Jóvenes rockeros: ¿underground y alternativos?



La pregunta que da título a este trabajo surgió cuando me preparaba para visitar el Submarino Amarillo, centro cultural habanero que se ha convertido en una plaza interesante para disfrutar de buen rock and roll. La respuesta a esa interrogante necesitaría un estudio pormenorizado, pero casos puntuales como el de La Banda, Divergente y Luz Verde me permitieron llegar a algunas conclusiones tras verlos tocar el pasado 25 de diciembre.

Los conciertos de aquella matinée comenzaron con La Banda, grupo difícil de asociar a una sola vertiente del rock y que se define por su energía sobre el escenario, mucha más de la que derrocharon debido a las características del lugar. “Fue algo nuevo, porque estamos acostumbrados a un ambiente menos medido. Nosotros hacemos un show más escandaloso, con muchos saltos y movimiento, pero nos advirtieron que no nos quitáramos la camiseta y otras cosas. Porque yo habitualmente también me tiro agua o lo que sea encima, pero eso aquí no se puede hacer”, nos comentó Sergio Eguino, director y voz líder.

“No obstante, lo disfrutamos mucho. Fue nuestro estreno en el Submarino Amarillo y se sintió muy bien porque me recuerda a Los Beatles, quienes comenzaron en un sótano, sin ser conocidos y fueron prohibidos en Cuba”, agregó el joven de 23 años.

Sobre la mixtura de su música, el graduado en la especialidad de dirección, en la Facultad de las Artes de los Medios de Comunicación Audiovisual, contó que recibieron influencias de muchas partes. “Desde los 16 años vengo tocando rock junto a mi hermano Ernesto ‘Choco’ Eguino. Comenzamos con hard rock, heavy metal y todo lo clásico, pero al aprender un poco más, hemos ido retrocediendo a Jimi Hendrix, Chuck Berry, The Doors, Los Beatles... Hemos buscado las raíces para entender mejor el género.

El proyecto La Banda surgió hace unos siete meses y lo integran además, Choco en la guitarra, Jhonny Chacón en la batería y Samuel “Rocky” Sardiñas en el bajo.

El escenario quedó caliente y eso lo aprovechó Divergente, otro piquete que sin duda vale la pena escuchar. Lekmay Álvarez, director, compositor y guitarrista de la banda, se ha nucleado con jóvenes que como él, sueñan con llegar lejos. Miguel Rosales, vocalista y compositor; Yosbel González en el bajo, Héctor Fernández en la batería y Alejandro Deulofeu como el otro guitarrista, completan el talentoso grupo.

Tras la actuación, Lekmay nos dijo que las presentaciones en la “casa habanera de Los Beatles” son importantes para promocionar su música y que la gente los conozca. “Es un lugar atípico, donde no puedes hacer temas propios, solo debes tocar cover, pero nosotros cumplimos esas reglas y además, disfrutamos hacer música de los clásicos”. También manifestó que “lo principal ahora mismo es trabajar en temas propios y ya tenemos como diez composiciones”. Sin embargo, les ha sido difícil grabar por motivos económicos y por ello solo tres canciones integran su demo homónimo. Como toda banda de rock novel, los gastos corren por parte de los integrantes del grupo, quienes han apostado por el proyecto a pura bomba, más allá del talento demostrado.

“Como somos aficionados, no tenemos papeles y no podemos aspirar a una peña fija. En los lugares te exigen la carta de una empresa musical y como no la tenemos, no nos pueden pagar ni ponernos transporte. Nosotros muchas veces resolvemos entre los propios integrantes del grupo. Ahora mismo el proyecto nos da pérdidas, pero eso no nos para”, concluyó Álvarez.

El dominio de cada acorde, la limpieza del sonido y la experimentación definieron la actuación de Divergente, que además, siempre cuenta con el apoyo de familiares y amigos, quienes los acompañan en los conciertos.

Por otra parte, solo unos minutos necesitó Luz Verde para alistarse y mostrar su calidad. Caía la noche y el público se mostraba eufórico tras todo un maratón rocanrolero. Los encargados del cierre de tarde noche fueron Reinier Robles, guitarrista y director del grupo, Víctor Rivera, en los teclados, David García en la batería y la percusión, Daniel Hernández en el bajo, Javier San Juan como cantante y guitarrista, además de Devana Pérez como vocalista principal y percusión menor. Ellos mostraron gran creatividad al versionar casi todos los tracks interpretados, una de las prioridades estilísticas de la banda. “Queremos hacer a diferencia, no montar los temas que tiene todo el mundo. A todas las canciones que tomamos le hacemos arreglos y de ahí viene el nombre del grupo, porque tenemos luz verde para hacer cualquier cambio”, confesó Robles.

Todos son muy jóvenes, nadie supera los 24 años y han logrado una gran unión que se advierte sobre el escenario. “Nos conocimos hace un año y no hemos trabajado constante, solo hace tres meses todo va más en serio. Pero ahora mismo, si me quitan a un músico no sé qué haría”, acotó el líder.

Además, Robles mencionó que junto a las dificultades para la promoción, lo más complicado para el grupo es que “nadie es músico de profesión y hacen otras cosas para vivir”. Él mismo es graduado de Telecomunicaciones y tiene que simultanear su pasión por el rock con su servicio social.

Lo sucedido el 25 de diciembre fue especial. Quienes estuvieron allí disfrutaron de tres talentosas agrupaciones noveles que hicieron un recorrido por temas de Led Zeppelin, Los Beatles, Muse, Queen, AC/DC, Metallica y Guns N’ Roses, entre otras prestigiosas bandas. Pero quizás esta reseña de lo acontecido ese día fue solo un pretexto para conocer a estas bandas y responder la interrogante que da título a este trabajo. ¿Qué tan underground y alternativos son los protagonistas de estas líneas? Pues la respuesta ya la han leído en las declaraciones de los entrevistados y ello nos permite contestar un sí rotundo. Poca promoción, escasos espacios para presentarse, autogestión para realizar su arte y la experimentación constante deberían ser argumentos suficientes.

Incluso, las palabras de Sergio Eguino sobre la interacción que logran entre sí los jóvenes cultores del rock en Cuba, refuerza la idea de que el camino del éxito y la visibilidad de estos grupos pasan por lo que sean capaces de apoyarse unos a otros. “Nosotros tenemos una especie de química en la que somos una especie de equipo y entonces, nos apoyamos y tratamos de crear espacios para todos. Así podemos decir lo que queremos y ser nosotros mismos”, dijo el director de La Banda.

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