Inconformidades sobre las tendencias a la desunión y tiradera entre artistas dentro del movimiento underground (Parte III y final)



En continuidad al artículo anterior, seguiremos abordando las cuestiones dispares que a partir del discurso de cantantes underground se generan en la sociedad cubana actual.

Las diferencias sociales condicionan la subjetividad y el comportamiento de los individuos expresados a modo de enjuiciamientos y valoraciones que influyen en cuestiones básicas de la vida cotidiana, como las relaciones amistosas, familiares, de pareja y laborales. Esto trae consigo estereotipos grupales e individuales que se refieren a creencias, expectativas, imágenes cerebrales que corresponden con la realidad existente; y el individuo contribuye a su reproducción arraigándose fuertemente a la subjetividad. Los roles sociales que juega cada individuo se centran en comportamientos y actitudes determinadas socioculturalmente para los entes que desarrollan los discursos musicales dentro del universo underground cubano.

Las artes, en general, conforman sistemas de comunicación específicos del ser humano que trasmiten una información estética. La música es una de las actividades sociales del hombre y la mujer, y aparece relacionada con el surgimiento y desarrollo de la sociedad. Son las relaciones entre sus partes las que trasmiten esta información estética.

El mensaje de una canción es vital para el ser humano, por la influencia que ejerce desde varios puntos de vista en nuestra forma de actuar, de pensar, de aumentar nuestros sentimientos. El texto escrito constituye, junto con su soporte musical, una representación estética, sensible, concreta, de la realidad en que surge; es individual, singular e irrepetible; y a través de su prisma el autor nos trasmite vivencias ricas en percepciones, ideas, emociones y vivencias, todo en dependencia del contexto social en que este se desarrolla.

Las letras de salsa y reggaetón son una forma de ejercicio del poder mediante el empleo de la fuerza en distintas variantes, que implica la existencia de poderes reales o simbólicos que adoptan las formas de roles. Por ejemplo, en el ejercicio de estos géneros musicales en Cuba se puede apreciar como aquellos que tengan más reconocimiento popular, se sienten con el derecho de arremeter contra el otro.

Otras cuestiones que sirven de ejemplo explicativo para esta afirmación es el hecho por un lado, de la pérdida de identidad nacional y de valores incrementado a partir de la crisis de los años 90 del siglo pasado, lo que tributó al enaltecimiento de la individualidad y la competencia presenciada por las supremacía en las letras de los compositores underground. Por otro lado está la cuestión del uso de la lengua como material de construcción y/o destrucción psicosocial, donde uno de los intérpretes ataca al otro con mayores elementos lingüísticos y lo pone en ridículo ante el público receptor. Esta estrategia es muy empleada en las composiciones de músicos underground que practican estos géneros y estilos musicales.

En la actualidad, la salsa es común entre los músicos populares cubanos. Se usa para denominar determinada textura que aglutina aspectos de expresión y estructuras propios del son en los últimos años de la década del 80 y con más fuerza a partir de los 90. Algunos rasgos que la distinguen son los niveles de improvisación y la utilización de textos casi agresivos a los que se une una coreografía con gestualidad deliberadamente sensual y provocadora.

El reggaetón por su parte, evidencia en sus letras mensajes violentos, los cuales pudieran ser interpretados y tomados como forma cotidiana de vida. Esta violencia verbal que se reproduce en este género musical, esta más marcado en las relaciones de género, pero también se refleja entre los compositores masculinos, dejándose claro el uno al otro quién es el “mejor”.

El mensaje que portan las interpretaciones de estos estilos musicales cubanos, en muchas ocasiones, es totalmente destructivo y desestabilizador para el contrario y además, le otorga cierta carga emotiva y de reconocimiento ante el público presente, que se solidariza según su afinidad con el autor. En el reggaetón más que en la salsa, se ven reflejadas las diversas cuestiones que conllevan a la desunión y tirantez entre artistas del universo underground.

Se ha perdido la lírica y la creatividad dentro del movimiento underground cubano. Se ha llegado a un punto en que para impactar en la población, incluso a determinados jurados, hay que llegar a la ofensiva violencia verbal hacia el contrario como única forma de expresión. Creo que se debe comenzar a erradicar dicha problemática, que solo ha conseguido poner en una muy baja posición el arte underground musical que se fabrica en la Isla.

Para crear una identidad colectiva y un discurso homogéneo, hace falta dibujar fronteras que separen el yo del tú, y el nosotros del ellos. Buscar hechos diferenciales que no se basen en la superioridad y la autosuficiencia, en ocasiones sin suficiencia.

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La Guantanamera
24 de febrero, 2016 2:54 pm (GMT-5:00)
Está muy bueno este artículo, la verdad coincido con el autor (a), sobre todo el reggaetón, aporta elementos que ofenden a la mujer, la minimizan o reducen a ser un objeto sexual, y otras cuestiones que van más allá de sus valores reales, potenciales, su importancia social, la carga que lleva en su mente y cuerpo, en fin, la salsa por su parte tiene términos vulgares que tampoco me gustan, no suelo consumir la salsa cubana, la música incluso llega a molestar mis oídos con tantos sonidos que les digo "laterío", prefiero la salsa de Puerto Rico. No entiendo cómo las autoridades permiten esas canciones de esos géneros y no le dan apenas posibilidades a otros como el mismo hip hop o reggae, la verdad que no entiendo nada.
me gustó mucho este trabajo. Sigo agradeciendo