Inconformidades sobre las tendencias a la desunión y tiradera entre artistas dentro del movimiento underground (Parte I)
1 de febrero de 2016
La cultura underground cubana se presenta como un fenómeno contemporáneo muy relevante. Este fenómeno se presenta como parte de nuevas formas asociadas a los medios urbanos y rurales, enfatizando en lo urbano, en el marco de un racional empático opuesto a la limitación de las actividades y dinámicas sociales. Con esta reflexión nos estamos refiriendo a dos temas esenciales ubicados en lo social y lo educacional.
El universo underground está presente en Cuba desde hace más de dos décadas, tiempo que enmarca el nacimiento de géneros fundamentales dentro de la cultura underground como el hip hop o el reggaetón (género que no considero underground, pero que cabe mencionar en la temática que tratamos), y otros géneros menos contemporáneos, pero underground en sus inicios y que también pecan de relaciones hostiles en las letras de sus compositores.
La práctica de la música dentro del movimiento underground se expande por toda la Isla como un germen liberador de energías y conciencias colectivas, como un recurso moderno lúdico y creativo, el que identifica, representa y expresa motivaciones y sentimientos por un lado; y pensamientos sociales y políticos por otro.
El hip hop por ejemplo, se enraíza con mayor fuerza en las capas sociales populares de los barrios más marginales de la sociedad cubana, sectores donde el descontento y la ruptura sistémica son fenómenos históricos y reproducidos en el tiempo por los habitantes de dichos lugares.
El actual contexto de descontento en la sociedad y en las nuevas generaciones de Cuba, es un escenario cuyas dinámicas sociales son el reflejo de un país en decadencia, desigual e históricamente reprimido, donde las instituciones presentan un desgaste en sus relaciones para las personas, y en donde surgen, como en muchos otros lugares del mundo, nuevos grupos juveniles, sociales y culturales con expectativas de un cambio paradigmático en nuestras formas de vida y comportamientos colectivos e individuales.
Estas cuestiones llevaron a los diferentes estilos y géneros del universo underground por un represivo y difícil, pero enriquecedor camino, hace un par de décadas atrás. Actualmente, este discurso inteligente y con carga político-social y cultural se ha perdido por lo social y educacional, y por diferentes motivos más.
Las generaciones cubanas desde la caída del muro de Berlín han devenido en una pérdida de valores que ha dado al traste, entre otras cuestiones, con el desarrollo educacional de los pobladores de toda la isla. Esto, por supuesto, interviene de manera negativa y contraproducente en el desarrollo lírico del movimiento underground.
La crisis de los años 90 impidió que muchos jóvenes interrumpieran los estudios para buscarse la vida en otras fuentes de ingreso. Esto provocó una degeneración en el desarrollo de los discursos del movimiento underground cubano, pues al no contar con la economía suficiente para comprar los instrumentos y recibir clases privadas, muchos de los jóvenes de hoy salieron de los barrios marginales, devenidos músicos por el retumbar de los tambores en las fiestas populares de los barrios donde nacieron y se criaron, así como de los toques de bembé al que asistían, ya sea por sus creencias o por su curiosidad.
Otro grupo de artistas se formó gracias al ojo clínico de los padres que no podían hacer otra cosa que ponerle música en la radio y pararse en cuantas actividades culturales percibieran para el desarrollo auditivo musical del niño.
Así se fue que comenzó a perderse la profundidad en los discursos del movimiento underground cubano, pérdida que en la actualidad se reproduce de generación en generación pareciendo que no tuviese fin. Otras cuestiones y otros motivos muy importantes determinan la desunión y tiradera dentro de los artistas del universo underground, que trataremos en la próxima edición de PMU, en una segunda parte de este artículo.
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1 de febrero de 2016
La cultura underground cubana se presenta como un fenómeno contemporáneo muy relevante. Este fenómeno se presenta como parte de nuevas formas asociadas a los medios urbanos y rurales, enfatizando en lo urbano, en el marco de un racional empático opuesto a la limitación de las actividades y dinámicas sociales. Con esta reflexión nos estamos refiriendo a dos temas esenciales ubicados en lo social y lo educacional.
El universo underground está presente en Cuba desde hace más de dos décadas, tiempo que enmarca el nacimiento de géneros fundamentales dentro de la cultura underground como el hip hop o el reggaetón (género que no considero underground, pero que cabe mencionar en la temática que tratamos), y otros géneros menos contemporáneos, pero underground en sus inicios y que también pecan de relaciones hostiles en las letras de sus compositores.
La práctica de la música dentro del movimiento underground se expande por toda la Isla como un germen liberador de energías y conciencias colectivas, como un recurso moderno lúdico y creativo, el que identifica, representa y expresa motivaciones y sentimientos por un lado; y pensamientos sociales y políticos por otro.
El hip hop por ejemplo, se enraíza con mayor fuerza en las capas sociales populares de los barrios más marginales de la sociedad cubana, sectores donde el descontento y la ruptura sistémica son fenómenos históricos y reproducidos en el tiempo por los habitantes de dichos lugares.
El actual contexto de descontento en la sociedad y en las nuevas generaciones de Cuba, es un escenario cuyas dinámicas sociales son el reflejo de un país en decadencia, desigual e históricamente reprimido, donde las instituciones presentan un desgaste en sus relaciones para las personas, y en donde surgen, como en muchos otros lugares del mundo, nuevos grupos juveniles, sociales y culturales con expectativas de un cambio paradigmático en nuestras formas de vida y comportamientos colectivos e individuales.
Estas cuestiones llevaron a los diferentes estilos y géneros del universo underground por un represivo y difícil, pero enriquecedor camino, hace un par de décadas atrás. Actualmente, este discurso inteligente y con carga político-social y cultural se ha perdido por lo social y educacional, y por diferentes motivos más.
Las generaciones cubanas desde la caída del muro de Berlín han devenido en una pérdida de valores que ha dado al traste, entre otras cuestiones, con el desarrollo educacional de los pobladores de toda la isla. Esto, por supuesto, interviene de manera negativa y contraproducente en el desarrollo lírico del movimiento underground.
La crisis de los años 90 impidió que muchos jóvenes interrumpieran los estudios para buscarse la vida en otras fuentes de ingreso. Esto provocó una degeneración en el desarrollo de los discursos del movimiento underground cubano, pues al no contar con la economía suficiente para comprar los instrumentos y recibir clases privadas, muchos de los jóvenes de hoy salieron de los barrios marginales, devenidos músicos por el retumbar de los tambores en las fiestas populares de los barrios donde nacieron y se criaron, así como de los toques de bembé al que asistían, ya sea por sus creencias o por su curiosidad.
Otro grupo de artistas se formó gracias al ojo clínico de los padres que no podían hacer otra cosa que ponerle música en la radio y pararse en cuantas actividades culturales percibieran para el desarrollo auditivo musical del niño.
Así se fue que comenzó a perderse la profundidad en los discursos del movimiento underground cubano, pérdida que en la actualidad se reproduce de generación en generación pareciendo que no tuviese fin. Otras cuestiones y otros motivos muy importantes determinan la desunión y tiradera dentro de los artistas del universo underground, que trataremos en la próxima edición de PMU, en una segunda parte de este artículo.
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