Un toque diferente para el amor
7 de marzo de 2016
Un proceso habitual, que ocurre en la mayoría de los casos artísticos, es que los jóvenes creadores se convierten en una suerte de artistas alternativos, mostrando además de su talento, una valentía natural que los acompañará muchas veces, a lo largo de todas sus carreras en el difícil mundillo del arte. Entonces, el artista apartado de doctrinas políticas, se acerca más a una tesis meramente social, con un profundo interés sobre los temas sociales que ha vivido siempre, y los testamentos contestatarios pasan a ser parte de su discurso natural. En casi la mayoría de los casos, la falta de reconocimiento por parte de las fuerzas institucionales signa gran parte de la historia de los jóvenes artistas underground, marcando de esta manera un modo de actuar contestatario, contrario a los cánones preestablecidos, y establecer alianzas con otros entes creativos es la base fundamental para la integración en los movimientos creativos. Un caso muy particular de este tipo de alianzas es un proyecto al cual este colaborador dedicó algunas cuartillas hace poco tiempo, y esta necesidad de volver a referirme a La Unión, o El Clásico Subterráneo, está avalada por una iniciativa conjunta entre el director del proyecto, Said Alberto Rodríguez Polanco, y PMU, que tuvo un desenlace feliz el pasado 10 de febrero, en un concierto saludando el mes del amor.
Poco tiempo después que El Moro y MaroLineC anunciaran al mundo su integración en un proyecto musical, acompañados de algunos tracks para su primer demo, decidieron que deberían, como parte de una campaña propia de promoción, medir la temperatura de aceptación en el público tunero. La idea tuvo total aceptación colectiva y por ende, fue pactada una fecha para la presentación. Como resultado de una corta, pero vigorosa obra, más una propuesta acertada donde se demostró el oficio, y sobre todo, la calidad, la actuación de La Unión, que invitó además a un trovador y a otro joven valor del movimiento en Las Tunas: Chyko Nehne, tuvo un saldo positivo. Fruto que recogieron, sin dudas, los artistas y el numeroso público que asistió a la cita en la escalinata de la plaza cultural de la ciudad de Las Tunas. Una opinión que fue reafirmada por los artistas participantes.
El Moro: “Estoy feliz de poder presentarnos acá. Nosotros no tenemos muchos espacios, por eso cada vez que nos paramos en un escenario aprovechamos al máximo. Siempre una mano amiga nos invita a una presentación y estamos ansiosos por tener un lugar fijo donde actuar, pero seguro que a ninguno de los presentes olvidará este proyecto que acaban de presenciar, o por lo menos eso esperamos”.
Chyko Nehne: “Todo muy bien por mi parte, siempre acompaño al Moro, (y) sentimos buenas vibras en escena y nos une el rap, por eso le llamamos al proyecto La Unión, porque a todos los que sentimos esto por el arte, por el hip hop, estamos unidos en la misma causa”.
MaroLineC: “Bueno, sí es muy gratificante pararse en un escenario en el corazón de la ciudad y hacer lo que más nos gusta, que es el rap. Entregarles a nuestros oyentes nuestro mensaje. Definitivamente, este ha sido el momento por el que habíamos estado esperando después de tanto trabajo montando nuestros temas, ahora tenemos más deseos de seguir”.
El Moro: “Es realmente muy bueno ver el resultado de nuestro esfuerzo, ver que luego del sacrificio, de las horas de ensayo y de grabaciones, podemos ver el resultado de nuestra obra, y lo más importante, sin dudas, es la buena acogida que tienen nuestros temas”.
Aunque muchos estudiosos de los fenómenos que generan los artistas underground aseguran que existe una tendencia a la marginalidad y vulgaridad, hay otros que de una manera magistral refutan esta sentencia. Algunos estudios aseguran que los procesos son mucho más complejos que lo que se ve a simple vista, porque no se puede sintetizar una cultura tan rica y compleja. El panorama de inserción a la sociedad urbana es tan variado y lleno de matices, que por el hecho de que algunos artistas tomen el camino fácil, no significa que la mayoría no use un lenguaje contestatario, directo pero lleno de analogías y metáforas inteligentes, para desarrollar en sus canciones, los temas de toda índole. Este es el caso de La Unión, un proyecto que ha comenzado a explotar nuestro lenguaje para mostrar al mundo que sí es posible hacer canciones de rap sin denigrar a la mujer, sin usar palabras obscenas, sin dedicar largas sesiones interpretativas a tirar a otros artistas que forman parte del movimiento. La máxima de Said Alberto Rodríguez Polanco es que el actuar del artista condiciona, positiva o negativamente, la sociedad en la que vive. Para él, lo importante es crear espacios para convertir su proyecto en una fuerza artística y social, y luego, multiplicar los espacios de presentación, garantizar la continuidad del movimiento del rap en Las Tunas, y sobre todo, persistir en el tiempo contra viento y marea.
Estos talentosos muchachos han causado un gran impacto, que otros artistas ya establecidos no logran muchas veces. En poco más de una hora, su, por el momento, reducido repertorio acentuó los conceptos sociales que defienden. Además, pudimos constatar que su proyección escénica mejora y que ya se sienten dueños del escenario, creando así una comunicación más fluida con los espectadores. Igualmente, sus invitados se insertaron de forma orgánica para generar un todo, un concierto que se merecía la ciudad y que reivindicara al movimiento underground por todo lo alto.
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7 de marzo de 2016
Un proceso habitual, que ocurre en la mayoría de los casos artísticos, es que los jóvenes creadores se convierten en una suerte de artistas alternativos, mostrando además de su talento, una valentía natural que los acompañará muchas veces, a lo largo de todas sus carreras en el difícil mundillo del arte. Entonces, el artista apartado de doctrinas políticas, se acerca más a una tesis meramente social, con un profundo interés sobre los temas sociales que ha vivido siempre, y los testamentos contestatarios pasan a ser parte de su discurso natural. En casi la mayoría de los casos, la falta de reconocimiento por parte de las fuerzas institucionales signa gran parte de la historia de los jóvenes artistas underground, marcando de esta manera un modo de actuar contestatario, contrario a los cánones preestablecidos, y establecer alianzas con otros entes creativos es la base fundamental para la integración en los movimientos creativos. Un caso muy particular de este tipo de alianzas es un proyecto al cual este colaborador dedicó algunas cuartillas hace poco tiempo, y esta necesidad de volver a referirme a La Unión, o El Clásico Subterráneo, está avalada por una iniciativa conjunta entre el director del proyecto, Said Alberto Rodríguez Polanco, y PMU, que tuvo un desenlace feliz el pasado 10 de febrero, en un concierto saludando el mes del amor.
Poco tiempo después que El Moro y MaroLineC anunciaran al mundo su integración en un proyecto musical, acompañados de algunos tracks para su primer demo, decidieron que deberían, como parte de una campaña propia de promoción, medir la temperatura de aceptación en el público tunero. La idea tuvo total aceptación colectiva y por ende, fue pactada una fecha para la presentación. Como resultado de una corta, pero vigorosa obra, más una propuesta acertada donde se demostró el oficio, y sobre todo, la calidad, la actuación de La Unión, que invitó además a un trovador y a otro joven valor del movimiento en Las Tunas: Chyko Nehne, tuvo un saldo positivo. Fruto que recogieron, sin dudas, los artistas y el numeroso público que asistió a la cita en la escalinata de la plaza cultural de la ciudad de Las Tunas. Una opinión que fue reafirmada por los artistas participantes.
El Moro: “Estoy feliz de poder presentarnos acá. Nosotros no tenemos muchos espacios, por eso cada vez que nos paramos en un escenario aprovechamos al máximo. Siempre una mano amiga nos invita a una presentación y estamos ansiosos por tener un lugar fijo donde actuar, pero seguro que a ninguno de los presentes olvidará este proyecto que acaban de presenciar, o por lo menos eso esperamos”.
Chyko Nehne: “Todo muy bien por mi parte, siempre acompaño al Moro, (y) sentimos buenas vibras en escena y nos une el rap, por eso le llamamos al proyecto La Unión, porque a todos los que sentimos esto por el arte, por el hip hop, estamos unidos en la misma causa”.
MaroLineC: “Bueno, sí es muy gratificante pararse en un escenario en el corazón de la ciudad y hacer lo que más nos gusta, que es el rap. Entregarles a nuestros oyentes nuestro mensaje. Definitivamente, este ha sido el momento por el que habíamos estado esperando después de tanto trabajo montando nuestros temas, ahora tenemos más deseos de seguir”.
El Moro: “Es realmente muy bueno ver el resultado de nuestro esfuerzo, ver que luego del sacrificio, de las horas de ensayo y de grabaciones, podemos ver el resultado de nuestra obra, y lo más importante, sin dudas, es la buena acogida que tienen nuestros temas”.
Aunque muchos estudiosos de los fenómenos que generan los artistas underground aseguran que existe una tendencia a la marginalidad y vulgaridad, hay otros que de una manera magistral refutan esta sentencia. Algunos estudios aseguran que los procesos son mucho más complejos que lo que se ve a simple vista, porque no se puede sintetizar una cultura tan rica y compleja. El panorama de inserción a la sociedad urbana es tan variado y lleno de matices, que por el hecho de que algunos artistas tomen el camino fácil, no significa que la mayoría no use un lenguaje contestatario, directo pero lleno de analogías y metáforas inteligentes, para desarrollar en sus canciones, los temas de toda índole. Este es el caso de La Unión, un proyecto que ha comenzado a explotar nuestro lenguaje para mostrar al mundo que sí es posible hacer canciones de rap sin denigrar a la mujer, sin usar palabras obscenas, sin dedicar largas sesiones interpretativas a tirar a otros artistas que forman parte del movimiento. La máxima de Said Alberto Rodríguez Polanco es que el actuar del artista condiciona, positiva o negativamente, la sociedad en la que vive. Para él, lo importante es crear espacios para convertir su proyecto en una fuerza artística y social, y luego, multiplicar los espacios de presentación, garantizar la continuidad del movimiento del rap en Las Tunas, y sobre todo, persistir en el tiempo contra viento y marea.
Estos talentosos muchachos han causado un gran impacto, que otros artistas ya establecidos no logran muchas veces. En poco más de una hora, su, por el momento, reducido repertorio acentuó los conceptos sociales que defienden. Además, pudimos constatar que su proyección escénica mejora y que ya se sienten dueños del escenario, creando así una comunicación más fluida con los espectadores. Igualmente, sus invitados se insertaron de forma orgánica para generar un todo, un concierto que se merecía la ciudad y que reivindicara al movimiento underground por todo lo alto.
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