enero de 2016
Como muchos de los participantes de la Jornada de Música Electrónica Beat 32, celebrada en Camagüey en noviembre de 2015, Juan Carlos Gil Palomino encontró en el cultivo de ese género el espacio perfecto para hacer confluir sus múltiples pasiones. Nacido en 1990, se sabe miembro de una generación audiovisual por antonomasia, y a través de ese principio define su identidad virtual, que por momentos incluso, sobrepasa a la identidad real. Por eso se siente muy cómodo cuando habla como VJ 2D, el personaje que se creó, de espaldas al proyector donde mezcla imágenes para acompañar los ritmos de los DJ underground camagüeyanos.
Su nombre artístico está inspirado en la voz líder de la banda virtual Gorillaz y en la animación en dos dimensiones, su preferida. Por ello, además de video jockey, es un activo promotor de la cultura manga, y por extensión, de toda la japonesa, cuyos valores de paciencia, respeto por las tradiciones y dedicación, comparte. Sus gustos no son solamente entretenimientos para él, a través de ellos proyecta su sistema de valores muy sólidos, redondeado por su vocación hacia el magisterio, pues Juan Carlos es también profesor de Informática en un importante centro educacional camagüeyano.
Toda esa buena energía es la que transmite VJ 2D en sus presentaciones. “Cuando mezclo imágenes me gusta mucho ver las emociones de la gente, -afirma- por eso trabajo la comedia, fundamentalmente, en las proyecciones. El público se ríe a la par que vive la euforia del baile y no se pierde lo que sucede en pantalla”.
VJ 2D bebe de las experiencias de otro VJ al cual él considera precursor de esta manifestación de la cultura dance: Alberto Santos, VJ S@nt, otro artista de los píxeles que asistió al Beat 32. “Aunque en el mundo los VJ trabajan habitualmente en los clubes desde los años 80 del pasado siglo, a Cuba llegaron sobre los 90, y a Camagüey más tardíamente, -aclara-, sobre 2008, cuando VJ S@nt comenzó sus incursiones con lo que luego fue el Proyecto Play de DJ Míster Mandy. Para mí fue amor a primera vista lo que sentí al interactuar con ese componente visual”.
“La base esencial del trabajo del VJ es la mezcla en tiempo real de audiovisuales con la música, en un discurso que para él es muy difícil ver por separado. Trabajamos conceptualmente con cualquier ritmo y es importante que en Cuba se solidifique el hábito de ver juntos al DJ y el VJ, pues así sucede en los festivales internacionales. Beat 32 ha sido grandiosa para nosotros en ese sentido”, afirma con seguridad.
Actualmente, VJ 2D se encuentra trabajando junto a quien considera su tutor, en un empeño más revolucionario que la mera proyección sobre superficies planas. “Queremos incursionar en el mapping o proyección de figuras sobre estructuras tridimensionales, que es una de las tendencias más actuales del VJing, -referenció-. Sin embargo, las espectaculares imágenes sobre edificios de grandes dimensiones con las que se suele identificar al mapping mundialmente, constituyen aún una quimera para los cubanos, por las dificultades en el acceso a la tecnología de punta necesaria, por la falta de apoyo oficial y de financiamiento, y por la estrechez mental de muchos funcionarios que bien podrían ayudarnos un poco más”.
Según explicó VJ 2D, se requieren proyectores especiales que aunque existen en el país o se pudieran comprar en el extranjero, son inaccesibles para ellos por los altos precios. “Demasiado para jóvenes que cultivan este arte sin fines de lucro y deben desviar parte de sus recursos de sustento para costear conciertos o presentaciones”.
“Aun con esas dificultades, comparto el concepto vanguardista de que se puede no tener con qué hacerlo y sin embargo, hacerlo y hacerlo bien. Tal vez no podamos mapear en edificios, pero lo hacemos en otras estructuras geométricas más pequeñas y nos ha salido bien, a modo de experimentación, -dice con expresión soñadora en la mirada-. En una oportunidad, en Matanzas, pude proyectar sobre una iglesia y fue una experiencia maravillosa”.
Consciente de la importancia de promover por todas las vías posibles el universo del VJing, ya VJ 2D se prepara para extender sus experiencias al próximo Festival Internacional de Videoarte de Camagüey, en 2017.
Otra pasión de este chico es el anime, el comic japonés. Desde 2011 lidera el proyecto Manga Qba, que agrupa a jóvenes universitarios, artistas, trabajadores y tuvo algunas peñas esporádicas, pero que tuvo que cerrar por la falta de locales apropiados, y que ahora trata de rescatar, para exponer tanto la cultura pop del país nipón como su arte tradicional.
“Los japoneses te dejan ver mucho de su cultura en cada producto que crean, sea audiovisual, musical o de cualquier tipo. Incluso, fuera de los marcos artísticos, y eso es un principio que en Cuba pudiéramos aplicar más para contribuir al fortalecimiento de la identidad nacional, aunque en eso aquí ni se piensa en los círculos oficiales, aunque no perdemos la esperanza de que algún día podremos lograrlo”, enfatiza.
Su identificación con la cultura asiática le viene por influencia de su papá, con quien, desde muy niño, Juan Carlos veía cine japonés en blanco y negro y practicaba artes marciales. Actualmente, con sus proyectos busca promover esos valores y patrones estéticos que, sin imposiciones, puedan adaptarse y enriquecer la cultura cubana.
Preocupado por su realidad y por el futuro de su generación, VJ 2D considera la existencia de una crisis de valores en la sociedad cubana, un reto a la creatividad y el arte. Por eso, Beat 32 fue para él un espacio vital para comenzar a cambiar el mundo a golpe de música e imágenes, que lo acompañarán siempre como un arma para gestar los cambios necesarios e imprescindibles para avanzar.
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