DJ Resident: curando cuerpos, curando almas



Son las seis de la tarde y el doctor Dusniel Vega Fernández sale apurado del Hospital Universitario Manuel Ascunce Doménech, o simplemente el Provincial de Camagüey, donde labora y hace su residencia en Ortopedia. Ha sido un día largo y complicado: consultas programadas, amigos que llegaron sin previo aviso y a los cuales no puede negar la atención, dos cirugías… Para colmo, la parada del ómnibus, como siempre, es un hervidero a esa hora, donde varias almas con caras de pocos amigos pugnan por llegar al destino salvador del hogar para descansar un poco antes de volver a la rutina del día siguiente. Pero el joven galeno de 32 años no está apurado por descansar. El tiempo le apremia porque un público lo espera en menos de tres horas. En breve se quitará la bata blanca y la cambiará por unos audífonos negros. Está apurado porque ya el doctor Vega curó cuerpos y dará paso al DJ Resident que cura almas.

Aunque esta es una anécdota real de la Jornada de Música Electrónica Beat 32, la escena se repite con mucha frecuencia en la vida de Dusniel, desde que decidió compartir su profunda vocación hacia la Medicina con el amor por la música electrónica, ya no solo como espectador, sino también como disc jockey.

Dentro de los que participaron en ese pequeño festival que durante dos días en noviembre del 2015  reunió a los que en Camagüey “mezclan” o “pinchan” subgéneros underground de la electrónica, DJ Resident fue el novato, y ello se notaba en la emoción con la cual hablaba de su música, cual amante con novia recién estrenada. También en esas ganas inmensas de pasar el mayor tiempo posible detrás de la laptop y el sintetizador, aun cuando disciplinadamente compartió los tiempos que correspondían a cada protagonista.

“Escucho la música electrónica desde muy joven, desde la década de 1990 cuando apenas era un niño, y me fascinaba el trabajo de los DJ, pues asistí también a fiestas y conciertos, pero siempre como público. Con el tiempo fui conociendo a artistas como Armando Fuentes, DJ Míster Mandy, y Rafael Miranda, DJ Áfrika, quienes tienen profundos conocimientos, aunque no ejercen profesionalmente, y me acerqué a ellos para aprender más. Hasta que finalmente surgió la oportunidad de trabajar con DJ Áfrika, participar en algunas peñas, pues no llevo todavía mucho tiempo, hasta llegar a Beat 32 que es mi primera presentación ante un gran público”, relató DJ Resident.

Dusniel se hizo médico, y aunque pudiera parecer que nada tienen que ver sus dos pasiones profesionales, este joven ha encontrado en sí la confluencia de dos esencias sanadoras, de ayuda al prójimo, de amor y de solidaridad, al punto que su carrera práctica definió la imagen de su carrera artística. “El nombre me lo puso DJ Áfrika, pues estoy haciendo la residencia en Ortopedia, y a la vez, como todavía tengo tanto que aprender en la música electrónica, también pudiera decirse que hago la residencia de DJ”, comentó con una sonrisa.

Arte y Medicina son carreras que demandan grandes sacrificios, e incluso, pueden jugar con horarios similares, pero como este chico pretende vivirlas las dos a plenitud, no escatima en dedicación y entrega para ambas. “No puedo dejar de ser médico para ser buen DJ, ambas cosas deben ir a la par. En ocasiones hay actividades a las cuales no puedo asistir, pues tengo guardias, responsabilidades con mis pacientes y con el hospital, que no puedo dejar de cumplir, pero eso mis compañeros lo entienden y me apoyan. Por otro lado, dedico mucho tiempo a mezclar canciones durante una o dos horas cuando llego a casa luego del trabajo. Se las doy luego para que las escuchen y me recomienden cómo mejorar. Aún no produzco temas propios, sí pienso hacerlo en un futuro, y continuar superándome para estar entre los mejores”.

En Cuba, la Medicina es una profesión de un alto simbolismo social, mientras el DJ es el eje de una subcultura que si bien tiene muchos seguidores y un gran impacto entre los jóvenes, no cuenta con un lugar privilegiado en el mainstream cultural del país, y en ocasiones puede asociarse, injustamente, a conductas de marginalidad. Sin embargo, para este médico DJ, no es problema ni vergüenza llevar sus vocaciones paralelas.

“Si por ser médico me diera pena pararme frente al público a ‘pinchar’, le faltaría el respeto a esto que tanto amo. Lo importante es el trabajo bien hecho en cada una de mis profesiones. No es menos cierto que hay personas que me achacan cierta locura, pero no entienden la magia de esta música, de esta cultura que es un refugio para muchos jóvenes, y promueve valores de amistad, concordia, respeto. Con ella me relajo, me olvido de los problemas cotidianos, de las tensiones de mi otra carrera”.

DJ Resident cree también que la electrónica se merece más apoyo institucional. “También en otros centros culturales y clubes donde antes tenía un espacio que se ha perdido”, precisó el artista que, como los otros asistentes a Beat 32, promueve los estilos underground del género. En su caso, su preferido es el trance, por lo melódico y sensual de su ritmo.

La idea de llevar esta música al quirófano me resulta curiosa y súper interesante, así que le pregunto si alguna vez lo haría. “No he tenido la oportunidad, –dice pensativo y sonriente- pero me encantaría. Tal vez sería un poco difícil por las condiciones de asepsia que lleva un salón de operaciones, y porque debo estar concentrado en salvarle la vida a un paciente, pero no sería mala idea curar el cuerpo y el alma al mismo tiempo. Muchas de las personas que atiendo a diario, no solo lo merecen, sino que también lo necesitan”.

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