¿Por qué no existe desunión y tiradera entre las artistas femeninas dentro del movimiento underground? (Parte II)



Henos aquí nuevamente para continuar el tratamiento de ciertos aspectos de las relaciones en los escenarios y el mundo musical entre mujeres y hombres, que en algunos casos tributan de manera negativa en el ejercicio del poder en la escena musical underground cubana y que afecta el desarrollo profesional de las mujeres. Abordaremos también, aspectos relacionados a las particularidades del discurso femenino, que lo excluye de marcar como tendencia la práctica de la desunión dentro del género hip hop. En este estilo musical, particularmente, es donde más se puede apreciar, dentro del universo musical underground cubano, los aspectos desiguales que resultaron de una herencia estructural no superada. Esto desencadenó la demora del desarrollo de las mujeres dentro del género musical y del género musical mismo.

No todas fueron, ni aun son capaces de subirse a un escenario para dirigir a un público selecto sus experiencias vividas, por la errónea concepción de que el hip hop es un género violento, apto para ser practicado solo por hombres. No obstante, existe un número representativo de mujeres cubanas que se atrevieron a desafiar las construcciones sociales alrededor del universo del hip hop.

Dado que las mujeres han sido las víctimas de un patriarcado imperante durante décadas y yendo un poco atrás en la historia, durante siglos dentro de la sociedad cubana, las mujeres conscientes o inconscientemente se han propuesto el objetivo de no formar parte de la reproducción de este y de otros tipos de violencia mediante el discurso musical. Si prestamos especial atención a los grupos de hip hop femeninos y sus discursos dentro de la Isla, podremos apreciar que estos son de carácter emancipatorio y radical alrededor de las políticas del cuerpo y el erotismo, de la invisibilidad a la que han estado sometidas durante muchísimo tiempo, de los roles construidos que les han impuesto jugar y por supuesto, de la libertad de expresarse y crecerse por una equidad entre ambos sexos.

En las letras de las composiciones de la artista cubana underground no está la rivalidad ni el deseo de venganza. En ellas encontramos el emprendimiento, el atrevimiento, el trabajo, la profesionalidad, la fuerza, la construcción de un mundo mejor, la base de una biología y una sociedad que las lleva a posicionarse en una situación de empoderamiento y no de desigualdad.

La formación discursiva del relato lirico de las féminas cubanas no está concebida para el ataque y/o la reproducción de los cánones machistas y sexistas. Tampoco así para mostrar debilidad, ni para pedir la indemnización por tantos años de maltrato de todo tipo. Está concebida para comunicar no solo las experiencias vividas, sino el contenido y el sentido que para ellas tienen estas experiencias, que son compuestas desde las adversidades a las que se enfrentaron y aun se enfrentan, y para que no se transmitan a futuras generaciones.

Durante el curso normal de las vidas de todo cubano, a lo largo en principio de 50 años de historia dominante por parte de los hombres sobre las mujeres, los diferentes tipos de violencia machista han estado presentes y a la vez silenciosos dentro de las diferentes comunidades que incluyen lo underground. En consecuencia, el discurso de ellas está motivado por el contenido que genera la experiencia de su exclusión de la sociedad y que al ser expresados en un escenario para el total conocimiento, genera un gran impacto en el oyente y en la audiencia con los cuales las intérpretes se comunican. Esta herramienta de discurso no solo la utilizan para contar sus experiencias, pretenden también producir un efecto entre las interlocutoras y consumidoras o no del género musical que exploten para dicha comunicación. La exclusión social como relato lírico no constituye una estrategia exclusiva del género hip hop, pudiéramos decir que en dicho estilo se reconoce una amplia gama de categorías de sujetos cuya referencia a contextos locales nos acerca a buscar tendencias estructurales, que procedan de los efectos globalizantes.

Como hemos relatado a groso modo, todas han sido víctimas de una construcción social machista que las ha mantenido al margen en este campo de la música underground, que ha provocado una incorporación tardía al desarrollo del género y por ende de la sociedad toda. Por tal motivo, las mujeres artistas cubanas no promueven un discurso contraproducente ni violento, sino un discurso enmarcado a conseguir la equidad entre los géneros.

Nos hemos centrado en el hip hop para representar los elementos que conllevan a la existencia de una desunión entre artistas femeninas, porque es dentro de él donde la inclusión de la mujer ha resultado más difícil. Pero son muchos más los géneros y estilos musicales dentro del universo underground, así como los sectores donde ellas sufren la discriminación, donde se debe y es necesario continuar trabajando e investigando para llegar a la concepción de un mundo equitativo entre hombres y mujeres.

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