La censura sutil y la respuesta de K’Bolá
25 de enero de 2016
K’Bolá tuvo que acudir a las alternativas extremas, pues todo indica que nuevamente fueron víctimas de la censura, aunque esta vez de una manera sutil. Trataré de contarles cada acontecimiento para que hagan su propia interpretación.
Un domingo en la tarde entró a mi móvil un mensaje de Carlos Infante, coordinador del proyecto K’Bolá, que me avisaba de la hora, fecha y lugar en que realizarían la peña correspondiente al mes de enero. Se suponía que sería el miércoles 13, en el Museo Naval de la ciudad de Cienfuegos, a partir de las nueve de la noche. Pero empezaron las sorpresas. El martes 12 llegó hasta la puerta de mi casa Carlitos. Ese día se suponía que él debía estar cotejando y ultimando los preparativos para el evento, y acomodando a sus invitados en su casa como siempre hace. Sin embargo, se presentaba con la noticia de un cambio de lugar y de hora porque se les había caído el Museo Naval.
“Hay un cambio de planes, ya no vamos a hacer la peña en el Museo Naval, vamos a hacerla en un solar que hay al doblar del Teatro Terry. Es entre las calles 25 y 27, pero tenemos que empezar a las siete y terminar a eso de las once para no molestar a los vecinos. Ya yo hablé con algunos de ellos y estuvieron de acuerdo en que lo hiciéramos allí”, me dijo entonces.
Por supuesto, le pregunté enseguida qué había sucedido con el Museo Naval y esta fue su respuesta: “La directora del Museo Naval dice que no tenía corriente para conectar los equipos y no podemos hacer la peña allí”. Al tiempo que su rostro mostraba la incredulidad en la razón sostenida por la directiva del lugar y me hacía pensar en que se trataba posiblemente de un pretexto, pero había que investigar.
Como se dice en el argot popular: más rápido se coge a un mentiroso que a un cojo, o también serviría lo que alegan los más religiosos: Dios no quiere trampas. Mientras conversábamos Carlos y yo, una persona que estaba casualmente en mi casa escuchando la controversia, y que últimamente ha visitado asiduamente por cuestiones de trabajo el Museo Naval, se mostró sorprendido y refirió esta frase: “Qué extraño está eso, porque ese lugar está recién reparado y allí diariamente se reciben usuarios nacionales y extranjeros”.
No salí a buscar más opiniones porque no estamos ante un hecho aislado como para decodificar inocentemente un episodio como este. Como saben nuestros lectores más constantes, K’Bolá sufrió en agosto de 2015 su primera censura, que trajo como consecuencia más cruda la pérdida de un espacio en la esquina sur del Parque Martí, que habían logrado conquistar con su constancia. Por eso cuesta pensar en la parte verídica de esta nueva escena de negativa para un proyecto que solo cuenta con una computadora, tres micrófonos, data show y dos bafles, que se pueden conectar en cualquier lugar, como de hecho se hizo.
La mejor parte de la historia viene ahora. El miércoles 13 de enero, el proyecto K’Bolá con todos los nuevos artistas underground invitados como parte de su labor en la búsqueda de propuestas y espacios alternativos en la ciudad de Cienfuegos, realizó su peña en un lugar ideal para la comunidad. Esta vez, con cerca de una decena de músicos de hip hop, el proyecto hizo suyo el mencionado solar abandonado. Entre sus invitados estuvieron Los Negros Zulús de la AKDmia, que aparecieron con Laura y tres de sus integrantes, Malcolm Beybe, Omar El Analista, Dobster y David D’Omni. El intercambio, como de costumbre, empezó con la muestra de los artistas plásticos integrados a K’Bolá, cuyas obras causaron admiración a los más pequeños de los alrededores, como nunca antes.
Con la pantalla colgada al fondo de un viejo cuarto y la lluvia fustigando casi desde el inicio, fueron apareciendo en escena cada uno de los raperos que, pese a las inclemencias del tiempo, tuvieron que hacer su descarga completa porque el público no abandonaba el lugar y pedía más. La actividad transcurrió entre las siete y las once de la noche como se había acordado con los residentes cercanos.
No obstante, ahí no terminó todo. Más tarde se generó otra controversia. Me interesó conocer las opiniones de los músicos invitados acerca de tres posibles interpretaciones: censura, no censura o censura sutil, y salió este breve diálogo que reproduzco en lo esencial.
Omar El Analista: Si te soy sincero, no veo una censura en K’Bolá, es decir, K’Bolá está en sus inicios. Yo me vi en mis inicios y tuve trabajo, tuve que imponerme y lograr cosas. Cuando un grupo está censurado no puede hacer nada, censurados están los Porno para Ricardo, censurado está David D'Omni. Te digo esto para entender el margen de la censura cómo es. Realmente, K’Bolá está en el punto de demostrar lo que va a hacer. Cuando hay censura, llega la policía y te dice: “oye aquí no se hace nada” y no se hace nada, y salimos todos con tres palos en la espalda.
PMU: Pero sinceramente yo pensé que hoy podía pasar eso.
Omar El Analista: Pero no sucedió. Estamos en la parte de decir: vamos a hacer, estamos luchando, a todo el mundo le tumban espacios, y no estoy defendiendo a ninguna institución porque a las instituciones hay que darles por la cara, pero creo que la censura es una palabra más grande.
PMU: Yo personalmente creo que la censura tiene colores.
Malcolm Beybe: Sí, a nosotros por ejemplo, nos censuraron la peña que teníamos antes. La hacíamos todos los meses durante seis años en la Casa de la Cultura Justo Vega. Es la peña que más se llenaba en La Habana, parecía un festival, y la institución nunca apoyó con nada. Nosotros pagábamos hasta el audio, pero ahora mismo tenemos la peña suspendida. Uno logra cosas hasta donde te dejan hacer y cuando menos lo esperas, te lo tumban.
La censura tiene sus matices, o lo que es lo mismo, etapas. Ante ella adoptamos reacciones diversas, o incluso no estamos preparados. Por eso me resultó oportuno el mensaje del artista plástico autor de Stop, la obra plástica que acompaña este trabajo y quisiera provocar reflexiones con ella.
“Stop a todo, incluso, a aquellas cosas que supuestamente vienen con buena intención, stop a la falsedad... desgraciadamente, las personas están cansadas y cuando uno está cansado, obvia lo importante. Mi mensaje es que despierten del letargo y que comiencen por limpiarse desde dentro. Un llamado de atención”.
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25 de enero de 2016
K’Bolá tuvo que acudir a las alternativas extremas, pues todo indica que nuevamente fueron víctimas de la censura, aunque esta vez de una manera sutil. Trataré de contarles cada acontecimiento para que hagan su propia interpretación.
Un domingo en la tarde entró a mi móvil un mensaje de Carlos Infante, coordinador del proyecto K’Bolá, que me avisaba de la hora, fecha y lugar en que realizarían la peña correspondiente al mes de enero. Se suponía que sería el miércoles 13, en el Museo Naval de la ciudad de Cienfuegos, a partir de las nueve de la noche. Pero empezaron las sorpresas. El martes 12 llegó hasta la puerta de mi casa Carlitos. Ese día se suponía que él debía estar cotejando y ultimando los preparativos para el evento, y acomodando a sus invitados en su casa como siempre hace. Sin embargo, se presentaba con la noticia de un cambio de lugar y de hora porque se les había caído el Museo Naval.
“Hay un cambio de planes, ya no vamos a hacer la peña en el Museo Naval, vamos a hacerla en un solar que hay al doblar del Teatro Terry. Es entre las calles 25 y 27, pero tenemos que empezar a las siete y terminar a eso de las once para no molestar a los vecinos. Ya yo hablé con algunos de ellos y estuvieron de acuerdo en que lo hiciéramos allí”, me dijo entonces.
Por supuesto, le pregunté enseguida qué había sucedido con el Museo Naval y esta fue su respuesta: “La directora del Museo Naval dice que no tenía corriente para conectar los equipos y no podemos hacer la peña allí”. Al tiempo que su rostro mostraba la incredulidad en la razón sostenida por la directiva del lugar y me hacía pensar en que se trataba posiblemente de un pretexto, pero había que investigar.
Como se dice en el argot popular: más rápido se coge a un mentiroso que a un cojo, o también serviría lo que alegan los más religiosos: Dios no quiere trampas. Mientras conversábamos Carlos y yo, una persona que estaba casualmente en mi casa escuchando la controversia, y que últimamente ha visitado asiduamente por cuestiones de trabajo el Museo Naval, se mostró sorprendido y refirió esta frase: “Qué extraño está eso, porque ese lugar está recién reparado y allí diariamente se reciben usuarios nacionales y extranjeros”.
No salí a buscar más opiniones porque no estamos ante un hecho aislado como para decodificar inocentemente un episodio como este. Como saben nuestros lectores más constantes, K’Bolá sufrió en agosto de 2015 su primera censura, que trajo como consecuencia más cruda la pérdida de un espacio en la esquina sur del Parque Martí, que habían logrado conquistar con su constancia. Por eso cuesta pensar en la parte verídica de esta nueva escena de negativa para un proyecto que solo cuenta con una computadora, tres micrófonos, data show y dos bafles, que se pueden conectar en cualquier lugar, como de hecho se hizo.
La mejor parte de la historia viene ahora. El miércoles 13 de enero, el proyecto K’Bolá con todos los nuevos artistas underground invitados como parte de su labor en la búsqueda de propuestas y espacios alternativos en la ciudad de Cienfuegos, realizó su peña en un lugar ideal para la comunidad. Esta vez, con cerca de una decena de músicos de hip hop, el proyecto hizo suyo el mencionado solar abandonado. Entre sus invitados estuvieron Los Negros Zulús de la AKDmia, que aparecieron con Laura y tres de sus integrantes, Malcolm Beybe, Omar El Analista, Dobster y David D’Omni. El intercambio, como de costumbre, empezó con la muestra de los artistas plásticos integrados a K’Bolá, cuyas obras causaron admiración a los más pequeños de los alrededores, como nunca antes.
Con la pantalla colgada al fondo de un viejo cuarto y la lluvia fustigando casi desde el inicio, fueron apareciendo en escena cada uno de los raperos que, pese a las inclemencias del tiempo, tuvieron que hacer su descarga completa porque el público no abandonaba el lugar y pedía más. La actividad transcurrió entre las siete y las once de la noche como se había acordado con los residentes cercanos.
No obstante, ahí no terminó todo. Más tarde se generó otra controversia. Me interesó conocer las opiniones de los músicos invitados acerca de tres posibles interpretaciones: censura, no censura o censura sutil, y salió este breve diálogo que reproduzco en lo esencial.
Omar El Analista: Si te soy sincero, no veo una censura en K’Bolá, es decir, K’Bolá está en sus inicios. Yo me vi en mis inicios y tuve trabajo, tuve que imponerme y lograr cosas. Cuando un grupo está censurado no puede hacer nada, censurados están los Porno para Ricardo, censurado está David D'Omni. Te digo esto para entender el margen de la censura cómo es. Realmente, K’Bolá está en el punto de demostrar lo que va a hacer. Cuando hay censura, llega la policía y te dice: “oye aquí no se hace nada” y no se hace nada, y salimos todos con tres palos en la espalda.
PMU: Pero sinceramente yo pensé que hoy podía pasar eso.
Omar El Analista: Pero no sucedió. Estamos en la parte de decir: vamos a hacer, estamos luchando, a todo el mundo le tumban espacios, y no estoy defendiendo a ninguna institución porque a las instituciones hay que darles por la cara, pero creo que la censura es una palabra más grande.
PMU: Yo personalmente creo que la censura tiene colores.
Malcolm Beybe: Sí, a nosotros por ejemplo, nos censuraron la peña que teníamos antes. La hacíamos todos los meses durante seis años en la Casa de la Cultura Justo Vega. Es la peña que más se llenaba en La Habana, parecía un festival, y la institución nunca apoyó con nada. Nosotros pagábamos hasta el audio, pero ahora mismo tenemos la peña suspendida. Uno logra cosas hasta donde te dejan hacer y cuando menos lo esperas, te lo tumban.
La censura tiene sus matices, o lo que es lo mismo, etapas. Ante ella adoptamos reacciones diversas, o incluso no estamos preparados. Por eso me resultó oportuno el mensaje del artista plástico autor de Stop, la obra plástica que acompaña este trabajo y quisiera provocar reflexiones con ella.
“Stop a todo, incluso, a aquellas cosas que supuestamente vienen con buena intención, stop a la falsedad... desgraciadamente, las personas están cansadas y cuando uno está cansado, obvia lo importante. Mi mensaje es que despierten del letargo y que comiencen por limpiarse desde dentro. Un llamado de atención”.
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