Algunos pensamientos de Sergio Limuti, productor de Las Klidas



Las posibilidades que se crean para muchos artistas de la Isla al viajar a otras geografías, se amplían de una manera palpable. Llevar consigo sus creaciones y lograr presentarse en algún escenario es para muchos una meta, un premio para su carrera. Un ejemplo vivo de constancia que ha sido remunerado, es el de Birleydis Roche Naranjo, una de las integrantes de la agrupación femenina de hip hop Las Klidas, quien tiene la suerte de que su esposo y representante, como ciudadano extranjero le haya abierto las puertas al mundo. Justamente con Sergio Limuti converso de algunos temas.

“Definitivamente, salir en algún momento de la carrera de cualquier artista, chocar con otras realidades, otras formas de hacer, es algo que ayuda mucho en todos los sentidos. Principalmente, en la parte artística es una manera de entrar en el sistema promocional internacional. En Italia todo es diferente, todo lleva la importancia y la atención que merece, es verdad que con mucho dinero las cosas salen más rápido, pero a la larga, el talento sobresale. Leli K-Lidas, como se conoce a Birleydis en Europa, está acabando. La manera que tiene ella de cotorrear con ese calor cubano es su tarjeta de presentación en cada lugar que se presenta. Independientemente de lo que todo esto le aporta a ella personalmente, creo que mucho más le aporta al movimiento underground cubano y principalmente de Santiago de Cuba”.

Sergio Limuti es un músico que se encuentra entre los primeros en actuar de manera oficial en Cuba, interpretando géneros folklóricos. Hoy se concentra como productor de Las Klidas, y de disímiles maneras ha hecho de esta función su modo de vida. Maneja el sitio oficial de la agrupación en las redes sociales y promociona por toda Europa los demos producidos por la alineación musical. Le da un valor esencial al movimiento de mujeres que hacen música underground, confiesa que admira y es fan de Las Krudas. Conocedor de los mecanismos de la Isla para la promoción y de las instituciones que nacieron en un momento con la intención de fomentar y representar el movimiento underground en Cuba, tiene una manera muy particular de pensar. Sostiene que falta mucho por hacer, que se necesita mucha organicidad a la hora de emprender una empresa del tipo promocional, que querer promocionar algún movimiento debe partir de una decisión firme y sobre todo, de un profundo sentimiento de compromiso.

“Hacer rap en Cuba es muy duro, más que en otras partes del mundo. Independientemente de los problemas económicos y tecnológicos, a la hora de producir música hay muy pocos mecanismos e instituciones verdaderamente interesadas en promocionar este tipo de géneros. Para mí, la Agencia Cubana del Rap es una trampa, y solo existe para aquellos artistas que residen en La Habana. Muchas cosas han pasado, incluso con sus representados. Alguna vez trabajé con la Agencia, llevé un grupo de raperos italianos y los conciertos se dieron sin público por la poca seriedad al promocionar aquel suceso. Es solo la punta del iceberg, muchas decepciones se esconden bajo el agua. Me enteré además, de la disolución del único evento que prestigiaba modestamente a los artistas underground de la Isla, perder el Puños Arriba me imagino sea una gran desilusión para todos”.

Para Sergio que un músico salga de la Isla llevando consigo su música es muy importante, sobre todo si es capaz de presentarse o promocionarla de cualquier manera posible. También nutrirse de nuevas experiencias es una fuente inagotable para el talento verdadero. El rap debe convertirse más que en un género para expresarse, en un modo de vida. “Para mí el rap es verdad, es lucha. Hay que cuidar el movimiento con la verdad, sin entrar en banalidades. Independientemente de lo difícil que pueda ser en la Isla, es importante que sea realmente un movimiento, que se unan y fortalezcan, que dejen a un lado lo comercial y la tiradera, la envidia. Compartir las experiencias y los conocimientos deben ser una filosofía para que el género no muera en Cuba”.

En un momento que se ha deprimido el movimiento, o que las cosas que se habían logrado desaparecen de la noche a la mañana, hay artistas que siguen apostando por mantener la llama viva, por crear nuevas posibilidades para que no desaparezcan los espacios. Las variantes han de nacer mientras existan creadores dispuestos a seguir defendiendo su música a cualquier costo, el hip hop seguirá estando en el punto de mira. Difícil es la tarea, el rap es protesta, contestatario de nacimiento y por naturaleza, ha de permanecer así. Muchos detractores perseguirán a sus más prominentes exponentes, pero el principal triunfo será la perseverancia. Crear, crear y crear debe ser la palabra de orden, los espacios irán surgiendo poco a poco, la defensa del género es la única vía de mantener la longevidad del movimiento dentro de Cuba.

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