La vieja escuela del rock ‘n’ roll underground cubano habla (Parte III)
29 de febrero de 2016
Continuamos con la entrevista a Luis Kohly, quien en esta ocasión nos hablará de la muy poco conocida AMAR (Asociación de Músicos y Autores de Rock), la cual jugó un papel fundamental a finales de los 80 y principios de los 90, para que los músicos cubanos de rock ‘n’ roll pudieran abrirse paso en los espacios culturales de nuestro país.
PMU: ¿Cuándo y en qué circunstancias se fundó la AMAR?
L.K: En diciembre del 87 se presentó la oportunidad para que varias bandas de rock fueran a una entrevista en la revista Caimán Barbudo, para que de alguna manera decir lo que estaba pasando con el rock en Cuba. La idea me pareció muy buena, pero antes, propuse una reunión con los directores de las agrupaciones para unificar criterios, porque de lo contario, aquello se nos iba a convertir en una olla de grillos. La noche anterior a la reunión, yo había estado elucubrando ideas sobre lo que luego sería la Asociación de Músicos y Autores de Rock, también conocida como AMAR. En la víspera del 17 de diciembre del 87, nos reunimos y puse la propuesta sobre la mesa. Hubo algunos que se espantaron. Por suerte mi padre era abogado y yo tenía conocimientos de la Ley de Asociaciones y también del Código Civil y el Código Penal vigente, y les dije que la propuesta estaba dentro de la Ley. Ahí mismo debatimos y armamos el documento, luego, lo mecanografiamos en limpio para presentarlo el día de la entrevista.
PMU: ¿Cuándo tuvo lugar la entrevista?
L.K: El 3 de enero del 88 en la sede del Caimán Barbudo. Ese mismo día, durante una reunión previa a la entrevista con la dirección del Caimán Barbudo, lanzamos la propuesta de la Asociación. El clima se puso tenso entre los directores de las bandas de rock y los administrativos la revista que nos atendieron. Cuando las cosas se calmaron, el Secretario de la Juventud del Caimán, que en aquel momento era Juan Contino, nos dijo: “déjenos el documento unos días y después, hablamos a ver cómo podemos ayudarlos”.
PMU: ¿Y qué pasó con ese “después”?
L.K: A los tres días nos llamaron y nos dijeron que fuéramos a ver a Víctor Rodríguez, que en aquel momento estaba al frente de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), la cual llevaba apenas un año y pico de creada. Después de un diálogo muy bueno con él, nos dijo que podía ayudarnos con espacios de presentación para las bandas de rock, y que también nos daban apoyo institucional moral, o sea, donde quiera que la AMAR presentara sus credenciales, podíamos decir que teníamos el apoyo de la AHS.
PMU: ¿Y funcionó la fusión AMAR-AHS?
L.K: Sí, cómo no. Cada vez que llegaba a un lugar, presentaba mis credenciales de apoyo de la AHS. Al principio todo el mundo dudaba, pero luego se dieron cuenta de que todo estaba en orden y que no era un invento. Cubrimos un montón de actividades en varias casas de cultura y contribuimos muchísimo con el objeto social de esos lugares. Imagínate que yo gestionaba cinco conciertos semanales, con una media de 800 personas de público. En verdad que todo funcionó muy bien para nosotros hasta que decidimos legalizar a nivel jurídico la AMAR. Fue ahí donde las cosas se complicaron un poco.
PMU: ¿Qué ocurrió?
L.K: En diciembre de 1991 decidimos inscribir la AMAR en el Registro Nacional de Asociaciones. El mismo Víctor Rodríguez me preguntó por qué yo iba a hacer eso cuando la AHS nos apoyaba, pero nosotros necesitábamos independizarnos.
PMU: ¿Y cuál fue la respuesta del Registro de Nacional de Asociaciones?
L.K: Nos rechazaron la propuesta, y eso que nosotros cumplíamos y sobre cumplíamos todos los requisitos que ellos pedían.
PMU: ¿O sea que la AMAR no existió legalmente?
L.K: Así es, sin embargo, cuando hice un recurso de apelación al tribunal contra el Registro, la sentencia del tribunal, a pesar de que falló en nuestra contra, una vez que nos contemplaba como asociación que pretendía legalizarse y que al mismo tiempo nos reconocía como litigantes, eso nos confería una existencia real, aunque no legal. La maña estaba en lograr existir ante la ley como asociación porque el documento emitido por un tribunal así lo había declarado. Eso fue una trampa de abogado viejo que me enseñó mi padre.
PMU: ¿Cuáles fueron las bandas que integraron la AMAR?
L.K: No me acuerdo de todas. Sé que hubo un momento en que llegaron a ser 17. Eso solo contando las que estaban en activo, porque también estaban las otras que, aún en fase de ensayo, se acogieron a nuestra sombra, pero no eran miembros plenos por el reglamento. Por lo tanto no las cuento. Te voy a mencionar de las que tengo memoria y por orden de trascendencia. De las bandas fundadoras estaban Los Takson, OVNI, REX (que luego RED y después RED X). Luego, llegaron Zeus, (que se formó en abril del 88 ya dentro del seno de la AMAR), Metal Oscuro, Fenix, Estratus, Estirpe, Cenit Alianza, Ojo X Hoja y Carton Tabla. Esas son las que más tengo presentes.
PMU: ¿Qué causas dieron lugar a la disolución de la AMAR?
L.K: Fueron varias, la primera de ellas fue el litigio con el Registro Nacional de Asociaciones, porque después de la respuesta negativa, yo le hice una demanda al Ministro de Justicia. Por supuesto que eso me costó tremendo problema, porque nos querían acusar de ser una organización contrarrevolucionaria, lo cual no era cierto y así lo demostré. Sin embargo, eso hizo que tuviéramos que poner la AMAR en estado durmiente. El otro problema fue la llegada del Período Especial, que en La Habana lo que habían eran “alumbrones” y no apagones, y así no había banda de rock que pudiera tocar. A esto se suma la Crisis de los Balseros en el año 1994, donde se fueron varios músicos de rock. Y lo otro fue la consolidación del Patio de María como lugar que, al principio, garantizaba al menos un concierto de rock ‘n’ roll una vez a la semana, lo cual siempre contó con nuestro apoyo y con el de la AHS. Sobre todo cuando a partir del período 1995-96, el Patio de María se consolida como el lugar por excelencia del rock ‘n’ roll cubano hasta su cierre en el 2003.
PMU: ¿Cuál consideras fue el legado que dejó la Asociación de Músicos y Autores de Rock al rock ‘n’ roll cubano?
L.K: Sin dudas, creo que el mejor legado de nuestros esfuerzos, pues los hechos hablan elocuentemente, fue la creación del rock nacional, ya sea underground o no. Creo que impulsamos su gestación, promoción e incluso, su imposición sociocultural como género y movimiento. Y esto no fue casual, desde un principio sabíamos que lo estábamos haciendo, el asunto era lograrlo. Cuando los hechos hablan, las interpretaciones huelgan. Antes de la AMAR, solo había bandas de cover y una sola experiencia de rock cubano: Venus, proscrita y obnubilada. Con la AMAR sentamos bases, dimos buenas batallas en múltiples frentes y el resultado aun hoy está vivo, a pesar de la actual crisis por la que está atravesando el rock ‘n’ roll en Cuba.
Leer la cuarta parte de la serie
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29 de febrero de 2016
Continuamos con la entrevista a Luis Kohly, quien en esta ocasión nos hablará de la muy poco conocida AMAR (Asociación de Músicos y Autores de Rock), la cual jugó un papel fundamental a finales de los 80 y principios de los 90, para que los músicos cubanos de rock ‘n’ roll pudieran abrirse paso en los espacios culturales de nuestro país.
PMU: ¿Cuándo y en qué circunstancias se fundó la AMAR?
L.K: En diciembre del 87 se presentó la oportunidad para que varias bandas de rock fueran a una entrevista en la revista Caimán Barbudo, para que de alguna manera decir lo que estaba pasando con el rock en Cuba. La idea me pareció muy buena, pero antes, propuse una reunión con los directores de las agrupaciones para unificar criterios, porque de lo contario, aquello se nos iba a convertir en una olla de grillos. La noche anterior a la reunión, yo había estado elucubrando ideas sobre lo que luego sería la Asociación de Músicos y Autores de Rock, también conocida como AMAR. En la víspera del 17 de diciembre del 87, nos reunimos y puse la propuesta sobre la mesa. Hubo algunos que se espantaron. Por suerte mi padre era abogado y yo tenía conocimientos de la Ley de Asociaciones y también del Código Civil y el Código Penal vigente, y les dije que la propuesta estaba dentro de la Ley. Ahí mismo debatimos y armamos el documento, luego, lo mecanografiamos en limpio para presentarlo el día de la entrevista.
PMU: ¿Cuándo tuvo lugar la entrevista?
L.K: El 3 de enero del 88 en la sede del Caimán Barbudo. Ese mismo día, durante una reunión previa a la entrevista con la dirección del Caimán Barbudo, lanzamos la propuesta de la Asociación. El clima se puso tenso entre los directores de las bandas de rock y los administrativos la revista que nos atendieron. Cuando las cosas se calmaron, el Secretario de la Juventud del Caimán, que en aquel momento era Juan Contino, nos dijo: “déjenos el documento unos días y después, hablamos a ver cómo podemos ayudarlos”.
PMU: ¿Y qué pasó con ese “después”?
L.K: A los tres días nos llamaron y nos dijeron que fuéramos a ver a Víctor Rodríguez, que en aquel momento estaba al frente de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), la cual llevaba apenas un año y pico de creada. Después de un diálogo muy bueno con él, nos dijo que podía ayudarnos con espacios de presentación para las bandas de rock, y que también nos daban apoyo institucional moral, o sea, donde quiera que la AMAR presentara sus credenciales, podíamos decir que teníamos el apoyo de la AHS.
PMU: ¿Y funcionó la fusión AMAR-AHS?
L.K: Sí, cómo no. Cada vez que llegaba a un lugar, presentaba mis credenciales de apoyo de la AHS. Al principio todo el mundo dudaba, pero luego se dieron cuenta de que todo estaba en orden y que no era un invento. Cubrimos un montón de actividades en varias casas de cultura y contribuimos muchísimo con el objeto social de esos lugares. Imagínate que yo gestionaba cinco conciertos semanales, con una media de 800 personas de público. En verdad que todo funcionó muy bien para nosotros hasta que decidimos legalizar a nivel jurídico la AMAR. Fue ahí donde las cosas se complicaron un poco.
PMU: ¿Qué ocurrió?
L.K: En diciembre de 1991 decidimos inscribir la AMAR en el Registro Nacional de Asociaciones. El mismo Víctor Rodríguez me preguntó por qué yo iba a hacer eso cuando la AHS nos apoyaba, pero nosotros necesitábamos independizarnos.
PMU: ¿Y cuál fue la respuesta del Registro de Nacional de Asociaciones?
L.K: Nos rechazaron la propuesta, y eso que nosotros cumplíamos y sobre cumplíamos todos los requisitos que ellos pedían.
PMU: ¿O sea que la AMAR no existió legalmente?
L.K: Así es, sin embargo, cuando hice un recurso de apelación al tribunal contra el Registro, la sentencia del tribunal, a pesar de que falló en nuestra contra, una vez que nos contemplaba como asociación que pretendía legalizarse y que al mismo tiempo nos reconocía como litigantes, eso nos confería una existencia real, aunque no legal. La maña estaba en lograr existir ante la ley como asociación porque el documento emitido por un tribunal así lo había declarado. Eso fue una trampa de abogado viejo que me enseñó mi padre.
PMU: ¿Cuáles fueron las bandas que integraron la AMAR?
L.K: No me acuerdo de todas. Sé que hubo un momento en que llegaron a ser 17. Eso solo contando las que estaban en activo, porque también estaban las otras que, aún en fase de ensayo, se acogieron a nuestra sombra, pero no eran miembros plenos por el reglamento. Por lo tanto no las cuento. Te voy a mencionar de las que tengo memoria y por orden de trascendencia. De las bandas fundadoras estaban Los Takson, OVNI, REX (que luego RED y después RED X). Luego, llegaron Zeus, (que se formó en abril del 88 ya dentro del seno de la AMAR), Metal Oscuro, Fenix, Estratus, Estirpe, Cenit Alianza, Ojo X Hoja y Carton Tabla. Esas son las que más tengo presentes.
PMU: ¿Qué causas dieron lugar a la disolución de la AMAR?
L.K: Fueron varias, la primera de ellas fue el litigio con el Registro Nacional de Asociaciones, porque después de la respuesta negativa, yo le hice una demanda al Ministro de Justicia. Por supuesto que eso me costó tremendo problema, porque nos querían acusar de ser una organización contrarrevolucionaria, lo cual no era cierto y así lo demostré. Sin embargo, eso hizo que tuviéramos que poner la AMAR en estado durmiente. El otro problema fue la llegada del Período Especial, que en La Habana lo que habían eran “alumbrones” y no apagones, y así no había banda de rock que pudiera tocar. A esto se suma la Crisis de los Balseros en el año 1994, donde se fueron varios músicos de rock. Y lo otro fue la consolidación del Patio de María como lugar que, al principio, garantizaba al menos un concierto de rock ‘n’ roll una vez a la semana, lo cual siempre contó con nuestro apoyo y con el de la AHS. Sobre todo cuando a partir del período 1995-96, el Patio de María se consolida como el lugar por excelencia del rock ‘n’ roll cubano hasta su cierre en el 2003.
PMU: ¿Cuál consideras fue el legado que dejó la Asociación de Músicos y Autores de Rock al rock ‘n’ roll cubano?
L.K: Sin dudas, creo que el mejor legado de nuestros esfuerzos, pues los hechos hablan elocuentemente, fue la creación del rock nacional, ya sea underground o no. Creo que impulsamos su gestación, promoción e incluso, su imposición sociocultural como género y movimiento. Y esto no fue casual, desde un principio sabíamos que lo estábamos haciendo, el asunto era lograrlo. Cuando los hechos hablan, las interpretaciones huelgan. Antes de la AMAR, solo había bandas de cover y una sola experiencia de rock cubano: Venus, proscrita y obnubilada. Con la AMAR sentamos bases, dimos buenas batallas en múltiples frentes y el resultado aun hoy está vivo, a pesar de la actual crisis por la que está atravesando el rock ‘n’ roll en Cuba.
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