No es una barrera, Barrera… para celebrar 10 años de rimas combativas (Parte II)



No solo PMU llegó al encuentro de amigos y entusiastas del hip hop cubano en Barrera, allí también estaban Tesarilo, Hermes, El Espirituano, Dayron y El Silbador de La Habana (a propósito, se presenta en Mercaderes y Obrapía bajo protesta y dice: ¡allí soy libre!). Todos ellos, en pocos minutos me relataron su historia de conquista de Barrera. “Tomamos una máquina y luego una guagua, el itinerario es San José-Minas-La Gallega. Esperamos todo lo bueno de este concierto, somos público del hip hop cubano y lo seguimos a donde sea”.

También en el público disfrutando estaban los de siempre, Yimi Konclaze, Etián Brebaje Man, Danay Suárez, Charly Mucha Rima. Algunos andaban entre fotos con los fanes, otros, como Danay, con la cámara en mano documentando todo el evento y otros a la disposición de la producción o de MC de paso. Amauris “El Loco”, también llegó y todos sabemos que si la peña de hip hop es de calidad, él seguramente es una marca, porque no hay nadie que desconozca este personaje que regaló su cordura al aliento sofisticado del rap (y un poco del alcohol). Hasta el cura del pueblo se animó a ver qué se movía en Barrera y no hago un chiste, literalmente, el cura estuvo en el espacio reservado a los artistas y solo se retiró casi al final, muy cerca de la medianoche.

Para los que gustan de llegar temprano para conectar, hubo música de playback muy atinada y combinada con el audiovisual, mostrando el trabajo más reciente de los raper@s cuban@s dentro y fuera de Cuba. Este detalle que puede parecer insignificante, aleja al evento de casi cualquier reunión musical de La Habana que se hacen idénticas en cuanto a selección musical para amenizar. Y aprovecho para lanzar la pregunta: ¿cuál es el fenómeno que los DJ de toda Cuba seleccionan las mismas pistas para las actividades? ¿Telepatía del oficio? Por suerte a DJ Neuris se le había roto esta “conexión” y se conectaba directamente con los del patio, donde las pantallas eran visibles, dentro y fuera del Liceo, incluso, a los menores de 15 años que tienen la entrada prohibida al círculo social no les faltó visión con este detalle.

La noche comenzaba bien, porque no solo el cover era gratis, sino también la armonía, la solidaridad y el entusiasmo de los presentes. Después de mucha expectativa, abrió el show con Omar “Crazy Man”, un presentador de espectáculos llegado directamente desde Santiago de Cuba. Aunque en mi opinión personal me pareció circo, él se conforma con ser hiperextrovertido. Crazy Man presentó a los invitados, agradeció a los patrocinadores, aunque confundió PMU con PMM (algo que, personalmente, no le perdono) y mientras tanto, erró otros nombres disculpándose por no saber inglés. Así que mi crítica va: ¡Omar, para ser presentador, mínimo se debe poder articular! Aunque reconozco que le caben más méritos que críticas porque dejó el escenario caliente para el primero de la noche: Chico Pro.

Chico Pro subió vestido de Santa Suerte, otro de los patrocinadores, con el puño arriba y una sudadera que pronto se quitó. No podía faltar cerca de la primera pista el desperfecto técnico y las murmuraciones del público de que esto es más que habitual, pero todo continuó y allá van las manos arriba de nuevo con Chico y Richard El Radikal que le hacía los coros. Después, llega Anderson que se multiplica con su proyección de diafragma y sus movimientos en el escenario. Un performance completo, exclusivo, auténtico. Anderson se apasiona y apasiona a todos, que levantan sus manos. Trae un tema de su nuevo disco Pa’ que te cortes las venas y este Liceo que es también cuna del Anderson, vibra, porque ya nos contaba anteriormente que el mayor regalo de un profeta es ser reconocido en su propia tierra.

Acto seguido, El Elokuente llega desde Santa Cruz y le acompaña el Yeri “Bokowski”. Esta gente compromete mi cultura con esos nombres artísticos. Brazo completamente tatuado al aire, sombrero que cubre el cráneo y la mitad del rostro, rima monótona, pero pujante, filosa. ¿Consciente? Mi única observación es: chicos, hay que trabajar la articulación para poder entenderles mejor. Luego, ¡una sorpresa más!, DJ Lápiz presenta a iLápiz y iPablo que son Los Soldados de las Calles y hacen reggae cubano, que yo llamo “intento”, porque tienen la ropa, los dreadlocks, la energía, pero les falta la voz y más recursos artísticos. Aunque igual la gente lo disfrutó.

Esto no era todo. A continuación viene el lujo: Randy Acosta. Según palabras de Papá Humbertico: “uno de los raperos cubanos más conocidos nacional e internacionalmente. Señores, no lo van a creer, este hombre tiene el tono de un perfecto gánster, pero desborda dulzura y mensajes de gran profundidad”. Aseguro que alguien se ha educado y ha abrazado la vida con respeto y obediencia de estudiante. El coro dice “bombo, caja, flow y respeto” y luego, lecciones de vida para rumiar largamente… ¡Bravo por el Acosta, nos trajo de vuelta la atención!

Todo estaba planificado para doce minutos por invitado y para la música (en vivo al menos porque DJ Neuris sigue pinchando) a modo de interlude… Sube Etian que llega a improvisar. Si hay un escenario y Etián anda cerca, es cuestión de magnetismo. No sé qué tiene este artista que mucho le sale bien, le quieren y respetan, y se mantiene justo al límite de la payasa’ sin nunca cruzarlo. ¡Le damos nuestros pulgares arriba!

Posteriormente, llegó una hora con Mano Armada. Papá Humbertico y el Discípulo, los anfitriones del evento y de Real 70. Aunque dicen que son Los últimos románticos, disco que defienden, creo que son los primeros valientes que se van con su arte al mundo y regresan a honrar su tierra. “Sueños de Humo” no es lo que cantan aunque así lo titulen, sino una profunda consciencia latinoamericanista ganada en Cuba y ratificada por par de años en Colombia. Se hace el silencio. Papá Humbertico pide un minuto de silencio para el amigo asesinado del barrio. En su honor se levanta la spoken word, las rimas combativas, las fotografías de sus sonrisas, el homenaje. Triste momento que yo no sabía que ocurría, ingenuidad de mi pensamiento, seguridad de mi barrio, pero hay muchas realidades distintas aquí.

Vuelve el ánimo, del miramiento se pasa al compromiso. Nunca en espacio de hip hop hubo violencia, otro argumento más que no pueden poner en su contra. Tal y como lo asumen los cubanos, el hip hop te entrega una cultura que quiere decir integración, remedio para tu dolor, tu pedido por amor, atención, tu más profundo humanismo. Rimas y rimas y rimas y rimas, y hasta yo quisiera tener ese talento. Todos suben al escenario, todos los que a él se debieron, se abrazan como hermanos y luego, permiten a la mortalidad entrar en sus vidas, ya no tan posible entre tanta foto y videos de los fanes.

Muchas gracias Mano Armada. ¡Feliz aniversario! ¡Vamos por muchos más!

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