Lázaro: el rap como compromiso para las nuevas generaciones



Lázaro Lianko Alpizar Padrón supo a los ocho años de edad que la música rap había llegado a su vida para quedarse. En aquella tierna edad no tenía la menor idea de lo importante que sería esa determinación para su vida futura. El talento de la música le había llegado a través de su madre, quien era bolerista aficionada, pero una cirugía mal hecha la obligó a abandonar su carrera musical.

Lázaro confiesa que comenzó a escribir sus primeras canciones a los doce años, y ya desde esa tierna edad, intentó sacar sus composiciones adelante, pero no contó con el apoyo ni la ayuda suficiente para ello. A los quince años se convirtió al cristianismo, tras escuchar el mensaje del Evangelio de Jesucristo, al cual decidió entregar su vida y su talento musical. Enseguida vio una nueva luz en el rap cristiano y comenzó a encaminarse en solitario dentro de ese género. Sus intentos iniciales transcurrieron con improvisación, a fuerza de ensayo contra error. En busca de lograr una zona de seguridad, se decidió a cantar usando backgrounds y letras de conocidos raperos cristianos puertorriqueños como Manny Montes, Alex Zurdo y Redimi2.

Recuerda que la primera vez que le habló al pastor de su congragación acerca de sus deseos de alabar a Dios rapeando, el reverendo se mostró en desacuerdo. Sin embargo, el hijo del pastor lo invitó a cantar en las reuniones de los jóvenes y la acogida fue favorable. Al ver la aceptación entre las muchachas y muchachos, y el saldo positivo que generaba esta música entre estos, la impresión de las autoridades eclesiásticas comenzó a cambiar. Finalmente, pudo cantar en un culto oficial de la iglesia, y a pesar de la resistencia del sector más conservador de su congregación, su música tuvo un impacto favorable entre la mayoría de los fieles. Esto influyó positivamente en el ánimo de Lázaro, quien decidió seguir adelante, aunque no se sentía muy satisfecho porque en ese entonces no tenía canciones ni backgrounds propios.

Pero la ayuda estaba en camino. Por esa misma época, Lázaro conoció a la persona que le daría el importante impulso inicial a su carrera como rapero evangélico: Damaris Benavides, una de las fundadoras del rap cristiano en Cuba, quien lo ayudó a componer letras propias y a elaborar sus propios tracks.

Las primeras canciones, Lázaro las grabó en un estudio independiente en la zona de la Víbora. Pero no quedó muy satisfecho con los resultados de la grabación. Por lo que, tras vencer la frustración inicial que esto le provocó, se trasladó al estudio Emilio Record, en la barriada de San Miguel del Padrón, donde el trabajo y la profesionalidad de Emilio DJ, dueño del estudio, le dieron un vuelco a la calidad de sus canciones. Una vez que todo estuvo listo, solo faltaba su debut como artista original. El bautismo de fuego tuvo lugar en una peña musical de la iglesia bautista de Alamar, donde estaban presentes varios raperos cristianos, entre ellos Míster ABE-C, uno de los cultores más auténticos de este género en Cuba.

Después de esto, Lázaro comenzó a cantar en varias iglesias del ámbito evangélico pentecostal, sin embargo, hubo otras denominaciones que no aceptaron ni aceptan el rap cristiano de Lázaro como música de adoración y alabanza a Dios. No obstante, hoy en día el ámbito eclesiástico es su circuito permanente de presentaciones.

Al igual que otros raperos cristianos, Lázaro tiene sus reservas a la hora de presentarse como artista de este género en las instituciones culturales del Estado. Como líder de jóvenes dentro su congregación, cuenta que ha tenido que tomar parte activa en varias gestiones de su denominación a la hora de solicitar un local al gobierno para desarrollar eventos de la iglesia. Con pesadumbre confesó: “si te abre una puerta, los precios son súper elevados, te cobran 300 o 400 CUC por una noche”, y citó como ejemplo una actividad reciente que tuvo su iglesia en el Cine-Teatro Praga de Pinar del Rio. Además de este costo, Lázaro añadió que la cantidad de trámites burocráticos son un obstáculo para el desarrollo de esas actividades, cuya negociación casi siempre discurre bajo el recelo prejuicioso de las instituciones estatales. Incluso, Lázaro contó que hubo una ocasión en que el gobierno municipal de cierto lugar, había dado su aprobación a una actividad cultural de la iglesia y luego se echó para atrás.

Por otra parte, para Lázaro su propósito artístico con el rap no es posicionarse en la escena, ni grabar cien mil copias de un disco en busca de fama o éxito. Su propósito es ayudar a la juventud cubana, cristiana y no cristiana, con lo cual se siente profundamente comprometido y hacia esa meta dirige todos sus esfuerzos como rapero cristiano, en vistas a que los jóvenes cambien para bien su manera de vivir, de pensar; que sean mejores personas día tras día. Actualmente es el presidente de los jóvenes de su denominación en el Cotorro.

En cuanto a la producción musical, en la actualidad Lázaro se encuentra grabando un disco llamado No estoy solo. En el mismo piensa rescatar algunas canciones de su primera grabación infructuosa, junto a otros temas nuevos. Este disco, según puntualizó el propio artista, irá por los nuevos rumbos del techno rap, y también tendrá mucho de los géneros primigenios que dieron lugar al rap como el funk y el reggae.

Es notable el hecho que Lázaro no es un músico profesional, él mismo dice que no tiene buena melodía, pero sí buen oído musical, que nadie le paga por hacer su música, ni vive de ella porque es graduado de técnico en Geodesia y Cartografía y se gana la vida como vendedor del Paquete Semanal, pero aun así, su voluntad y deseo están dispuestos a rapear desde la fe y para la fe. Nunca rechaza una oportunidad para exponer su arte, canta donde lo invitan, pero su espacio más frecuente es su congregación en el Cotorro.

Los obstáculos y dificultades no le han impedido renunciar a sus sueños. Quiere viajar y llevar su música a otros ámbitos y derramar lo que el espíritu de Dios ponga en él mediante su flow. También sueña con dar un concierto con muchos invitados en el teatro Karl Marx. Sin embargo, el mayor anhelo es que su música sea una fuerza de transformación para las nuevas generaciones y sembrar la semilla de un futuro mejor en el horizonte de la esperanza cristiana.

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